EL CICLO LOVECRAFTNEANO II
PHILLIPS
HOWARDS LOVECRAFT: EL VIAJERO DEL MUNDO REAL
Uno de los mitos más difundidos por fanáticos y sostenido
por artículos de revistas “especializadas”
en fantasía y ciencia ficción era el carácter ermitaño y anti social de
Phillips Howards Lovecraft, al parecer, para muchos, esta idea carga al escritor
de cierta extraña magia y romanticismo, el solitario escritor de Providence
encerrado en un cuarto de una vieja casa señorial victoriana, sin salir nunca
de esta por sufrir de agorafobia, solo dedicado a escribir sus narraciones, que
al final de sus días terminó creyendo como también huyendo del mar, ya que ahí
habitaba “Dagón” y el
gran “Cthulhu”, esquivando las esquinas de su habitación, pues eran los
pórticos de entradas a dimensiones oníricas sin nombre, penetrado al final por
la locura, ya que días antes de su trágica muerte, tuvieron que sacarlo casi
con camisa de fuerza porque un ser “carcomía
sus entrañas”, esta es la caricatura pintada por algunos y traspasada a
miles como una verdad sacrosanta, pero para desgracias de los que gustan de
esta fantasía la verdadera vida de Lovecraft fue exactamente todo lo contrario.
Es por esto último dicho que debemos decir que este escritor fue un niño en
cuerpo de hombre que era tremendamente educado de trato cordial, amable y amistoso, de modales finos y joviales, un “homo social” de tomo y lomo, que le encantaban
las reuniones, los viajes y las largas estancias en casa de conocidos y amigos
fraternos, que utilizaba la carta como elemento de unión intelectual con todas
aquellas personas con las cuales se sentía cercana, ya sea por amistad directa
o por amistad espiritual y no como piensan muchos, es decir, para alejar a las personas desde un punto de
vista físico y de esta manera mantenerse recluido en sus habitaciones de su
casa de Providence.
El
mito del escritor solitario se comenzó a forjar a partir de tres hipótesis en
la vida de P.H. Lovecraft, en primer lugar, la errónea idea de su racismo
visceral, el cual le impedía vivir y estar en lugares que tuvieran demasiadas
personas que no se ajustaran a ciertos patrones raciales y culturales, cosa que
hemos expuesto como una falsedad en el artículo anterior (P.H. Lovecraft: Entre el racismo imaginario y la fraternidad real),
ya que el oscuro de Providence como
muchos cariñosamente llaman a Lovecraft tenía un racismo de “Salón”, una postura estética y nada
más. La segunda idea fue su incapacidad natural de empatizar y socializar con
el mundo, se le acusó de ser antisocial empedernido, por lo tanto, ser incapaz
de manejar relaciones interpersonales, solo a través de las cartas, que era un
elemento que le permitía discutir temas, pero al mismo tiempo lo mantenía
alejado de las personas, como una barrera invisible y real, así lo expresa el
editor y escritor Peter Ruber en el prólogo
que realizó para los textos del escritor de Providence aparecidos en el libro
de recopilación “Arkham's Masters of
Horror” (2000), donde abiertamente lo tilda de “misántropo” y “xenófobo”,
para explicar este comportamiento de Lovecraft solo se inclina a exponer que
tenía una personalidad marcada por la “esquizofrenia”;
debemos hacer la salvedad que este prólogo fue bien criticado por muchos
escritores que no estuvieron de acuerdo con las expresiones vertidas por el
director de “Arkham House”, ya que
no estaban fundadas en hechos concretos y solo respondían a apreciaciones muy
personales de Ruber. La tercera hipótesis fue que muchos “especialistas” en Lovecraft se quedaron en los episodios de
juventud de éste, pues entre 1908 a 1913, el escritor de Providence se volvió
literalmente un extraño para el mundo, el hecho de no poder asistir a la
Universidad hizo que toda esa frustración se volcara hacia sus dos intereses
que eran la astronomía y la poesía. Este período se vino a quebrar producto de
un hecho que ha quedado en los anaqueles de lo anecdótico. Phillips se había vuelto
en un asiduo lector de revistas denominadas “Pulp”, en una de esta llamada “The
Argosy” apareció una “narración rosa”
del escritor Fred Jackson, esto
indignó al oscuro de Providence, quien consideró que la historia era insípida y
sin talento, escribió una carta al editor de la revista colocando el provocador
título: “Atacando a Jackson”. Esta carta fue publicada en la revista, y
como se puede presumir provocó una tormenta, los lectores de Jackson salieron
en su defensa criticando la postura iconoclasta de Lovecraft, éste lejos de
amedrentarse, respondió a las críticas con mayor encono y fuerza, había
despertado por fin de su letargo, se realizaron verdaderas rondas de artículos
en favor y en contra de la postura de Howards Phillips. La ágil pluma y elevado
nivel intelectual del escritor de Providence no pasó desapercibido para Edward F. presidente de la asociación
de escritores aficionados, quien invitó en 1914 a Lovecraft a unirse a la UAPA (United Amateur Press Association) ,
este lo hizo con todo el placer, algún tiempo después reconocería Lovecraft que
este fue el momento exacto de su cambio de vida al señalar “En 1914, cuando se me extendió por primera
vez la amable mano para ingresar a los escritores aficionados se produjo el
cambio, estuve tan cerca del estado de vegetación como cualquier animal
irracional (...) Con mi ingreso a los escritores amateur unidos, conseguí una
renovación, un porque vivir; Un renovado sentido de la existencia como algo que
no sea un peso superfluo” (ST Joshi. Howard Phillips Lovecraft: La vida de un
caballero de Providence, traducción del autor). Este episodio temprano de
la vida del escritor de Providence algunos biógrafos lo hicieron extensible
a toda su existencia, creando de esta manera el absurdo mito de su misantropía,
algunos llegaron al ridículo argumento que no podía estar en espacios abiertos.
Las
acusaciones no solo se quedaron en la incapacidad de P.H. Lovecraft de
socializar o sea la incapacidad de tener amigos, sino que además de no poder
sostener una relación sentimental con mujeres, por ser misógino, no falta los que ven en este último punto el complejo de
“Edipo”, en la relación con su madre y posteriormente con sus tías, que sería
el que gatillo este rechazo por el género femenino, idea que subyacen en
algunos biografías, especialmente la realizada por Sprague de Camp (H.P. Lovecraft: Una biografía), Michel Houellebecq (H. P. Lovecraft Contre
le monde, contre le vie) y Henry Beckwith (Lovecraft’s Providence and
Adjacent parts, Donald M. Grant) debemos tener claro que estos excelentes
escritores intenta responder uno de los problemas más complejos en la vida de
Lovecraft, para esto se basan en generalizaciones como la casi absoluta falta
de personajes femeninos en sus narraciones, lo que vendría a demostrar la incapacidad del soñador de Providence de
poder sostener una relación sentimental con una mujer, lo que no tienen en
consideración estos investigadores es que han existido otros escritores que en
sus relatos los personajes femeninos no tienen una importancia medular o son
segundarios, como es el caso de J.R.R. Tolkien y sus novelas “ El Hobbit” o “El Señor de los Anillos”, pero éste fue
casado y con una hermosa familia, por lo tanto, este cuestionamiento no tiene
tanto asidero para crear toda una tesis sobre las relaciones sentimentales de
un escritor.
Pero todas las ideas que sirvieron para construir esta
fantasía que por desgracia aún perdura en muchos círculos, incluso en personas
con un alto bagaje intelectual, se desmoronan como castillo de arena al
enfrentar los hechos y las pruebas que demuestran todo lo contrario. Lo cierto
es que el escritor de Providence gustaba mucho de los viajes, de los paseos al
aire libre, incluso de las largas estancias en casa de amigos. El problema que
tenía era en realidad su pobreza
endémica, el dinero nunca le sobraba desde la muerte de su abuelo y la
caída en desgracia de su familia materna, a esto debemos agregar que él nunca
se pudo forjar un empleo bien remunerado, no había podido terminar sus estudios
de segundaría en 1908, producto de un colapso nervioso que le obligó a
abandonar la escuela; esto a su vez le impidió entrar a la Universidad de Brown
para estudiar derecho, lo que habría significado una buena renta para él. Con
sus estudios solo podían aspirar a trabajos mediocres de menor cuantía, que por
supuesto no estaban a su altura intelectual.
La falta de una renta apropiada y su exagerado a pego a
las rutinas lo obligó literalmente a vivir en casa de su madre “…está lleno de recurso evidentes, lugares
comunes y repeticiones“(S. de Camp Lovecraft: Una Biografía), hasta que
esta falleció, y luego de sus tías tras su separación de Sonia Green. Phillips
Howard nunca pudo amasar una pequeña
fortuna, ya que desde siempre se había dedicado al periodismo amateur y a
escribir sus ensayos, narraciones y poemas, cosa que no era muy bien remunerada
por entonces en Estados Unidos, solo le permitía llevar una vida austera, esto
por su puesto no le provocó ningún tipo de trauma, pero no le permitía realizar
tantos viajes como hubiera querido.
A
pesar de la pobreza que no le permitía incluso comprar ropa, aunque siempre
andaba dignamente vestido, Lovecraft se las ingenió para realizar importantes “rallys” por Estados Unidos y Canadá,
sobre todo después de ser elegido presidente de la UAPA, cargo que lo llenaba de orgullo y lo tomaba con una seriedad
que rayaba en lo obsesivo, bajo el argumento que tenía que dar charlas y
reunirse con importantes miembros de la asociación de escritores amateur,
viajaba constantemente. En uno de estos
viajes a la ciudad de Boston en 1921 donde debía dar una conferencia sobre el
periodismo aficionado, como presidente de la UAPA conoció a Sonia Haft Green de 38 años separada y
con una hija de 16 años. Este encuentro fue especialmente importante, ya que P. H.
Lovecraft se enamoró de ella por su carácter e inquietudes intelectuales, debemos
decir que los viajes del soñador de Providence fueron particularmente muchos ese año algunos
especialistas exponen que se debió a que su madre había sido internada en el
hospital y ella le hacía la vida miserable con sus capricho de anciana que enrostra
a su hijo su deseo de morir, hay que agregar que el escritor de Providence no
le gustaban los hospitales, por lo tanto, hacía lo humanamente posible para no
visitar a su madre y una buena excusa era sus continuos viajes a Boston,
durante estos viajes como dijéramos conoció a Sonia, pero también expandió su
círculo de amistades, sobre todo de escritores. En este período recibió el
importante encargo de un colega, G. J.
Houtain para realizar una serie de relatos que darían como resultado el
ciclo “Herbert West, Reanimador”.
La amistad- amorosa de Phillips con Sonia creo un lazo
muy fuerte entre ambos, el escritor de Providence le confezó a un amigo que su
relación con Green era de carácter intelectual antes que sexual, aun cuando
existió la sexualidad de por medio. Cuando Sonia público su diario aficionado “The Rainbow”, Lovecraft se hizo
presente en primera página con un ensayo titulado “Nietzscheismo y realismo”, que era un texto sobre la decadencia de
occidente y la exaltación de la aristocracia como único sistema viable para
contener el proceso de descomposición dado por la aparición de las “masas” y la
democracia, es evidente que Lovecraft estaba siendo influenciado en este ensayo
por las lecturas de los filósofos germanos Friedrich
Nietzsche (Más Allá del Bien y El Mal), Arthur Schopenhauer (La Voluntad de
Poder) y el historiador inglés Oswald Spengler (La Decadencia de
Occidente), como nos sugiere en su excelente ensayo Cesar Guarda Paz “Edición Crítica de Nietzcheanismo y
realismo de H.P. Lovecraft” (Universidad de Barcelona). En un viaje de
negocios que tuvo Sonia a la ciudad de Providence, se encontró nuevamente con
Phillips Howard, quien amablemente le enseño la ciudad, ella lo convenció
durante las largas charlas que visitara Nueva York, el oscuro de Providence
quedó encantado con la idea y en abril de 1921 partió por una semana a la “Gran Manzana”, fueron unos días tremendamente
fructíferos, no solo porque conocía una interesante ciudad “llena de
extranjeros”, recorriendo museos, edificios, barrios antiguos y nuevos de la
ciudad, sino que además conoció a un grupo de personas que serían importantes
en su vida como Frank Belknap Long,
Loveman, Kleiner y Houtain, con
los cuales inició una amistad epistolar y creativa que se mantendría más allá
de la muerte de Lovecraft.
En un nuevo viaje de negocios que realizo Sonia cerca de
Providence se reunieron con Phillips y después de una comida y una charla amena
tuvieron su primer beso, H.P. Lovecraft confeso que a los 32 años de edad fue
la primera vez que había besado a una mujer (S. de Camp Lovecraft: Una Biografía), el acercamiento fue tan
fuerte que escribieron juntos “The
Horror at Martin’s Beach”. En ese verano (1922), visito a sus amigos Alfred
Galpin y Loveman en Cleveland (Ohio), con este último recorrió la ciudad, supo
en ese tiempo del escritor Clark Ashton
Smith, con el cual inicio una amistad epistolar, a partir de una carta que
le envió el soñador de Providencia con el sugerente título de “fans”, a partir
de este momento ambos no dejaron de escribirse, aun cuando no se conocieron en
persona, Lovecraft gustaba decir que realizaban “viajes oníricos” con él.
El Mágico Egipto Siglo XIX |
La relación con Sonia fue cada vez más en serio, tanto
así que en 1924 se casó con ella, en Nueva York y se trasladó a esta ciudad a
vivir, unos días antes había terminado de escribir el borrador de “Prisionero de los Faraones”, junto a Harry Houdini (Erich Weiss), después
del matrimonio se fueron de luna de miel a la ciudad de Filadelfia y se
hospedaron en el hotel Robert Morris, mientras recorrían la ciudad que alguna vez fue la capital de la Unión,
Phillips Lovecraft corrigió por última vez el manuscrito y lo taquigrafío, era un
hombre que no tenía grandes recursos y por tanto se la tenía que jugar por
obtenerlo como fuera, incluso durante su luna de miel.
Harry Houdini |
Si bien pronto el matrimonio fue un fracaso, este se
debió a diversos motivos que lo aquejaron, el oscuros de Providence, no era un
hombre fácil de llevar, ya que no estaba dispuesto a dejar sus hábitos de
escritor empedernido y trabajólico, además de sus rutinas exageradas como tener
que comer, sentarse y dormir en sus viejos muebles de Providence. Sonia solo
logró que se mudara con ella a Nueva York, después de aceptar traer
literalmente todos los muebles y libros. Los problemas de dinero como producto de que Sonia perdió su empleo en la tienda de
sombreros (la cual quebró) y una posterior depresión de ella provocó el lento resquebrajamiento
del matrimonio, cuando Sonia se recuperó fue contratada para dirigir otra
tienda de moda en la ciudad de Cincinnati (Ohio) y eso hizo que ella se fuera
de Nueva York, Lovecraft no quiso separarse de sus amados muebles y decidió
quedarse en la “Gran Manzana”, claro que debió mudarse a un departamento más
módico en el barrio de Reed Hook, barrio pobre y lleno de extranjero que
traumatizo a Phillips, no tanto porque la habitaran extranjeros, sino que le
hizo romper sus rutinas. Este tiempo en Red Hook lo sumió en una depresión muy
fuerte, la falta de dinero y la incapacidad de realizar sus pequeños caprichos
de excéntrico escritor lo hizo pasar una sequía creadora, esto por su puesto no
lo alejo de sus amigos con los cuales se visitaba y escribía constantemente.
Nueva York |
El
matrimonio fallido de Lovecraft creo un mito que sería muy bueno esclarecerlo
inmediatamente, que Howard era “homosexual”,
esta idea vertida por algunos “expertos” en su vida, se sostenía en que el escritor
de Providence era impotente para lograr sostener amistad con mujeres y el matrimonio
había sido toda una “pantalla”, ya que era incapaz de mantener una relación
sexual por el asco que le provocaban estas, y por ello fracasó. En la realidad,
el matrimonio no solo fue consumado en lo sexual, sino que Sonia confidenciaba que
su marido era: “un amante excelente de
la manera adecuada" (Sonia H. Davis, "Memorias de Lovecraft: I,"
El Colector de Arkham, N ° 4, 1969).
Por esta razón, el fracaso de su
matrimonio se debió a lo antes expuesto y no a sus inclinaciones homosexuales,
más aun que sobre este punto tenía una visión muy negativa el oscuro de Providence “De hecho, aunque por supuesto siempre supe que la pederastia era una
costumbre asquerosa de muchas naciones antiguas, nunca oí hablar de la
homosexualidad como un instinto real hasta que tenía más de treinta años (. . .) Que supera su récord! (carta a J. Vernon Shea
fechada el 14 de agosto de 1933) o en la carta que escribe a August
Derleth el 16 de febrero de 1933 “En lo que se refiere al homosexualismo, la
objeción primaria y vital contra él es que es natural (física e involuntariamente,
no “moralmente" o “estéticamente”)
repugnante a la abrumadora masa de la humanidad ... ". Es cierto que
Lovecraft tuvo amigos homosexuales como Robert
H. Barlow, Samuel Loveman y Hart Crane, pero se sabe que él no
sabía de las inclinaciones de sus amistades, como se puede comprender en la
década de 1920 y 30’, la homosexualidad no era un tema que se tratara
públicamente y que se tuviera como algo normal, más bien, en esa época era mirada con
desprecio por muchos y compasión por otros por tratarse de una enfermedad
psiquiátrica, debemos añadir que no hay ninguna prueba que nos pueda hacer
suponer de la homosexualidad de el oscuro de Providence, por tanto los que
exponen este punto solo se basan en especulaciones sin fundamento e
inapropiadas.
Robert H. Barlow |
No
toda la estadía en Nueva York fue mala, en esta ciudad formó el “Kalem Club”, todos los viernes se
reunían una serie de escritores de fantasía y ciencia ficción, las tertulias
las animaba Lovecraft, sus amigos decían que era el más notable de los
tertulianos por sus conocimientos enciclopédicos, su refinado lenguaje y su
humor chispeante, solo algunos temas provocaban cierta polémica como la
religión o sus comentarios xenófobos, pero que nunca lograron quebrar la
amistad del grupo, por tanto Phillips ansiaba los días viernes por la noche. El
año más terrible de su vida terminó cuando por fin decidió regresar a
Providence, con todo y muebles a casa de su tía, a pesar de esto el Kalem Club
no se acabó.
Llego
el año de 1926, que podríamos denominarlo “el
de las visitas y excursiones”, recibió muchos amigos en su ciudad de
Providence, pero además realizó una serie de visitas a las ciudades del noreste
de Estados Unidos, una verdadera exploración por las tierras que el denominaba “coloniales inglesas”. Este es el año
en que conoció al que sería su gran amigo y difundidor de su obra, nos
referimos a August Derleth, con
quien, a pesar de su diferencia de edad,
August tenía a la sazón 18 años, mientras que Howard rondaba los 36 años, se
creó una fuerte amistad que perduraría después de la muerte del escritor de Providence,
August lo apodo “el viejo”, cosa que
Lovecraft le encantó, ya que le daba un aire señorial y de sabio que tanto le
gustaba demostrar. El oscuro de Providence, además de viajar tenía una faceta
poco conocida y era realizar “bitácoras
de viajes”, en donde no solo describía sus periplos, sino que las llenaba
de explicaciones teóricas muy intelectuales sobre la arquitectura, población y
museos, estas bitácoras le servían para construir sus narraciones de terror
dando un sustento físico a sus “tópicos
de viajes oníricos”, esto rompe otro mito del soñador de Providence y es el
hecho que todo su conocimiento se basaba solo en lo que leía y aprendía como
autodidacta, lo cual no es del todo cierto, sino que también pudo palpar el
conocimiento a través de su vivencia, que fue una base muy sólida para sus
relatos. En 1927 termina de escribir y
publica lo que sería su primer diario de viaje conocido como “Vermont: Una Primera Impresión”, en
este texto hace una guía -narración de la ciudad de Vermont que la define como
una “hermosa e inquietante urbe colonial”,
además expone parte de los viajes realizados en el año anterior.
Ciudad de Chicago |
En
1928 Lovecraft volvió a instalarse por unas semanas en la ciudad de Nueva York,
por invitación expresa de Sonia, aun cuando estaban alejados como matrimonio,
esto no les impedía sostener casi una relación de amistad, este fue el último
momento que estuvieron juntos, Sonia se marchó definitivamente a Chicago,
mientras que Howards Phillips realizó un gran periplo por las ciudades de
Albany, Baltimore, Filadelfia y Washington, además de visitar las cuevas de
Shenandoah, esta gran aventura turística y de conocimiento intelectual va a
quedar plasmada en parte en su diario de viaje “Observaciones Respecto a Varias Partes de América”, en donde hará
una exposición sobre la arquitectura colonial inglesa de esas ciudades y su
riqueza cultural. La estancia en Nueva York le permitió volver a reunirse con
los miembros del Kalem Club y crear nuevas amistades.
Después
de su divorcio con Sonia, realizó verdaderos periplos por el país, como el
dinero era realmente escaso, tomaba autobús y se hospedaba en hoteles de
tercera cuando no había ningún amigo que lo acogiera, este punto no le
provocaba ningún problema, muy por el contrario, en su espíritu de niño se veía
a sí mismo como un aventurero al estilo Samuel
en la novela de Moby Dick o como Arthur Gondon Pin en la novela del
mismo nombre. En 1929 se quedó a hospedar en casa de Belknap Long en Nueva York, luego viajo a Richmond y de regreso
visitó a Austin Dwyer en la ciudad
de Kingston y a Cook en Athol.
Nuevamente parte de este viaje quedara expuesto en su diario de viaje llamado “Recorridos en las Provincias de América”,
en donde plasma sus visiones sobre temas culturales tales como arquitectura,
museos y cementerios, un tema anecdótico era que en cada ciudad que llegaba, le
gustaba visitar los cementerios locales, decía que eran una fuente riquísima de
inspiración, aumentó considerablemente la cantidad de amigos. Sus publicaciones
en los Pulp le granjeaban cada vez más admiradores y admiradoras que le
escribían, la lluvia de cartas era inmensa, Lovecraft, a diferencia de muchos
escritores que no tomaban en consideración las epístolas de sus fanáticos
lectores, se daba a la tarea días enteros a leer y responder cada una de ellas,
esto tenía que ver con su refinada educación victoriana y la visión de
caballero inglés que tenía de sí, hubiera sido un gran desaire indigno de él no
responder.
En los
años subsiguientes, hasta su muerte continuó con viajes incesantes como los
realizados a la ciudad De Land en la Florida, Quebec en Canadá, Nueva Orleanes en Luisiana hasta la isla de Nantucket,
atraído a esta última por sus lecturas de novelas de viajes y balleneras como
Moby Dick. Todos estos viajes van a quedar plasmados en sus bitácoras de viajes
como los anteriores “Balance De Una Visita A Charleston”, y "Una Descripción De La Ciudad De Quebeck, en Nueva Francia, añadida
recientemente a los dominios de Su Majestad Británica", debemos hacer
la mención que este último texto es más extenso que su narración “El extraño caso de Charles Dexter Ward”.
El estilo que utiliza en estas últimas bitácoras demuestra un deseo de
aproximarlas a las bitácoras de viajes del siglo XVII y XVIII, con títulos muy explicativos
sobre el tema que va a tratar. Los últimos años de Lovecraft fueron de un
frenesí en todos los ámbitos, escribió mucho, corrigió mucho, hizo muchos
amigos y, finalmente, viajó mucho.
isla de Nantucket |
Toda
la inspiración y descripción de sus viajes vertida en los diarios nos habla de
un hombre que amaba conocer y estudiar los lugares, por este motivo, no nos
debemos extrañar que los veranos casi no paraba en su casa de Providence, los
otoños, inviernos y primavera los trabaja duramente creando nuevas narraciones
y corrigiendo trabajos de otros. Todo esto le reportaba exiguas ganancias que
eran utilizadas en sus viajes de verano, casi nunca se compraba ropa, sus
comidas eran de costos muy limitados y se hospedaba en hoteles de tercera
cuando no había un buen amigo que lo acogiera, pero era un hombre feliz, incluso
más feliz que ningún otro, un creador de mundos, que amaba las buenas
conversaciones con sus amigos y las historias mágicas, que gustaba pasear en
soledad, pero amaba estar rodeado de personas, que hacia disertaciones racista,
pero de buenas ganas y muy cordialmente conversaba con judíos, negros y
extranjeros. Todos sus perjuicios existían en ese mundo onírico rico y poderoso
que tenía. Sus últimos días fueron rápidos, murió de una enfermedad a la cual
no quiso combatir por su rechazo natural a los médicos, a los hospitales y a su
libertad, cuando fue por fin a visitar uno, el cáncer al colon estaba lo
suficientemente avanzado como para matarlo fulminantemente, no fue casi nadie a
su entierro, a todos los amigos los tomó literalmente por sorpresa su muerte,
algunos de ellos siguieron recibiendo cartas semanas después de su
fallecimiento, porque Lovecraft había logrado romper el muro más allá de los
sueños.
La
visión tergiversada de un Lovecraft solitario, huraño, un verdadero ermitaño,
que solo vivía para escribir, se contrapone con el hombre que fue en la práctica,
bondadoso, amigable, tremendamente social y un viajero incansable, con gusto
hubiera recorrido el mundo mil veces si hubiera tenido los recursos para
hacerlo.
Buen final para el ciclo.
ResponderBorrarSiempre me sorprendió mucho, las descripciones tan exactas, que H.P. Lovecraft, hace de cosas que nunca vio. Por ejemplo en las montañas de la locura y la exposición que hace de la tecnología asociada a la ciencia de la época.
Querido Rodrigo
BorrarCuando leíamos a H.P. Lovecraft era muy simpático ver que la descripciones que realizaba de la Antártica (En las montañas de la locura) eran construida en base a sus lecturas enciclopédicas, por tanto los errores propios de las descripciones geográficas, pero si la comparamos con el "horror de Red Hook", la descripción es detalla y se ajusta muy bien a la realidad. Es interesante esto último que demuestra lo vivencial de algunos de sus relatos.
Querido Rodrigo
BorrarCuando leíamos a H.P. Lovecraft era muy simpático ver que la descripciones que realizaba de la Antártica (En las montañas de la locura) eran construida en base a sus lecturas enciclopédicas, por tanto los errores propios de las descripciones geográficas, pero si la comparamos con el "horror de Red Hook", la descripción es detalla y se ajusta muy bien a la realidad. Es interesante esto último que demuestra lo vivencial de algunos de sus relatos.
Si te interesa tener otra fuente de información, sobre temas poco conocidos en este lado del mundo, te presento este blog: http://ussrlife.blogspot.cl/
ResponderBorrarEstá formado por artículos que hablan de la realidad soviética desde su propia perspectiva. es un poco torpe de leer, pues el original está en cirílico y es necesario poner el traductor de google. Pero trae visiones inesperadas de la historia cotidiana, la política y el arte de la antigua URSS.
Que interesante este blog lo voy a visitar.
BorrarMi apreciado Sardaukar, con enorme placer he leído este instructivo y bien documentado texto dedicado a tan querido autor. Pues en verdad has logrado desmitificar esa faceta negativa de Lovecraft, en la cual lamentablemente desde nuestra juventud creímos, abriéndonos los ojos para que nuestra admiración hacia él y su legado fuese mayor aún.
ResponderBorrarCon cariño eso sí, debo invitarte a revisar mayormente la redacción de este post y los que espero vengan a continuación, que se nota en tu afán de compartir de una vez con todos nosotros tus ideas, has descuidado algunas aspectos de su realización como puntuación y otros. Te daré un ejemplo textual de este mismo trabajo tuyo, cuando escribes:
"la homosexualidad no era un tema que se tratara públicamente y que se tuviera como algo normal, más bien era mirada con desprecio por muchos y compasión por otros por tratarse de una enfermedad psiquiátrica".
Pues cuando pones acá aquella desfasada idea de "enfermedad psiquiátrica" en relación a la homosexualidad, los lectores que no te conocen bien podrían pensar que mantienes esa visión sobre lo que hoy es llamado políticamente correcto MINORÍAS SEXUALES. Por ende, con humildad, te digo que debería cambiar la redacción y poner, por ejemplo:
"por considerar en aquellos años de que se trataba de una enfermedad psiquiátrica".
Sin ánimos de quitarte más tiempo por este medio (que ya lo haré en persona, je) y esperando nuevas entradas de interés, me despido por ahora.
Elwin la idea de este pequeño ensayo era destruir el segundo de los grandes mitos sobre la vida de Lovecraft, tomare en cuenta lo que dices de la redacción aún cuando en el ejemplo que me das, yo coloco como inicio de la idea "en los años 20 y 30", por lo tanto no me refiero al concepto actual que se tiene de la homosexualidad, ya que a partir de 1982 fue sacada por la sociedad psiquiátrica de Estados Unidos como enfermedad psiquiátrica y en 1985 ha nivel mundial. Tampoco manifiesto mi idea sobre el tema, pero tratare de ser más claro en esos aspectos.
BorrarGracias
Elwin la idea de este pequeño ensayo era destruir el segundo de los grandes mitos sobre la vida de Lovecraft, tomare en cuenta lo que dices de la redacción aún cuando en el ejemplo que me das, yo coloco como inicio de la idea "en los años 20 y 30", por lo tanto no me refiero al concepto actual que se tiene de la homosexualidad, ya que a partir de 1982 fue sacada por la sociedad psiquiátrica de Estados Unidos como enfermedad psiquiátrica y en 1985 ha nivel mundial. Tampoco manifiesto mi idea sobre el tema, pero tratare de ser más claro en esos aspectos.
BorrarGracias
Muy recomendable: http://perufolklorico.blogspot.cl/2016/04/libros-y-cultura-el-codigo-blas-valera.html
ResponderBorrarHe visto este blog y lo encuentro bastante bueno
BorrarMi estimado, que alegría que vuelvas sobre un autor tan apreciado como Lovecraft. Antes de hacerte algunos comentarios más de fondo sobre tu post, quería ir primero a la forma, y es que a veces descuidas la redacción en cosas puntuales, por ejemplo: te refieres varias veces a Lovecraft, como "P. H. Lovecrfaft"; o a J.R.R. Tolkien lo llamas "R.R. Tolkin". No se trata de ser quisquilloso, sólo es un aporte para afinar la redacción.
ResponderBorrarA la brevedad te hago algunos comentarios de fondo.
Muy buena entrada!
Gracias Miguel por tus criticas, voy a revisar el texto, de hecho le pedí a un profesor de lenguaje que viera el tema de redacción.
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