DESENMASCARANDO
A JORGE BARADIT 2
10
BUENAS RAZONES PARA NO LEER
HISTORIA
SECRETA II
Continuando nuestra saga de denuncia al Seudo - Historiador Jorge Baradit, entregaremos la segunda entrega de porqué no se debe leer Historia Secreta de Chile II
Jorge en su postura Seudo intelectual |
El Estado Chileno Persiguió
Brujos en Chiloé.
Nuevamente Jorge en su obsesión de exponer
temas morbosos y faranduleros, nos expone una “historia secreta de Chile”, un “estado de brujos” en el
archipiélago de Chiloé (que Baradit en su desconocimiento geográfico habla del
lugar como si fuera una isla). Esta historia en verdad no es de su autoría y
menos de su invención sino que de Sergio
Fritz “La Recta Provincia, una cofradía de brujos en el sur de Chile”, pero
que el autor no denomina Estado, sino que una especie de hermandad que tenía su
propia pirámide de gobierno, pero que a diferencia de Baradit no cae en el
juego de las exageraciones baratas sino que le da su justo lugar en la
estructura social “una cofradía” que
por momento parecía una mafia en su actuar. Pero Jorge que tiene delirios
imaginativos ve un poder en esta cofradía que es capaz de amenazar al estado
mismo “Fue la creación casi desde la
nada de un gobierno mágico que desafió al Estado chileno…” (p 47),
afirmación que no se sustenta en ninguna fuente, claro está, como nos tiene acostumbrados
el autor, además le recuerdo a Baradit que el autor de este texto, vale decir
Sergio Fritz es conocido en el medio de escritores por ser seguidor de teorías mágicas, ocultistas y gnósticas,
por tanto, no históricas propiamente tal.
El Archipiélago de Chile |
El capítulo continúa desarrollándose en una constante copia de las ideas de Sergio, exponiendo las mismas fuentes, hechos, incluso los mismos ejemplos dados en el ensayo de este últimos, en otras palabras un mero resumen, que Baradit adorna de vez en cuando con sus desvaríos de cuentista. Cuando se hace preguntas como: “¿Era posible que la intendencia de Ancud, representante del gobierno de Aníbal Pinto, estuviese enfrentando a una cofradía de fantasmas?” (p 48), que responde “En resumen, Chiloé existió un auténtico Estado monárquico ocultista que operaba en las sombras” (p 49), Baradit piensa que esta estructura mágica pudo poner en peligro el control del Estado de Chile sobre el archipiélago, en la mente de nuestro diseñador, Chile se está enfrentando a las grandes mafias del crimen organizado, una especie de cartel como México o Colombia, pero no fue así, lo sucedido en el archipiélago de Chiloé es casi un episodio anecdótico que tiene más bien una relación con el ethos cultural – social del lugar.
Sergio Fritz Roa. Escritor que gusta de la magia , lo oculto y agnosticismo |
Por supuesto que Jorge no pierde instante para
decir falacias como que en “Chiloé fue
el último reducto de la Corona en Chile. Recién en 1826 los españoles fueron
expulsados por los patriotas (p 51), pero el hecho es diferente, en primer
lugar, los denominados “patriotas” se habían convertido en el estado –
república de Chile, reconocido internacionalmente, por lo que no se puede hablar
de “patriotas”, en segundo lugar, es importante mencionar que el archipiélago
de Chiloé no pertenecía administrativamente a la gobernación de Chile, sino que
a la del Virreinato del Perú, por tanto Chile se resistió a invadir Chiloé en
un principio, luego de ser derrotados los españoles y realistas en Perú, Chile
envió dos expediciones y venció a los realistas y firmó un tratado “Tantauco” con los vencidos, en donde
queda establecido el traspaso de estos territorios al estado de Chile.
Como si tuviera una manía obsesiva, Jorge expone
lo racional que era el estado de Chile en contra de la visión de la Iglesia
Católica y la monarquía, pero como él no maneja los cambios de pensamiento en
Occidente confunde racionalismo con positivismo, cuando dice: “…, moderna, alejada de las supersticiones
de la monarquía, teniendo como emblema el racionalismo de los nuevos tiempos”
(p 51). El racionalismo es una visión del pensamiento de Occidente que se
desarrolla en el siglo XVIII y, por lo tanto, influencia el pensamiento de la
corona española gobernada por la casa de los Borbones y a la propia Iglesia
Católica, mientras que el positivismo es un sistema de pensamiento que se
desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX y tiene un asidero científico.
Como Baradit no puede perder el momento del
sensacionalismo desliza ideas sin sentido como “…pero la tradición en Quicaví habla de fusilamiento masivos y otras
formas de represión contra la brujería” (p 57), sabiendo que se trata de
una tradición sin ningún asidero más que las ideas de un pueblo que posee una
maravillosa imaginación y una gran tradición, pero él quiere resaltar el morbo para
que le guste más al lector.
Para terminar el capítulo Baradit nos da un
buen consejo ridículo de programa farandulero, contrario a todo el “racionalismo” que parece predicar como
sacerdote de la tolerancia y los nuevos tiempos “Hágalo, es un lugar maravilloso, pero quizás necesite de un dinero
extra. Este autor recibió la información de que hoy un seguro contra la acción
de brujos de La Mayoría cuesta alrededor de quinientos mil pesos” (p 58),
que consejo más apropiado viniendo de un charlatán. .
4.- ¿Hubo un movimiento
Nacional Socialista en Chile?
Miguel Serrano y la celebración de 5 de Septiembre |
Pero antes de analizar más en concreto este
episodio “secreto” de nuestra
historia, se debe informar al señor Baradit que todos los 5 de septiembre se
reúnen en el Cementerio General los grupos nacional socialistas chilenos que
realizan sendos discursos y tocan algunas marchas militares y gaitas, luego
extienden sus brazos y realizan el ritualista saludo imperial romano, aún más,
el escritor y líder del nacional – socialismo Miguel Serrano hasta su muerte participó de estos ritos
conmemorativos que atraen a la prensa chilena e internacional como algo salido
de un museo o de un documental de la Segunda Guerra Mundial, por tanto, qué
tiene de secreto el hecho, no sé, probablemente Jorge no lo sabía, pero como si
la cobertura periodística fuera poca, en
diversos programas de televisión abierta, en reportajes de revistas y diarios,
en artículos de revistas universitarias y en memorias de licenciatura se ha
estudiado el caso, inclusive en los planes y programas de Historia y C. Sociales
se menciona la matanza del Seguro Obrero y la consecuente derrota de Ross Santa
María, eso indica que el único que no sabía del tema era Jorge.
Ahora que sabemos que el tema no es “secreto”, analicemos el capítulo, que
se inicia con una pregunta capciosa: ¿Hubo
un movimiento Nacional Socialista en Chile?, la pregunta a punta
directamente a si en nuestro país existió
o no un movimiento que podría denominarse Nacional – Socialista, por tanto
cualquier “hijo de vecino” esperaría una respuesta teórico – histórica que
demostrara o desechara la existencia de tal movimiento político. Pero a medida
que el lector se interna en el citado
capítulo, la respuesta a la pregunta inicial se esfuma, para convertirse en un
relato de crónica policial, sobre los hechos acaecidos el 5 de septiembre de
1938, pero más sangriento y sensacionalista con detalles pervertidos de la
masacre que como es costumbre en el autor no cita fuente para demostrar tales
aseveraciones, más parecen las divagaciones de una mente extraviada que gusta
decir “Frente a ellos, de cadáveres
apilados en las posiciones más grotescas. Rostros desfigurados, miembros que
colgaban, caras aplastadas; las paredes cubiertas de agujeros de balas,
salpicadas de sangre y masa encefálica, vísceras colgando entre brazos y
piernas crispadas” (p 73), con
relación a esta imagen infernal, Baradit en su escueta bibliografía (dice haber
leído tres libros y observar una entrevista al último sobreviviente de esta
matanza), para ser imparciales hemos visto y leído los textos citados y podemos
decir que estos no exponen el tema tan gráficamente, más bien son libros que hablan de los sucesos
y sus repercusiones políticas, teorizando sobre ciertos hechos y personajes,
mientras que el entrevistado hace muchas relaciones a su vivencia, por lo que
la descripción de la escena dantesca corre por cuenta del autor, sin apoyo de
fuentes. Pero, además se puede apreciar que no toma las teorías de estos libros
como lo que son: “teorías”, si no que las hace verídicas de un plumazo, como
cuando dice: “El intento de golpe de
Estado de Ibañez, su enemigo de siempre, había terminado. El final había sido
demoledor, cruel y definitivo” (p 81), pero la investigación posterior al
fallido intento de golpe demostró que Ibáñez no tenía conocimientos del hecho,
que el plan había sido urdido por los mandos del MNS (Revista Dimensión
Histórica Nº 1, 1984 p 42.UMCE), al igual que se especula que fue Arturo
Alessandri quien estuvo detrás de la orden de exterminio, pero no se han
encontrado pruebas contundentes del hecho, como alegremente se afirma
tajantemente en Historia Secreta de Chile.
Luego del sangriento relato que
incluye la cantidad de sangre que tiene una persona en el cuerpo “Un cuerpo humano tiene cinco litros de
sangre en el cuerpo, y esa tarde bajaba por los peldaños la de una treintena,
como envases rotos de máquinas quebradas” (p 78), que más parece un relato
del siniestro doctor Mortis que un
trabajo de historia, al parecer nuestro diseñador desea impactarnos con el rio
de sangre, aunque no tenga importancia para construir una hipótesis o tesis
histórica. Pero como si fuera poca la ficción Jorge dice que el grupo de
jóvenes MNS que habían sido traídos de la Universidad de Chile fueron ultimados
después que los del Seguro Obrero, pero hasta donde se sabe del hecho en sí,
los dos grupos fueron reunidos y luego se les disparó, incluyendo algunos
trabajadores del mismo seguro, parece que a juicio del autor la ficción era más
entretenida si se asesinaba por separado a las personas.
La masacre provocó la renuncia de Ibáñez
porque fue detenido y procesado, y no como un acto de grandeza como parece Baradit
dejar expuesto, eso provocó que las fuerzas del MNS y otros grupos políticos
que apoyaban a Ibáñez se inclinaran por Pedro Aguirre Cerda, que Baradit dice: “Pedro Aguirre Cerda, quien finalmente
ganó la elección por apenas cuatro mil votos, inaugurando uno de los períodos
presidenciales más brillantes de nuestra historia” (p 82), claro está que
esta afirmación no es sostenida por ningún argumento de nada, solo parece que
Pedro Aguirre Cerda es del gusto de nuestro diseñador y por eso es el más
brillante, esto es, un juicio de valor,
o sea, una falacia más.
Para terminar su relato y como es su
costumbre Baradit expone una serie de ideas “morales de la Nueva Era” tomadas
al azar como “¿Para qué sirve saber historia? Habría servido para conocer y rechazar
a Humberto Arriagada…” (p 82), pero la verdad es que sus especulaciones
moralistas livianas quedan en rasgaduras de vestimenta, finalizando así el capítulo
con una frase de Alfredo Jocely – Holt “Siempre
el olvido, siempre el peso de la noche” (p 82), me imagino que esta parte
dentro de la crónica policial es el punto humano, ese que hace que los lectores
nos identifiquemos con la víctima, pero Baradit parece olvidar que él está
haciendo un texto de historia, en el cual nos inclinamos no por las víctimas,
sino por los hechos.
Y como si fuera poco, NO responde nunca la pregunta si en
Chile hubo o no un movimiento nacional – socialista, ya que en las páginas 63 y
64 solo hace un grosero resumen muy a la rápida del MNS dando características,
pero en ningún momento profundizando en sus ideas políticas, como, por ejemplo,
que odiaban la corrupción, usaban los signos y uniformes del partido nacional –
socialista alemán, estaban en contra del sistema capitalista y se parecían a
los comunistas, pero eran nacionalistas furiosos, que deseaban un gobierno
personalista como Alemania, Italia, España y Argentina ( una aclaración en 1938
en España se vivía una guerra civil, por tanto Francisco Franco solo gobernaba
una parte, y su gobierno es personalista – militarista y no fascista. En
Argentina gobernaba Perón pero a través de un régimen democrático, con un congreso, aun cuando era un “caudillo populista”, ya que nunca fue fascista,
pero Baradit como siempre mezcla peras y manzanas por su poco conocimiento de
los temas). Por lo tanto, si el lector espera una respuesta a la pregunta
hipotética, esta nunca llegará, se le sugiere leer Dimensión Histórica de Chile
Nº 1, 1984 “Las Ideas Nacional – Socialistas en Chile 1932 – 1938”, Erwin
Robertson Rodriguez o “Historia del Fascismo” de Payne, libro y artículo
que Baradit desconoce y que muy bien documentados ambos explican que es en
realidad el MNS y no lo que burdamente y groceramente dice Baradit dibujando
grandes trazos sin ton ni son.
Erwin Robertson Rodriguez |
Payne |