TAMBILLO
Y CANCHAS BLANCAS DOS BATALLAS
QUE
NUNCA EXISTIERON
El
patriotismo es la virtud de los depravados.
Oscar Wilde
Meditando esta oración “El patriotismo es la virtud de los depravados”, del brillante dramaturgo y escritor irlandés
Oscar Wilde, no puedo dejar de pensar en la actitud de algunos estadistas de
América Hispana, muy en particular de Evo Morales, presidente de Bolivia, quien
en un deseo de mantener su gobierno a toda costa, juega a encender la llama de
un patriotismo nacionalista que raya en la estupidez máxima, con marchas catárticas que cada año realiza el
estado boliviano en el día de la pérdida del litoral, alimentando viejos
récores bajo el slogan “Mar Para Bolivia”, como recordándole al pueblo
altiplano quien es su enemigo, y el porqué de su pobreza y subdesarrollo. Estas
afirmaciones no las realizo desde mi nacionalidad chilena, ni mucho menos, creo
que Chile y Bolivia deben llegar a un acuerdo sobre el tema de una salida
soberana al mar, pero sostenida en un ambiente de amistad, sinceridad y
confianza, construida después de años de trabajo en conjunto, un buen ejemplo
de esto es la Unión Europea, que se inició en la década de los años 50’ entre
dos estados que habían sostenido dos de las guerras más mortíferas del siglo XX,
me refiero a Alemania y Francia, a través del tratado del “Hierro y el Carbón”.
Ese momento existió entre ambos estados, cuando Bolivia casi al inicio del
gobierno de Evo Morales y Chile durante la primera presidencia de Michelle
Bachelet, realizaron un acercamiento político y económico real, concreto, pero por esa estúpida idea política muy
arraigada en América de obtener dividendos rápidos, se hecho todo el trabajo
por la borda, hasta llegar al día de hoy, en un ambiente enrarecido y bajo una
verdadera disputa por quien logra la “victoria” en el tribunal de la Haya. Creo
que cualquier desenlace que tenga la demanda marítima de Bolivia frente al tribunal
internacional, siempre será de derrota para ambos países.
En
este nuevo panorama de disputa, el gobernó de Evo Morales hace ya algún tiempo
a estado construyendo un nuevo mito sobre la guerra del Salitre o del Pacifico,
con una intención muy clara, sacar provecho político a largo y corto plazo, el
juego que ésta realizando el presidente del país altiplano es peligro, pero no
carente de utilidad práctica. Bolivia es uno de los países de la región más
pobre y subdesarrollado, a pesar de que el gobierno de Morales ha logrado subir
las cifras de educación, analfabetismo, producción, exportación, etc. Aún está
lejos de lograr un desarrollo como Argentina, Colombia o Chile. Su largo
gobierno de más de una década (22 de enero de 2006 hasta hoy) se ha ido
gastando políticamente, y el pueblo boliviano espera un cambio en el timón de
mando, por esta razón el año pasado durante el referéndum para realizar algunas
enmiendas a la constitución, entre estas, permitir a Evo Morales una nueva
reelección, el soberano dijo <<NO>>, como todo hombre que ha
estado en el poder, Morales se a encariñado con este, su partido el MAS,
también, ya saben: trabajo, puestos políticos, ayuda a la familia, corrupción
en los puestos administrativos, entre otras preventas que vienen asociadas con
el poder político prolongado por desgracia y que son tan difíciles de
desarraigar en nuestra América Morena.
Por esta razón, Evo que se ve a sí mismo como
un segundo fundador del estado boliviano, que ahora tiene el apellido de
plurinacional, desea dar un golpe efectista a la sociedad entera de su país, al
lograr la tan ansiada salida soberana al mar, a través del litoral que ahora está
en posición chilena. Morales sabe que eso sería tan grande, que se encumbraría
a los sitiales de un Eduardo Abaroa
Hidalgo (héroe de la Guerra del Pacifico) o Luis Pando (héroe de la Guerra del Chaco), de
ahí su demanda ante el tribunal internacional de la Haya. No contento con esto,
a pesar de ser un gran logro frente a su pueblo y con ese espíritu de
refundador o creador que parece tener en su mente mesiánica, ahora ha decidido
cambiar el rostro de Bolivia, desde un país derrotado y humillado por todos sus
vecinos (Chile: Guerra de la Confederación y del Pacífico; Perú: Guerra peruano
– boliviana de 1841 -1842; Brasil: Guerras del Acre y Purús; Paraguay: Guerra
del Chaco) a un país heroico, que por circunstancias torcidas ha sido
derrotado, pero jamás humillado.
Eduardo Abaroa Hidalgo |
Ahí está el punto en que Evo tiene serios
problemas en su nueva visión de la historia de Bolivia, en todas las guerras
que ha sostenido el país altiplano, solo con Chile no ha podido derrotarlo en
ningún encuentro o batalla, las armas bolivianas solo han cosechado derrotas
frente al ejército de Chile, por tanto, como lograr cambiar esa mirada es el
problema.
Por esta razón, el gobierno de Evo Morales en
los últimos años ha impulsado una política para tergiversar la <<verdad
histórica>> sobre los hechos de la Guerra del Pacifico, tanto las causas
de esta, como las acciones de armas, con la clara intención de crear una
“nueva” visión del conflicto que se ajuste a la ideología que sustenta hoy a su
gobierno o sea de un pueblo heroico, jamás vencido y siempre vencedor. Este
punto no nos debería sorprender para nada, es propio de ideologías de extrema
derecha, como de izquierda, crear una serie de mitos en los cuales sustentan
sus acciones, por ejemplo tenemos el caso de la dictadura del general Augusto
Pinochet Ugarte, quien durante sus diecisiete años de gobierno personal,
construyo una visión del prócer Bernardo O`Higgins y del ministro Diego
Portales que se ajustara a su consigna de gobierno, por tanto, la manipulación
descarada de los hechos históricos no son para nada sorprendentes, ya lo
exponía el escritor británico George Orwell en su novela distópica “1984”, en donde el cambió del pasado es una
política de estado, para controlar a las masas ignorantes en el presente, ya
que ”la ignorancia es la fuerza” como rezaba uno de sus slogans y
fundamento ideológico, porque la fuerza es el control del poder por un grupo,
como el MAS en el caso de Bolivia.
Evo Morales está
apelando a esta manipulación de los hechos históricos para crear su visión
nacionalista y popular en el país altiplano, en donde se conjuguen tres
elementos, el primero de ellos, construir la falsa identidad nacional única,
aunque parezca una contradicción con la consigna que está en la Constitución, en la cual se lee el concepto de
“Plurinacional”, el punto esta en crear la concepción que el pueblo bajo, el
ejército y el mundo indígenas siempre estuvieron unidos, ya que estos grupos
fueron explotados por las elites de poder, de esta manera forman una unidad en
la diversidad cultural y la explotación.
George Orwel |
En segundo lugar, introducir un nacionalismo
más extremo, sustentado en que su pueblo son orgullosos vencedores, guerreros
indómitos que cuando están unidos en una causa de justicia nacional y defensa
de su tierras son insuperables, por tanto las derrotas del estado boliviano en
todas sus guerras se pueden explicar por acciones que escapan al pueblo mismo,
ya que fuerzas oscuras dirigidas por la burguesía “vende patria”, egoísta y con
una visión capitalista no han tenido ningún escrúpulo de anteponer sus deseos
por sobre el bien de la patria, son estas elites políticas compuesta por
empresarios mineros, ricos terratenientes, militares de alto grado corruptos,
las que han logrado imponer un estado de derrota y postración permanente en
Bolivia. Este grupo de la burguesía reaccionaria no ha sido capaz de oponerse a
las fuerzas imperialistas mundiales del pasado como Inglaterra y su títere
Chile, aún más se han unido a las políticas de estas para arrebatar el orgullo y la riqueza nacional.
En tercer lugar, esta nueva concepción de
unidad y nacionalismo le permite al gobierno manipular la conciencia cívica del
pueblo boliviano apuntando su descontento político y social en otra dirección,
como por ejemplo los partidos de oposición, de esta manera el presidente Evo
Morales como cualquier hombre de convicciones extremista desea crear una
verdadera dictadura sostenida por una pantomima de democracia y
derecho, muy parecido a lo que logro crear el coronel golpista Chaves y su sucesor monárquico en la república bananera de
Venezuela Nicolás Maduro.
Es en esta política de
afianzamiento de una dictadura “legal”, en que Evo Morales ha lanzado su
ofensiva histórica sobre la Guerra del Pacifico y la pérdida del litoral. En un
primer momento fue a través de su apoyo a ciertas “teorías” esgrimidas por
historiadores bolivianos como Edgar Oblitas Fernández y su libro “Historia Secreta de la Guerra del
Pacífico", Hugo Roberts
Barragán "La Gran Traición" y Roberto Querejazu Calvo "Guano,
Salitre y Sangre". Estos textos revisaban las causas que llevó a la
derrota boliviana en la conflagración, haciendo de estas teorías verdades de
estado, es en este interés por reescribir la historia y no por reinterpretarla,
cosa que está bien, que el gobierno ha inventado literalmente victorias
militares, que hasta unos años atrás era impensable, ya que las porfiadas
fuentes así lo acreditaban.
Roberto Querejazu Calvo |
En este plano de crear
victorias militares en grandes batallas se encuentra la de <<Tambillo>>,
esta escaramuza entre soldados chilenos y bolivianos aparece por primera vez tergiversada
en la película “Amargo Mar” del director Antonio Equino, quien tomándose una serie de
licencias históricas hace aparecer la mencionada escaramuza como una gran
batalla, en donde los bolivianos superados en número, sin comida, con la
participación activa de mujeres, lograron derrotar a toda una división del ejército
chileno (ver artículo en este mismo blog de la citada película). Ahora bien,
las fantasías del director pueden ser en parte disculpadas, ya que los films
son creaciones, y por tanto, poseen un espacio para inventar cuestiones
sociales, políticos, económicos, entre otras cosas, que no necesariamente se
ajustan a los hechos históricos en que supuestamente están fundado el guion,
pero otra cosa es publicar un documento OFICIAL del gobierno titulado “Manifiesto
del coronel Rufino Carrasco sobre la expedición al litoral boliviano en 1879”, impreso por el Ministerio de Defensa del país
altiplano en el año 2016.
El citado texto se divide en dos partes, en la primera, se
realiza una biografía del personaje titulada: “General de Brigada Rufino
Carrasco (1817-1891)”, mientras que la
segunda parte es un documento – fuente que fue escrito por el citado Rufino Carrasco
y publicado en 1880, o sea en plena guerra.
En la biografía de
Rufino Carrasco, el historiador
boliviano realiza varias aseveraciones totalmente falsa, que incluso se
contradice con el texto del propio Rufino, además de que todas las fuentes al
respecto son categóricas al exponernos los hechos. El citado biógrafo nos
afirma sin ningún grado de vergüenza, ni escrúpulos que: “Anoticiado el jefe
chileno de Calama de estos hechos, envío a los “Cazadores del Desierto”,
compuesto por 300 hombres, con el que combaten los “Franco Tiradores”
bolivianos en el barranco de Tambillos el 6 de diciembre, realizando una
verdadera cacería sobre los citados Cazadores” (p 6). Se puede percibir en
la cita un nacionalismo mal disimulado y una sed de revancha, ya que el citado
biógrafo utiliza un término muy poco apropiado al referirse a “seres humanos”,
como “…una verdadera cacería…”, el deseo de magnificar los hechos salta a la
vista, al igual que en la película del citado Equino, pero que hay de cierto en
todo esto, veámoslo.
Revisando
las fuentes tanto chilenas, como bolivianas se puede construir los hechos
acaecidos ese día 6 de diciembre de 1879, según testigos del poblado de
Tambillo y sus alrededores recopilados por Eva Siarez en su libro
de memoria histórica titulado “Crónicas”, los granaderos chilenos no
sobrepasaba la veintena: “cuando una
pequeña división chilena de 20 granaderos a caballo que estaba de guarnición en
Tambillo, al mando del teniente Emilio Ferreira fueron sorprendidos por 150
hombres pertenecientes a una montonera boliviana, al mando del Coronel Carrasco…”,
o sea la cantidad de granaderos es
visiblemente menos a los exagerados 300 que coloca el biógrafo boliviano, esta
información es aseverada por el propio Rufino cuando expone: “Despues de
veinte minutos de combate se desalojó completamente al enemigo de sus
posiciones inaccesibles, obligándolo á una fuga precipitada dejando en poder
nuestro 19 prisioneros, 18 rifles wischester, 17 espadas, 26 véstias, monturas,
fortituras, vestuario y municiones” (p 5), si el ataque boliviano hubiera
sido en contra de trecientos hombres como alegremente nos dice esté biógrafo,
la cantidad de armas, pertrechos y prisioneros serían considerablemente mayor,
y no la exigua cantidad que nos expone Carrasco, concordando con el número de
hombre que tenía el teniente Ferreira, este punto también es ratificado por
Hilario Bouquet comandante de los Cazadores del Desierto, quien en carta al
general en jefe del ejército Erasmo Escala asevera que la cantidad de soldados
de Ferreira no sobrepasaba los veinte, carta aparecida en el “Boletín de la
guerra del Pacífico 1879-1881”. Durante el juicio militar al teniente
Ferreira por haber perdido a la casi totalidad de sus hombres, uno de los
puntos utilizados por su defensa, fue que los bolivianos lo superaban
ampliamente en número, las fuentes tanto chilenas como bolivianas desmienten
tajantemente la ridícula aseveración del historiador – biógrafo de este texto.
Con relación a la escaramuza, el
(alférez) teniente Ferreira nos dice en carta del 25 de febrero de 1880, desde
el puerto de Antofagasta, al historiador y político liberal Benjamín Vicuña
Mackenna “Yo i la tropa, estábamos resguardados por una muralla de un poco
más de metro de altura. El motivo porque eché pie a tierra fué porque solo
tenía 52 tiros por plaza, la jente mui recluta para apuntar, i a caballo no
habría podido hacer el menor daño a una masa de más de 160 hombres…” se
desprende de la cita que Ferreira está en una clara inferioridad numérica y por
esta razón se parapeto para causar más daño a las fuerzas de Carrasco, más aún
en este punto ambas fuentes son concordantes, ya que el coronel Carrasco nos
dice: “ Siguiendo la marcha á hora cinco, recibimos de súbito una descarga
cerrada, á la que contestamos, sucedindose un fuego nutrido.- el enemigo dia
ántes había elejido una posición ventajosa y construido parapetos…” (p 4). Continuando el teniente Ferreira, esté nos
refuerza el hecho de que sus hombres eran escasos y que se vio flanqueado con
relativa facilidad por el numero abrumador de bolivianos “El reducido número
de mi tropa, me dejaba siempre a descubierto del enemigo, por lo que luego me
ví flanqueado por él, viéndome en la precisión de abandonar mi posición i
retirarme a un cerrito, como a 200 metros a mi retaguardia. Al desprenderme de
la muralla me dí un golpe, rompiéndome la mano derecha i sufriendo de la
rodilla del mismo lado”, nuevamente en este punto Ferreira es corroborado
por la descripción que realiza el coronel Carrasco, cuando nos expone: “….- Ordeno al
teniente Coronel Moscoso que mandara echar pié á tierra á su fuerza, desplegara
por la izquierda en guerrilla y salvando una pequeña pendiente apagara los fuegos contrarios…” (p 5).
Aún más después de leer el
manifiesto de Carrasco, se nota como buen militar, que desea exagerar su gesta,
cuando afirma que un pequeño grupo de soldados podían defender las casi
inexpugnables defensa de Tambillo, que él conquisto en veinte minutos, pero la
verdad que su abrumador número de soldados, que superaban a las fuerzas
chilenas según las diferentes fuentes entre uno a ocho, era casi imposible que
fuera derrotado.
La licencia que se toma el
historiador boliviano en la escaramuza de Tambillo no termina ahí, sino que
realiza una afirmación que puede considerarse tan o más falsa que la anterior al decirnos: “Lejos de
recibir el pequeño refuerzo que solicitaba para el rescate del Litoral, llega
al campamento de aquellos leones del desierto un correo extraordinario con la
orden terminante de retirada. Abandonando en poder del enemigo el territorio
conquistado, tal como Daza hizo en San Francisco, haciendo tocar retirada
precisamente en el momento en que nuestras fuerzas comenzaban a cantar
victoria”. Esta afirmación no tiene
ningún asidero de nada, en primer lugar las fuerzas bolivianas de la
fantasmagórica V división NO estaba preparada para ningún encuentro,
carecía de suficientes tropas bien entrenadas, avituallamiento, armas modernas
(aun usaban en su gran mayoría rifles con sistema de <<piedra>>),
animales tanto de carga como monturas y dinero (incluso no tenían para pagar
los sueldos de la soldadesca como el mismo Rufino Carrasco hace notar), como
queda bien testificado en la correspondencia entre Narciso Campero y el estado
mayor. Por otro lado, una gran expedición boliviana a través del desierto
necesitaría gran cantidad de alimentos, forraje para los animales y agua,
cuestión que por aquel entonces era imposible de obtener en la cantidad
requerida en los pueblos de San Pedro de Atacama, Chiu – Chiu y Calama.
Cualquier avance de una gran fuerza necesitaría grandes convoyes de
aprovisionamiento o el desierto hubiera destruido a los soldados antes de
combatir, eso lo comprendió Campero y Daza, incluso en Chile el presidente
Pinto desde la lejana ciudad de Santiago decía: “Abril 13.-Anoche recibimos
de Caldera otro parte tuyo en el que hablas de concentración de fuerzas
peruanas i bolivianas sobre el Loa. ¿Qué fuerzas bolivianas son esas? Por donde
han venido? ((No creo ni por un momento que peruanos i bolivianos piensen en
pasar el Loa…”.
Ahora por un momento pensemos en forma positiva, pensemos que las
fuerzas de la V división estaban listas y bien armadas, que los alimentos
sobran, al igual que el agua, de llegar a la costa deberían batir a una fuerza
de chilenos de más de tres mil plazas, con armamento de primera y con el apoyo
de la armada, fuertemente parapetadas. Por esta razón Campero no pudo enviar
refuerzo, sabía de la inutilidad de la acción y del desastre que provocaría.
Toda esta historia inventada por el biógrafo
de Carrasco tiene como objeto crear la idea entre los lectores que Bolivia
perdió la guerra por las elites de poder corruptas y vende patrias, ya que se
afirma que después de la “gran victoria” de Tambillo Rufino fue encarcelado y
sus hombres disueltos: “El temible Flores, desarmó y disolvió a los
“Franco-Tiradores” que volvían triunfantes del desierto y al que el pueblo
justiciero manifestaba francamente su adhesión, gratitud y simpatía” , pero
en realidad Rufino fue detenido por realizar una serie de críticas al alto
mando, incluido al general y presidente Narciso Campero, de las cuales salió
absuelto. Mientras que no está claro que los Franco – Tiradores hayan sido
disueltos por motivos políticos o relacionados con sus acciones en Tambillo,
las fuentes nos dan a entender que fueron absorbido por otros batallones, ya
que los vemos batirse en una de las verdaderas batalla de la guerra, nos
referimos a la del Campo de la Alianza en Tacna, en donde las fuerzas
bolivianas fueron diezmadas y destruidas por el ejército expedicionario
chileno.
Otra batalla fantasma, creación del
gobierno de Evo Morales y sus asesores es la de Canchas Blancas, a
diferencia de la anterior, de está no se tenía ningún registro, no habían
fuentes, ni partes militares, ni informes, no habían testimonios, por tanto no
aparecía en los libros de historia e investigación de ambos países, pero el
Ministerio de Defensa de Bolivia en un mágico y portentoso hallazgo, publico “Memorias
del Cnl. Ezequiel Apodaca. Potosí-Cotagaita-Camino a Canchas Blancas 1879-1880”,
el lanzamiento de este documento oficial e inédito fue durante la
conmemoración del día del Mar, por las máximas autoridades, de hecho tanto Evo
Morales como su vicepresidente Álvaro García Linera realizaron sendas
rondas de prensa para alabar la gesta del ahora famoso coronel Apodaca.
Según el presidente Evo Morales,
esta “gran victoria” del pueblo boliviano sobre el invasor chileno, fue una de
las más grandes gestas de Bolivia durante la guerra, los chilenos deseaban
apoderarse del sur del país altiplano, pero el pueblo bajo, el ejército y las
comunidades indígenas se unieron para realizar tal epopeya, de más está decir
que esta batalla representa el ideal del estado plurinacional, aún más, parece
que la trascripción de la susodicha memoria fuera una falsificación para que se
ajustara perfectamente a las ideas de Evo y sus amigos del MAS. Cuando los
periodistas le consultaron porque no se sabía nada de esta grandiosa victoria,
Morales dio la explicación más peregrina que se pudiera dar, dijo: "la
gesta fue <<maliciosamente>>escondida por las élites de ambos
vecinos, aún más <<Chile viola el derecho a la información>> mientras
que el vicepresidente aseguraba que existía una gran conspiración de las élites
para acallar un hecho que hubiera traído consecuencias graves para Chile, como
era involucrar al Paraguay a una lucha contra Argentina “…que los
chilenos no solo querían “quitar” el mar a Bolivia, sino todo su territorio
sureño y llegar hasta Paraguay para supuestamente promover desde allá una
guerra contra Argentina”, en esta misma línea el coronel Edmundo Sanabria, jefe del departamento
de Historia del Ejército Boliviano, señala que “esa documentación era comprometedora
contra Chile” ,y por tanto, hubo un pacto de silencio entre grupos de la
élite boliviana y chilena para recuperar los panfletos y negar la batalla de
Canchas Blancas.
Todas las explicaciones dadas por
las autoridades bolivianas sobre el porqué no se sabía nada de tamaña gesta,
son por no decir otra cosa muy ridículas. Rebatiendo lo dicho por Evo Morales,
la prensa chilena durante todo el conflicto tuvo una extrema libertad de
información, tanto así que el almirante Miguel Grau en su bitácora nos expone
que gran parte de las acciones chilenas las leía en los diarios que incautaba.
Con relación a las acciones de inteligencia y complot para involucrar a
terceros en el conflicto, la documentación oficial, además de la privada es muy
extensa y exhaustiva, a través de esta se conoce el espionaje hacia Argentina
por Arturo Prat (utilizada por los medios oficiales y periodísticos del país
del Rimac en contra de Chile durante la guerra), la oferta hacia Bolivia para
salirse de la alianza, incluso pasarse al bando chileno recibiendo en
compensación Tacna y Arica, el involucramiento de Estados Unidos, Inglaterra, Brasil.
Ecuador, entre otros, porque razón entonces no debía saberse esa tan “comprometedora
información sobre Paraguay”, al menos que sea falsa, recordemos que después de
la Guerra de la Triple Alianza 1864-1870 (Paraguay en contra de Uruguay, Brasil
y Argentina), el estado paraguayo quedo literalmente en el suelo, sus ciudades
devastadas, su economía destruida casi hasta sus cimientos y su población
masculina diezmada a tal punto que hasta ahora se sienten los efectos, por
tanto Paraguay no estaba en condiciones de ser arrastrado a una guerra que
hubiera sido su definitivo suicidio.
Otro punto que no está claro para nada, es por qué las elites tanto de
Chile como de Bolivia guardaron silencio, se puede comprender que la oligarquía
chilena deseara un silencio encubridor, pero las bolivianas a título de qué
iban a defender los intereses de Chile, aún más permitieron a los chilenos
recuperar los supuestos panfletos y destruirlos, qué perdían los
empresarios bolivianos en concreto si no
ayudaban a la oligarquía chilena, debemos tener en cuenta que con este último
estaban en guerra abierta y declarada. El señor Morales y sus ingeniosos
ministros inventores de victorias aún no han podido establecer las causas
concretas de esta supuesta ayuda, solo se han quedado en sus simplonas, pero
rimbombantes oraciones, por el contrario para Bolivia hubiera sido
tremendamente beneficioso el contenido de estos panfletos, como lo fue para
Perú, cuando se apodero de la libreta de anotaciones de Arturo Prat después del
combate de Iquique, sacando un buen provecho de lo citado por el héroe chileno
cuando estuvo espiando a los argentinos y sus fuerzas militares, estos
panfletos hubiera inclinado a la
vacilante Argentina a un roce
diplomático con Chile que pudo haber terminado en una alianza con Perú y ellos,
dando un respiro a las derrotas fuerzas aliadas. Las explicaciones de las
autoridades altiplanas sobre el encubrimiento de la “Batalla de Canchas
Blancas” son por decirlo de una manera suave insostenible a todas luces.
El celebrado documento “recién encontrado” nos relata una batalla ocurrida el 12 de noviembre de 1879, en este escrito nos afirma que el ejército
de Bolivia propinó un durísimo golpe a las tropas chilenas en la zona conocida
como Canchas Blancas, en la región de Potosí, causando centenares de bajas y
frenando una invasión a todo el sur de Bolivia. El coronel Apodaca relata que
el ejército tenía reportes sobre la presencia en la zona de Canchas Blancas de unos
1.400 soldados chilenos de las tres armas (infantería, caballería y
artillería), esta fuerza invasora tenía la misión de apoderarse de la ciudad de
Potosí y de los ricos yacimientos minerales existentes en el lugar, además de
conectarse con la frontera Paraguaya y realizar una alianza a través del llamado
a su nacionalismo recientemente humillado en la guerra de la Triple Alianza.
El coronel Apodaca continua su
relato diciéndonos que sabía que las fuerzas chilenas necesitaban con urgencia
agua, por tanto tres días antes de la batalla los bolivianos compuestos de los
regimiento “Ayacucho”, el “Méndez y el “Granaderos” de Tarija, al mando de sus
jefes Lino Morales, Miguel Estenssoro, Justo Villegas y Mariano Colodro, se
atrincheraron cerca de un ojo de agua esperando al adversario y repitiendo
varias veces el lema “vencer o morir”. En
la noche del 12 de noviembre, la columna chilena se acerca al ojo de agua, es
en se momento que las fuerzas bolivianas inician el ataque sorprendiendo en emboscada
al enemigo, los chilenos no pudieron formas para combate, ya que las fuerzas del
ejército de Bolivia atacaban frontalmente, mientras que por la retaguardia los
quechuas utilizando hondas derribaban a pedradas a quienes huían, agrega el
relato. Entrada la noche las fuerzas invasoras eran totalmente rechazadas.
Finalizada la contienda, un coronel desconocido de apellido Villarpando se
emocionó al dar un discurso de agradecimiento a los “indiecitos” por haber
salvado a Potosí y defendido la Patria.
El balance final de la batalla firmado por el coronel Lino Morales, fue de 300
chilenos muertos y 400 heridos, muchos de gravedad “que a cada rato mueren por heridas recibidas en combate con bayoneta”,
la tropa boliviana se hizo con un botín
que incluía armamento y caballos, pero también miles de panfletos que
mostrarían una supuesta intención de Chile de atravesar Bolivia para llegar a
la frontera con Paraguay.
El problema de esta fuente es que no se puede
contrastar con ninguna otra, por tanto, debemos suponer que todo lo que dice es
real y no una alucinación del supuesto coronel Apodaca o una falsificación burda del gobierno de Evo
Morales, como parece ser.
Suponiendo que tal fuente es verídica en sus
más mínimos detalles, aún quedan muchas interrogantes que explicar. En primer
lugar, según este escrito las fuerzas chilenas serían de unos 1400 hombres de
las tres armas de guerra. Un número muy elevado si consideramos la cantidad de
población de Chile en la época, recordemos que para la campaña de Lima el
ejército de Chile realizando esfuerzos titánicos levanto un ejército de veinte
mil soldados, más las fuerzas de ocupación que ascendían a cinco mil. Por
tanto, la perdida de tal cantidad de soldados y un desastre de esa envergadura
sería imposible de encubrir, más aún, con una presa totalmente libre de
informar cómo era el caso de la chilena, que realizaba terribles críticas al
gobierno cada vez que las fuerzas del país sufrían un revés, recordemos el caso
de la pérdida del barco de trasporte Rimac
o la derrota de las crestas de Tarapacá. Según el parte de Apodaca 300 soldados
murieron, cifra que equivale a la derrota en la mencionada batalla de Tarapacá,
mientras otros cuatrocientos cayeron prisioneros, si sumamos a los prisioneros
y los que lograron huir quedan mil cien soldados que debieron guardar silencio
toda su vida, además de sus familias, cosa que ya es muy difícil que suceda,
por no decir imposible, a esto debemos agregar que parte de la oficialidad
chilena estaba compuesta por hijos de la oligarquía chilena, con poderosas influencia
política, cultural y económica, que no se hubieran callado si estos estuvieran cautivos
o muertos en una batalla.
Narciso Campero |
En segundo lugar, la fuente nos habla de un
contingente muy numeroso de hombres y animales que debieron cruzar el desierto
y luego avanzar por el altiplano, la pregunta es con que fueron avituallados,
ya que la cantidad de forraje y alimento que se requiere es mucha para zonas
más bien pobres agrícolamente como Calama, San Pedro y Chiu –Chiu. Cuestión que
fue el mismo problema logístico que menciona Narciso Campero y Daza para
organizar una contra ofensiva hacia el litoral, por tanto organizar una
expedición de ese volumen hubiera requerido de un convoy inmenso traído de la
zona central de Chile, nuevamente nos toparíamos con documentación oficial y
testimonial que nos hablara de las compras, del trasporte, del movimiento de
batallones enteros, entre otras cosas, pero nada, no existe ningún mínimo
documento.
Tercer lugar, la supuesta batalla se dio el 12
de noviembre de 1879, fecha en que el
ejército que ocupaba la zona de Antofagasta se componía de un batallón del regimiento
Lautaro que tomo posición en la ciudad de Tocopilla; los Cazadores del Desierto que fueron destinados a
la guarnición de Calama. Además de esta fuerza había batallones cívicos. Por
tanto las tropas chilenas no ascendían a más de 600 hombres aproximadamente, el
resto del ejército o sea 9.500 soldados se encontraban en plena campaña de Tarapacá,
después de haber conquistado el puerto de Pisagua a fines del mes octubre de
1879. Como se puede apreciar, Chile no tenía
las tropas que el Coronel Apodaca dice haber batido en la zona de Canchas
Blancas.
Otro de los problemas de la fuente en sí, es
que no se tiene ningún respaldo adicional sobre el tema, en los partes oficiales
del ejército de Chile no se hace ninguna alusión, no hay cartas, ni diarios, no
se sabe que batallones integraban la expedición y cuáles eran sus oficiales al
mando. Tampoco se tiene ninguna noticia sobre los prisioneros y no aparecen en
los registros oficiales cuando se firmó el armisticio de 1884, tampoco está en
las listas de intercambio de prisioneros seguido con cierta regularidad por los
tres países, siguiendo la convención de Ginebra. Por el lado boliviano es
exactamente lo mismo, no hay cartas, diarios,
no se menciona en el “Diario de
la Campaña de la Quinta División” texto muy exhaustivo, que si menciona
otras escaramuzas con tropas chilenas. Nunca Narciso Campero, Comandante de la
División, menciona lo de Canchas Blancas en sus cartas, ampliamente difundidas,
sobre todo la del 23 de noviembre firmada en Tomave, 11 días después del
supuesto hecho de armas, teniendo en consideración que una delegación de tres
oficiales entre los que estaba Apodaca fueron a informar personalmente a
Campero sobre la victoria, esto es algo que da para pensar. A parte de todo lo
antes expuesto, ningún oficial boliviano que participo en el encuentro bélico,
a excepción del citado Apodaca habla de la batalla, en cartas, memorias o texto
de alguna clase, tampoco sus familiares escribieron a título de memorias o
relatos sobre tal gesta, por tanto, solo queda una explicación muy clara, que
el supuesto documento genuino, es una clara falsificación.
Otro punto que refuerza todo lo antes dicho y
que es por naturaleza muy cuestionable, es que NINGÚN gobierno anterior al de Evo Morales, incluso los más
nacionalistas, había celebrado este triunfo, pensemos que Bolivia siempre ha
exaltado sus derrotas heroicas frente a Chile, como la batalla de la toma de
Calama (Topater), Germania, Pisagua, San Francisco, Tacna (Campo de la Alianza),
entre otras, por tanto, hubiera sido más importante celebrar una batalla
victoriosa de las proporciones citadas en el diario de Apodaca y no esconderla
por más de CIEN AÑOS, cuando ningún daño podría causar a las “elites de poder
de los dos países”.
La evidencia es demasiado contundente para
creer que alguna vez existió una batalla de Canchas Blancas, ni siquiera el
gobierno ha ordenado un estudio arqueológico de la zona para tener más pruebas
de la susodicha “EPOPEYA” o a permitido a peritos de su país o extranjero
revisar el documento, para verificar su autenticidad a través de pruebas
científicas. Por tanto, solo, cabe en este caso dos hipótesis, una que la tan
bullada batalla solo haya sido una escaramuza entre una patrulla chilena y
fuerzas regulares de la V división, cosa que fue común en esos días, luego
claro esta exagerada en los textos como la de Tambillo. La segunda que esta sea
solo una triste y perversa manipulación del gobierno de Evo Morales para
inventar un triunfo y luego sacar provecho político de esto en forma
inescrupulosa e indecente, personalmente me deseo inclinar por la primera
hipótesis, la segunda seria verdaderamente desalentadora.
Cosas como esta hacen que un acercamiento SERIO hacia una negociación sea
tremendamente DIFICIL, por el grado
de deshonestidad que tiene el gobierno de Evo Morales. Si el presidente de
Bolivia desea una salida al mar, deberá nuevamente desandar sus actos, luego
realizar una serie de negociaciones que estructuren un plan de acercamiento
hacia Chile, donde la confianza, la buena fe y los puntos que unen a ambas
naciones sea el pilar fundamental para después de algunos años iniciar la
negociación con vista a una salida soberana al Océano Pacífico, a los franceses
y alemanes les costó cincuenta años llegar a una unión, el gobierno altiplano
no puede pensar que mañana tendrá la soñada salida al mar. Para lograr ese fin, los dos países deben mirar
el pasado, sin mentiras, sin batallas
que nunca existieron, sin nacionalismos trasnochados y consignas patrioteras
que buscan el odio, sino con alturas de miras para construir un futuro mejor
para ambas naciones y para que la frase de Oscar Wilde “El patriotismo es la
virtud de los depravados” no se haga una verdad de estado.