AMARGO MAR
UNA PELÍCULA POLÉMICA
La película “Amargo Mar” del cineasta boliviano Antonio Eguino es el primer artículo de este ciclo de cine que hemos denominado “La Guerra del Salitre y el Cine”, la elección del film es muy simple, trata de uno de los problemas que ha tenido separado por casi 112 años a los Estados de Bolivia y Chile (desde la firma del tratado de 1904), por un conflicto sobre la posición soberana del litoral entre los paralelos 23º y 26º de latitud sur o sea la región de Antofagasta. Este conflicto es permanente entre ambas naciones y de cuando en cuando vuelve con fuerza a la palestra, como en la actualidad con la demanda boliviana ante el Tribunal Internacional de la Haya para literalmente obligar al Estado chileno a entablar una negociación de “Buena Fe” entre ambas naciones que concluya en un tratado que permita a Bolivia regresar soberanamente al Mar, por esa razón nos parece de gran interés esta película para iniciar este primer ciclo.
I.- Un Proyecto Complicado.
“Amargo Mar” fue un acariciado proyecto del director, que después de estrenar la película “Chuquiago” en 1978 y observando el gran éxito que tuvo, decidió como él dice: “ingenuamente”, hacer una película que tuviera como temática el conflicto de 1879 – 1904 (si bien los hechos de armas duraron entre Chile y Bolivia entre 1879 – 1884, este último año se firmó un armisticio que en la práctica es una tregua, pero no el final de las hostilidades, el tratado de paz entre ambos Estados se firmó y ratificó en 1904) denominada “Guerra del Pacifico” o “Guerra del Salitre”. La idea inicial de Eguino era estrenarla en 1979, año en que se conmemoraba el centenario del inicio de la conflagración con Chile, que tendrá como consecuencia la consabida derrota de las armas bolivianas y la pérdida del litoral. Pero a medida que el proyecto se puso en marcha comenzaron a surgir los problemas, pues el director deseaba dar un enfoque historicista y no un drama totalmente inventado al film, por ello la investigación se extendió por más tiempo de lo que se tenía pensado en un principio por largos cinco años, durante los cuales los problemas interpretativos y los diferentes enfoques históricos fueron los que dieron más problemas para la construcción de un guion sólido y eficaz. Recién en el año 1984 se tuvo una idea clara de lo que se deseaba realizar y se puso manos a la obra para llevar a cabo el proyecto.
El Ingeniero Dávalos y la Vidita |
Antonio no trabajó solo en la recopilación de la información, sino que se hizo apoyar por un grupo de historiadores como Fernando Cajías, Roberto Flores y Edgar Oblitas, los cuales se basaron en libros como "Historia Secreta de la Guerra del Pacífico", "La Quinta División", "La Gran Traición" y "Guano, Salitre y Sangre", textos que venían a romper la tradición historiográfica boliviana de la culpabilidad del dictador Hilarión Daza por la derrota en la guerra. En base a estas nuevas tesis el director pudo construir su guion que, como veremos, no estuvo falto de polémica.
Uno de los primeros grandes problemas del proyecto fueron los recursos y patrocinadores, este es un mal endémico en algunos países latinoamericano, el escaso apoyo al cine, por no decir nulo, tanto por el Estado como la empresa privada, por tal motivo el director, no solo participo como entusiasta guionista, sino también como productor, desembolsando unos 200.000 dólares entre la producción nacional y la coproducción en Perú y Cuba, lo que arruinó completamente las exiguas arcas de Eguino, ya que la película fue exhibida en 1984 por primera vez, durante la hiperinflación que afectó al país altiplano, por tanto, si bien 350 mil personas fueron al cine, no se logró recuperar más que el 10% de la inversión total.
Otro problema del proyecto fue la nueva visión que presentaba sobre las responsabilidades en la derrota de la “Guerra del Pacífico” y no me refiero con esto a las visiones discordantes entre Bolivia, Chile y Perú sobre los orígenes del conflicto que ensangrentó a los tres países, sino que en la propia Bolivia. Esto se debió principalmente al argumento de la historia de la película, como dijéramos, venía a romper con la visión oficial del Estado boliviano sobre la culpabilidad del dictador Hilarión Daza, ya que queda bien claro en el film que el principal responsable de la derrota frente a las armas de Chile fue el corrupto y títere de la oligarquía general Narciso Campero, quien es considerado un héroe por la historiografía oficial, esto creó tal animosidad entre cierto público que veía el film como una traición a la patria que incluso en la provincia de Tarija hubo amenazas de quemar la sala de cine en donde se estaba proyectando la película, lo que motivo al director a sacarla de cartelera.
Ahora si bien es loable la propuesta artística de Eguino de colocar en la palestra pública un tema tan complejo como es el conflicto que tiene separado a Bolivia y Chile, el film peca de varias distorsiones históricas que más que ayudar al tema solo tergiversan la verdad histórica y promueven un “espíritu nacionalista” y “de lucha de clase, creando una serie de mitos “nuevos” que en nada ayuda a la cuestión marítima boliviana y a su justa reivindicación, cuestión criticable debido a que el director se la juega por un marcado tinte “historicista” del fims como él mismo lo expresa: “la película refleja un lado diferente de lo que fue la Guerra del Pacífico y contribuyó para que los historiadores e investigadores tengan otro punto de vista y se enseñe la historia con una lectura crítica y un pensamiento abierto, porque la historia está hecha por hombres, que tienen subjetividad e intereses", por tanto de este punto de vista es muy cuestionable la película y le quita fuerza artística, teniendo en cuenta que Eguino es un hombre de gran talento, tanto artístico como narrativo, sabemos que no es bisoño en el séptimo arte, sino que un connotado director, cosa que se aprecia claramente en la estética y escenas de “ Los Andes no Creen en Dios” y en otras cintas, en donde se ve su sello personal que es muy latinoamericano y de fuerte crítica social bien construida, desgraciadamente no es el caso de ésta película en cuestión.
II.- Un Discurso Tergiversador
La película está construida en un estilo documental, valga decir con una exposición del tema de fondo que es la perdida de la soberanía del litoral boliviano en manos de Chile y las causas que llevaron a este desastre. Para ello, el director se la juega por crear dos personajes ficticios Manuel Dávalos, excelentemente interpretado por el actor David Mondaca. Manuel es un ingeniero, culto e intelectual, quien tiene la misión inicial de realizar un estudio del litoral de Antofagasta, el cual debe entregar al presidente Hilarión Daza, durante su recorrido por el litoral hace una serie de reflexiones funestas sobre la futura perdida de la soberanía de aquella región, luego de entregar el informe el personaje se ve envuelto en los principales acontecimientos históricos de la guerra del Pacifico, mostrando en todo momento un espíritu “cívico”, “nacionalista” y comprometido con la causa de la nación sostenida en el verdadero “pueblo boliviano”, que se contrapone a los poderes facticos de los grupos empresariales mineros y a la corruptela de oficiales y administradores del gobierno, Dávalos en rigor es la conciencia del pueblo boliviano que ve como algo tan preciado para el país cae en manos de los invasores chilenos.
Hilarión Daza |
El segundo personaje es “La Vidita” rabona tarijeña interpretada por la cantante Enriqueta Ulloa, este personaje femenino es el arquetipo de lo que es ser boliviana, ya que encarna virtudes y valores del pueblo y de la mujer como es el amor por la patria, su alegría innata, el espíritu aguerrido y la forma de ser directa rompiendo los cánones hipócritas de la alta sociedad, dispuesta a jugársela por el amor de su vida, que en este caso es Dávalos y su lucha incondicional por su tierra.
La historia de la película se sostiene en dos ideas contrapuestas, pero que se entretejen constantemente en una especie de dialéctica narrativa, por un lado encontramos la exaltación de la nobleza del pueblo boliviano, dispuesto al sacrificio máximo por el bien de la nación, que ésta en absoluto divorcio con la aristocracia comercial – minera, la cual defiende sus intereses egoístas, por tanto en el film existe una verdadera lucha de clases. Este punto no es gratuito en la película, ya que el director desea manifestar una crítica descarnada a las políticas neo – liberales de los gobiernos antecesores del actual gobierno socialista y plurinacional del presidente Evo Morales, sobre todo las del ex presidente Víctor Paz Estenssoro y la tesis de este último, que decía que creando una oligarquía industriar que persiguiera sus propios fines, redundaría en el progreso de Bolivia, lo que en la película queda clarificado como una falsedad. La oligarquía altiplánica, según el guion de Eguino apostó por mantener sus nichos de poder y la rentabilidad en los negocios mineros, dejando a un lado el litoral, casi como un regalo a la intervención y conquista por una tercera potencia como queda de manifiesto "Creo que la historia oficial refleja una posición muy clara de lo que era la oligarquía de ese entonces", este punto, se aprecia plenamente en el personaje del general Narciso Campero comandante de la mítica “Quinta División”, hombre corrupto y marioneta de los grupos de poder, quien demostró una nula iniciativa al dirigir al ejército del Sur, deambulando por los Lípez y otras zonas durante meses, sin atacar a los invasores chilenos de Antofagasta, evitando por todos los medios la confrontación directa, esto provocó una reacción de los oficiales a su mando dirigidos por Rufino Carrasco, quienes se rebelan en su contra. Cruzan los Andes y chocan en la denominada “Batalla de Tambillo” con el ejército de Chile, los cuales son totalmente derrotados, demostrando que la gallardía de los bolivianos hubiera dado otro giro a la Guerra del Salitre, pero que los poderes factico lo impidieron.
En la película queda claro en todo momento la corrupción de Campero, quien moviliza el ejército del sur hacia la localidad de Tomade con el pretexto de abastecerse, pero en realidad buscaba custodiar las minas y fundición del empresario Aniceto Arce, luego afianzado su poder en la soldadesca, reacciona brutalmente en contra de las acciones heroicas de Rufino Carrasco y en vez de condecorarlo por su hazaña de Tambillo, lo humilla públicamente. Las acciones de Campero resaltan su vileza frente a su deber militar y a su pueblo, finalmente este participa activamente del complot que derribara a Hilarión Daza, el cual, superado por las acciones de sus oficiales y a pesar de su heroísmo no puede vencer las circunstancias políticas y la corruptela endémica del alto mando militar. A lo antes expuesto, se debe agregar que la agenda de los industriales bolivianos era manejada por las acciones tendenciosas de espías y empresarios chilenos que buscaban la inactividad del pueblo boliviano a la acción artera de su ejército, este punto esta graficado por un personaje ficticio llamado Lorenzo Claros, el cual con maestría maquiavélica logro detener al ejército boliviano, mostrando la perversidad de la oligarquía chilena, la cual no era capaz de ganar las batallas con heroísmo, sino con actitudes ruines y ladinas. Además el film desliza una y otra vez que la oligarquía chilena ésta apoyada decididamente por el capital de origen inglés, con esto muestra la intervención de un imperialismo brutal e intervencionista en contra del pueblo boliviano.
En la película queda claro en todo momento la corrupción de Campero, quien moviliza el ejército del sur hacia la localidad de Tomade con el pretexto de abastecerse, pero en realidad buscaba custodiar las minas y fundición del empresario Aniceto Arce, luego afianzado su poder en la soldadesca, reacciona brutalmente en contra de las acciones heroicas de Rufino Carrasco y en vez de condecorarlo por su hazaña de Tambillo, lo humilla públicamente. Las acciones de Campero resaltan su vileza frente a su deber militar y a su pueblo, finalmente este participa activamente del complot que derribara a Hilarión Daza, el cual, superado por las acciones de sus oficiales y a pesar de su heroísmo no puede vencer las circunstancias políticas y la corruptela endémica del alto mando militar. A lo antes expuesto, se debe agregar que la agenda de los industriales bolivianos era manejada por las acciones tendenciosas de espías y empresarios chilenos que buscaban la inactividad del pueblo boliviano a la acción artera de su ejército, este punto esta graficado por un personaje ficticio llamado Lorenzo Claros, el cual con maestría maquiavélica logro detener al ejército boliviano, mostrando la perversidad de la oligarquía chilena, la cual no era capaz de ganar las batallas con heroísmo, sino con actitudes ruines y ladinas. Además el film desliza una y otra vez que la oligarquía chilena ésta apoyada decididamente por el capital de origen inglés, con esto muestra la intervención de un imperialismo brutal e intervencionista en contra del pueblo boliviano.
El film termina con la historia de la derrota boliviana, con un Hilarión Daza exiliado, la quinta división inmovilizada y posteriormente enviada a un campo de batalla que no era el planificado, o sea, la ciudad de Tacna, para cuidar los intereses oligárquicos del Perú, descuidando los propios intereses nacionales, finalmente siendo aniquilada en la batalla del Campo de la Alianza por las fuerzas chilenas y el capital inglés. La conclusión es clara, el deber de todos los bolivianos es tomar conciencia frente a lo que realmente sucedió en la Guerra del Pacifico, que fue en primer lugar una lucha de clases entre el pueblo y la oligarquía, y en segundo lugar, la acción imperialista con la cual el pueblo debe lidiar, esta es la realidad de la guerra del Pacífico que debe ser el sustento con el cual se elabore una firme política de conciencia nacional para retornar al mar.
III.- Crítica Histórica.
Si bien la película es un gran logro del cineasta, desde el punto de vista estético y visual, no se puede decir lo mismo del histórico en donde se sustenta el drama, aún más en este punto el director se toma varias libertades que a la larga destruirán el marco histórico que él defiende como un acierto de la película.
El primer punto controversial es la “Toma de Antofagasta” por parte del ejército y marina de Chile, la cual aparece bombardeando el puerto y desembarcando unidades de marina uniformadas a la usanza Norteamérica (trajes blancos) y no chilena (azul marino), atacando a las pocas fuerzas bolivianas y a la población civil de una manera ruin y despreciable, con violaciones a mujeres y asesinatos sumarios, más aún a “los rotos” chilenos se les dio plena libertad para saquear el patrimonio de los bolivianos. Pero las fuentes extranjeras, chilenas e incluso del Perú (que jugaba a la neutralidad por aquella época) exponía que esto no fue así, ya que la armada se presentó en Antofagasta sin resistencia y el ejército chileno desembarco en una ciudad prácticamente habitada por solo chilenos, los cuales incluso habían embanderado las calles y recibieron a las tropas chilenas como libertadores, este punto el director lo tergiversa con la clara intención de marcar la idea de “invasión”, cuestión que por desgracia hecha por tierra uno de los temas centrales de la película, la veracidad histórica.
Un segundo punto de controversia es la supuesta batalla de Tambillo, el director en este punto no solo tergiversa el hecho, sino que inventa literalmente una batalla que no existió, en la entrevista que se le realizan al director en el diario “La Razón” expone que “Libraron la Batalla de Tambillo, que fue la única ganada por el Ejército boliviano durante la guerra. Algunos historiadores consideran que no es una batalla, sino una escaramuza. Por los números (el escuadrón de francotiradores estaba conformado por unos 130 hombres y el batallón chileno por 250), fue una batalla. Estamos hablando de casi 500 hombres que combaten, eso no es escaramuza”. Pero la historia del hecho de armas es otro, muy diferente que el narrado en la cinta.
Narciso Campero |
La mítica V división al mando de Narciso Campero no era la fuerza respetable y poderosa que aparece en la película, en la práctica era una unidad creada con civiles y soldados profesionales que carecía de todo, no poseía suficiente alimentos, animales, hombres ni armas, además de carecer de una adecuada logística “…la errática y fantasmagórica Quinta. División” como la denominan algunos historiadores bolivianos. Lo único que se debe destacar de estos hombres era su coraje y firme determinación de lucha, pero como sabemos el valor es uno de los elementos para ganar una guerra, el más pequeño de todos por desgracia para los bolivianos. Por tanto, Narciso no podía arriesgar a esta fuerza para ser aniquilada en una batalla en contra de tropas mejor entrenadas y avitualladas como eran las chilenas, con una sólida base de operación en Antofagasta, el propio Hilarión Daza exponía el peligro de llevar la guerra hacia el litoral y proponía una lucha en el altiplano, donde los ejércitos aliados (boliviano y peruano) tendrían mayores y mejores posibilidades para batir a las superiores fuerzas chilenas, cuestión que no tuvo eco entre el alto mando peruano, con las consecuencias que se conoce.
Campero movilizo a sus fuerzas cerca de la frontera permitiendo que el Escuadrón Movilizado Francotiradores Vanguardia, que era una unidad de caballería formada por jinetes tupiceños, cotagaiteños y tarijeños, dirigidos por el coronel Rufino Carrasco exploraran allende los Andes. Este deseo de explorar lo que estaba sucediendo en territorio ocupado se produjo por un hecho de armas, el 10 de septiembre de 1879, una montonera de unos 40 civiles bolivianos aproximadamente, al mando del señor Jaime Hoyos quiso tender una emboscada al pelotón chileno de “Cazadores a Caballo”, al mando del Tte. Ríos, que se componía de unos 25 soldados, la suerte estuvo a favor de las fuerzas chilenas, muriendo Hoyos y su segundo al mando. Esto provocó la reacción de Carrasco que solicito a Narciso Campero permitir llevar una fuerza de exploradores hacia territorios ocupados por las fuerzas chilenas, cruzó los Andes por el paso de Topaquincha, en muy duras condiciones para llegar al pueblo de Chiuchiu el 25 de noviembre de 1879, desde este punto fraguó el plan de reconquistar Calama con el apoyo muy decidido de los civiles y esperando el arribo de la V División. Pero el plan no resulto porque una patrulla chilena avisto a las fuerzas de Carrasco en el camino de Chiuchiu a Calama, se trabó un tiroteo y ambas fuerzas se replegaron. Las tropas bolivianas se refugiaron al norte de San Pedro de Atacama. El día 3 de diciembre, tres soldados chilenos de exploración se toparon con las fuerzas de Carrasco; uno fue muerto, otro capturado y el restante logró huir dando la alarma al comandante Barboza.
En el pueblo de San Pedro de Atacama estaba el teniente (algunos dicen alférez) Emilio Ferreira, con 23 soldados, cuando recibe la noticia del avance boliviano planea una emboscada en el desfiladero de Tambillo, legua y media al norte del pueblo. Pero la celada no tiene éxito, ya que fueron los soldados chilenos los que fueron emboscados por las fuerzas de Carrasco, se entabla un combate entre chilenos y bolivianos, siendo estos últimos numéricamente superiores 3 a 1, viendo el Tte. Ferreira perdida la contienda y suponiendo que se enfrentaba a la vanguardia de la V división mandó soldados a solicitar refuerzos a Caracoles. Una vez que a las fuerzas chilenas se les agotaron las municiones, unos quince minutos después de entablar combate, Ferreira se vio obligado a batirse en retirada, los chilenos por estar desmontados y por el hecho de haber sido dispersadas sus cabalgaduras durante la confusión del combate los soldados fueron fácilmente sableados o capturados por la caballería boliviana. Únicamente el Teniente Ferreira y tres soldados lograron escapar a caballo. Todo lo antes expuesto está escrito por puño y letra de Rufino Carrasco en su parte militar, que a continuación ofrecemos un extracto:
Iglesia de San Pedro de Atacama |
En el pueblo de San Pedro de Atacama estaba el teniente (algunos dicen alférez) Emilio Ferreira, con 23 soldados, cuando recibe la noticia del avance boliviano planea una emboscada en el desfiladero de Tambillo, legua y media al norte del pueblo. Pero la celada no tiene éxito, ya que fueron los soldados chilenos los que fueron emboscados por las fuerzas de Carrasco, se entabla un combate entre chilenos y bolivianos, siendo estos últimos numéricamente superiores 3 a 1, viendo el Tte. Ferreira perdida la contienda y suponiendo que se enfrentaba a la vanguardia de la V división mandó soldados a solicitar refuerzos a Caracoles. Una vez que a las fuerzas chilenas se les agotaron las municiones, unos quince minutos después de entablar combate, Ferreira se vio obligado a batirse en retirada, los chilenos por estar desmontados y por el hecho de haber sido dispersadas sus cabalgaduras durante la confusión del combate los soldados fueron fácilmente sableados o capturados por la caballería boliviana. Únicamente el Teniente Ferreira y tres soldados lograron escapar a caballo. Todo lo antes expuesto está escrito por puño y letra de Rufino Carrasco en su parte militar, que a continuación ofrecemos un extracto:
“El 1º tomó izquierda y el 2º cargó de frente, rompiendo sus fuegos a paso de vencedores, desalojarlos de sus parapetos a los Cazadores del Desierto, que éste es el nombre del Cuerpo al que pertenecían, un cuarto de hora fue suficiente para nuestros bizarros Jefes y rifleros que atacaron arrollándolos y poniéndolos en completa derrota; quedando en nuestro poder once prisioneros y varios heridos, los muertos de la parte enemiga suben a doce individuos. Los demás escaparon por estar bien montados. En el acto ordené se reunieran todos los pertrechos de guerra tomados al enemigo que consisten en rifles Winchester con alguna dotación, 14 espadas, 10 caballos, monturas y corriajes” (Parte Militar de Rufino Carrasco después del combate de Tambillo).
El resultado del combate fue la muerte de 2 soldados boliviano y 1 herido, mientras que las fuerzas chilenas tuvieron 9 bajas y 11 prisioneros. Carrasco continuo hacia San Pedro de Atacama reconquistando el poblado para Bolivia, solicitó de inmediato a Narciso Campero refuerzos para sostener su posición, pero estos nunca son enviados por las graves dificultades que tenía la V División y por rencillas entre Campero y Daza, este último ordeno la inmovilidad de las fuerzas bolivianas del sur. Carraco viendo que no llegan sus refuerzos y peligrando su posición por estar rodeados de enemigos muy superiores se retira hacía el otro lado de los Andes con una sensación de amargura, mientras tanto el comandante chileno Bouquet envía 70 granaderos y 30 cazadores del Desierto para recuperar San Pedro de Atacama y cortar la retirada de Carrasco, pero estos ocupan el pueblo después de la retirada de los bolivianos sin enfrentamiento ni represalias.
Por tanto la ficción creada por Eguino simplemente no se condice con el relato del propio Rufino Carrasco, ni el parte de Ferreira al cual se le siguió consejo de guerra por perder a casi todos sus hombres. Lo que en realidad desea Eguino es crear la falsa idea nacionalista de que las fuerzas bolivianas “heroicas” pudieron haber ganado la guerra gracias a su coraje y valentía, pero las conspiraciones internas no se lo permitieron, como ejemplo de esto, está la “batalla de Tambillo”, en donde las fuerzas bolivianas en inferioridad numérica y cansadas dieron buenas cuentas de las fuerzas chilenas mejor armadas y montadas. Es una notoria falta de probidad y veracidad por parte de Eguino para “Salvar el honor nacional”, tan caro para algunos bolivianos.
El tercer punto controversial en el filme, es la retirada forzada de Rufino Carrasco desde la región de Atacama. Al llegar se le hace un juicio sumario en el cual es encontrado culpable por no seguir las ordenes de su comandante, que a la sazón, ya es presidente de Bolivia, el general Narciso Campero. A Carrasco se le condena a “degradación pública”, la cual se realiza bajo un ambiente de injusticia y terror impuesto por los poderes facticos sobre los “hombres de bien” representados por Carrasco. Pero según las pocas fuentes que existen sobre el tema a Rufino Carrasco efectivamente se le detuvo y siguió juicio por hacer una crítica velada a su comandante, por no haber enviado las fuerzas de apoyo como dice en una carta Rufino: “Me es sumamente extraño que el general (Narciso) Campero y usted, después de haberme encomendado una expedición tan difícil, lanzándome sólo con 70 hombres hasta ponerme a ocho leguas donde se encuentran fuerzas enemigas considerables, no hayan remitido fuerzas para apoyarnos. Nosotros, resueltos a sacrificarnos por la patria, no omitimos medio alguno de hacerlo, pero de cualquier fracaso que hubiese en lo sucesivo ustedes y sólo ustedes serán responsables ante el pueblo boliviano”, esta misiva fue enviada a la Jefatura del Estado Mayor boliviano. Esto provocó que lo encarcelaran y enjuiciaran, pero de este juicio salió absuelto completamente y repuesto en su cargo militar, algunos años más tardes logrará acceder al rango de General, por lo cual, la falta de honestidad del film es evidente.
Para finalizar, está el tema de quién es la culpa que la V división no se haya movilizado en contra de las fuerzas de Chile, en la película es Narciso Campero, el cual siguiendo las directrices de Arce y otros empresarios de la minería, prefirieron cuidar sus interés egoístas en vez de los de la patria. Pero el caso llama a duda, debido que los partes militares muestran que fue Hilarión Daza el que ordena a Narciso Campero abortar cualquier plan de ataque hacia Atacama y Antofagasta, los historiadores bolivianos creen que esto se debió en principio a una envidia por parte de Hilarión Daza que veía cada vez con peores ojos la popularidad de Campero entre la soldadesca, esta lucha de caudillos terminó con la destitución de Daza por Campero, sin que los “Colorados” u otras fuerzas opusieran alguna resistencia. Por tanto la película busca torcer el tema para que se ajuste a esta nueva visión de la historia de la guerra del Pacífico, creada claramente para sacudir responsabilidades y evitar entrar en problemas más complejos como la existencia de un verdadero Estado boliviano o una concepción previa de nación, durante y después de la guerra del Salitre en Bolivia, tema que podría responder mejor la derrota de Bolivia en esta guerra, otras conflagraciones y el subdesarrollo en que está hundida.
Si bien, una película no tiene que ser un libro de historia, es claro que cuando un director de cine intenta colocar como primicia de su obra una tesis histórica está sujeto a la crítica por parte de historiadores y personas que gustan del tema. El caso es que Eguino nos presenta el trauma por la pérdida del litoral por parte de Bolivia, como un hecho causado por una confabulación de oligarcas bolivianos, chilenos e ingleses, un pecado de las altas esferas de la sociedad comercial e industrial boliviana que permitió que se llevara a cabo este crimen contra la nación, pero para ello construyó un argumento basado en tesis historiográficas que no están por completo probadas, y que nos llaman a más cuestionamientos que a certezas. Luego distorsiona los hechos en cuestión que es inaceptable por el papel educativo que se le da a la película, ya que además se dará como base para las reivindicaciones de Bolivia frente a Chile en la actualidad.
Es importante que Bolivia se presente frente a Chile con un grado de seriedad frente a este tema histórico y reconozca sus inequidades en el tema, echar la culpa a un sector de la población y hacerlo extensivo hasta ahora en el actual gobierno de Evo Morales, solo habla de una ideologización inaceptable del tema y una manipulación por los grupos de poder de izquierda en Bolivia para no mostrar sus propios problemas como Estado. Es quizás éste el mejor argumento que se le ha dado a Chile para estropear cualquier arreglo con Bolivia. El Estado de Chile no puede seguir rehuyendo más un acuerdo serio y real con el país altiplano, sobre una salida soberana al mar y la utilización de los recursos hídricos compartidos, ya que la lógica política, social y económica mundial va hacia un grado de unidad y acercamiento entre los países, el concepto decimonónico de nacionalismo ésta en franco declive y solo sirve para despertar odios y “resentimientos” trasnochados. La Película “Amargo Mar” es un film que pudo ser una buena toma de conciencia por parte de Bolivia y Chile sobre un tema que separa ambas naciones, pero el director se engolosinó tergiversando demasiados hechos y apelando a ideas políticas que no se ajustan con la realidad histórica de nuestra América Latina en la actualidad. A continuación te dejamos con la cinta Amargo Marhttps://www.youtube.com/watch?v=mLZC5alyZTw