Jorge Baradit haciendo publicidad a su libro |
12 RAZONES PARA NO LEER
“HISTORIA SECRETA DE CHILE I”
DE
Jorge Baradit
Debo confesar
que poco y nada despertó mi interés leer
el libro de Jorge Baradit, “Historia Secreta de Chile” (que se trasformaría en
el tomo I, con la aparición de su segundo libro, aunque el autor nos ha amenazado que serán tres libros, ¡Dios nos pille confesados!), primero, porque cuando un
libro es un “Fenómeno de Ventas”, es
porque existe una masa que lo compra, y la masa suele ser atraída por motivos
que rondan en el morbo, el deseo de conocer los detalles siniestros o las
conspiraciones más atrevidas, en otras palabras solo cuestiones banales, muy
alejadas de la disciplina de la historia, a la cual he dedicado casi toda mi
vida.
Tampoco el
conocimiento que tenía del autor, a quien había leído como guionista de comics
y escritor de ciencia ficción, fantasía y otras sub formas literarias, y que
dicho sea de paso, bastante buenas en su calidad narrativa. Lo que me hizo leer
su libro fue el enterarme de la polémica que suscitó en el ambiente de los
historiadores, un grupo más bien selecto que poco o nada participa de las polémicas,
menos por los medios de comunicación, es más bien un grupo de claustro que
desata sus luchas intelectuales a puerta cerrada en seminarios o revistas
especializada, y nada más, tampoco tienen cobertura en los medios masivos, ya
que rara vez se trasforman en un producto deseado por el mercado. Entonces me
pregunté qué habría escrito Jorge Baradit para despertar estas críticas tan
fuertes de gente que no discute con diseñadores o escritores de ciencia ficción
por lo general. Comencé la lectura del libro y como un acto que Bergson o Saramago describiría como lucidez, lo
comprendí todo, lo entendí todo, y este es el resultado de mi lectura.
Antes de iniciar mi exposición deseo dejar en
claro que a diferencia de los que critican al autor por no tener ningún estudio
de historia como ciencia y aun estar muy
alejado de ella por su calidad de diseñador y escritor de ciencia ficción y
fantasía, yo creo que cualquiera puede hacer historia, la historia es un
elemento vivo que está al alcance de todos, que sigue un rigor histórico
de la casuística o sea de los hechos, con una interpretación sólida basada en
una tesis coherente y concreta, en donde las fuentes juegan un rol
determinante, para la demostración de nuestras hipótesis, por ello es un trabajo
a largo plazo que no busca el éxito o la
fama sino la verdad, como punto central.
Isaac Asimov |
Como dije no es necesario haber estudiado la disciplina para ser un buen historiador, incluso revolucionar a esta descubriendo nuevos hechos que nos hacen replantearnos las tesis aceptadas por generaciones y generaciones. Creo que en este ámbito existen muy buenos ejemplos, tenemos el caso de Isaac Asimov, un hombre que se le conoce por sus obras de ciencias ficción, además de tener dos vetas desconocidas para muchos que son: ser un destacado y brillante científico que escribió monumentales obras y un buen historiador, que lejos de realizar meros relatos de hechos, construyó hipótesis inteligentes y atractivas. Un segundo ejemplo de buen historiador es criollo, me refiero al señor Héctor Maldini, ingeniero que después de jubilarse se dedicó a su pasión, la historia, publicando dos libros: “El Príncipe: vida de Patricio Lynch" y “Pascua en el Pacífico”, libros de un muy buen nivel investigativo, sobre todo el primero de estos, que otorga datos muy interesantes e inéditos, debido a que el autor tuvo acceso a la correspondencia privada del personaje, ambas investigaciones fueron el fruto de años de trabajo y tenacidad.
Pero por desgracia “Historia Secreta de Chile”, no es el caso, pues luego de leer el libro de Jorge Baradit, el auto denominado "especialista" en las ciencias históricas, quien nos daría una nueva perspectiva de la historia de Chile, como así lo expone en su prólogo, No lo hizo, ya que Jorge, lejos de hacer una “historia secreta”, entregando datos sobre este punto, solo se dedica a exponer en forma grosera temas tomados al azar muy conocidos, sin ningún hilo conductor, más que el deseo de relatar los hechos anecdóticos de un bajo nivel, dignos de la televisión a eso de las nueve o diez de la mañana y entre los comentarios sobre el escándalo de la semana y la receta de cocina de turno, él nos cuenta una historia “secreta” de Chile, un relato extraído de su imaginación, pero que nada tiene que ver con los hechos reales.
Pero para no
seguir navegando en mis propias conjeturas sobre el texto y realizando un
análisis de la obra ya citada de Baradit, iniciemos nuestro viaje por la mente
de un hombre que encuentra muy entretenido fantasear tergiversando, deformando
e inventando hechos que no puede sostener con ninguna fuente o que las fuentes
dicen todo lo contrario de lo que él expone.
El libro parte
con una presentación, donde el autor da rienda suelta a una serie de
aseveraciones temerarias y panfletarias, tomadas prestadas y deformadas
caprichosamente de distintos historiadores, que por supuesto él no se toma la molestia mencionar, pero un
especialista capta de quién se trataría, por ejemplo de Julio Pinto, Gabriel Salazar, Mario Góngora, entre otros, pero también se aprecia que el
autor del libro no los maneja correctamente, sino que conoce parte de sus obras
a través de resúmenes sacados de Internet, de ahí su grosera exposición. En medio
de esta salsa de aseveraciones sin sustento, aparece lo que será su tesis
central, la columna vertebral de su obra: “Pero cuidado, porque también está
la intención, el complot y la farsa” (p 9), en esta cita se puede apreciar un deseo de mostrar que la historia de Chile es una
construcción falsa, si no toda, la gran mayoría de esta, que fue realizada e
ideada con una intención premeditada por un grupo o grupos de poder
perfectamente coordinados para tal efecto los últimos doscientos años, pero
también se desprende la idea de que el autor de “Historia Secreta de Chile” nos
revelará la verdadera historia, esa que no está sometida a esta élite de poder
que ha construido Chile, esa que no adoctrina a los niños y niñas en los
colegios.
Luego se inicia los capítulo del libro, que están llenos
de generalizaciones alegres y más falacias, con comentarios banales, sin ningún
fundamento real y concreto, a continuación expondremos al desnudo capítulo por
capítulo, mostrando los errores más groseros y extravagantes, que llaman al
lector a ser de este un ente más ignorante.
1.- Arturo Prat era espiritista.
El capítulo se inicia con una muy, pero muy temeraria afirmación, Arturo Prat, el mayor héroe de la Guerra del Pacífico, a quien se le han dedicado sendas biografías, estudios detallados de su vida y correspondencia, sí, a ese, Jorge sindica que él dirá algo nuevo y revolucionario que devastará la visión que se tiene de éste. Esta revelación es que Arturo era "Espíritista", gran aseveración dada muy tarde, ya que en 1995 el profesor Gonzalo Vial Correa en su libro biográfico del héroe de Iquique, coloca los datos y entrega el porque de esta creencia, aún más, añade que el Capitán de la Esmeralda al tener fe en este tipo de "seudo -ciencia", no contravenía ni sus convicciones religiosas, ni los mandatos de la Iglesia Católica, ya que no estaba condenado o prohibido el espiritismo por esta institución en aquellas época, por tanto, que es lo escandaloso que Prat fuera seguidor de estas actividades, ninguna, en que afecto a su persona, en nada, es más bien anecdótico y propio del período. Ahora indaguemos más en este punto y otros de este capitulo.
El siglo XIX estuvo plagado de lo que se conoce como el gran movimiento espiritista, que
avanzó incluso bien entrado el siglo XX. Esta creencia se integró en las altas
sociedades de Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos, era una moda de la sociedad comercial y burguesa, ávida de nuevas y exóticas ideas sobre la
espiritualidad, incluso autores de la talla de
Bernard Shaw y Chesterton harán
mofa de estas ideas de las clases altas londinense. Como Francia e Inglaterra
marcan la moda de la "sociedad civilizada" de la época, no nos debemos extrañar
que la clase alta chilena, muy, pero muy permeable a todo lo que venía de estos países de Europa, hayan entrado en el juego espiritista. Pero eso no significa,
como nos dice Baradit, que esta clase alta tremendamente católica, haya decidido dejar
la religión para volcar en estas reuniones espiritistas todas sus necesidades trascendentales, en ese caso se debería estudiar mejor el gran movimiento masón, que si tuvo gran relevancia en la creencia de ciertos grupos de la élite.
De hecho, si uno lee las cartas de la época, se encontrará que esa misma gente
que realizaba aquellas reuniones eran las que estaban los domingos en misa. Por
ello, decir que la sociedad alta dejó la religión católica sería más que un
insulto intelectual, una gran estupidez.
Hablando de falacias
y mentiras Baradit hace una afirmación más que temeraria en este mismo capítulo
que raya en la ignorancia absoluta del tema, cuando afirma lo siguiente: “El
siglo XVIII había traído un nuevo paradigma y una nueva herramienta para ver el
mundo, el método científico. Todo fue puesto bajo el juicio de las pruebas, la
hipótesis y el fundamento; ya no se aceptaban las cosas porque sí y la Iglesia perdía
terreno como nunca antes en su historia. Frente al microscopio y las teorías
evolucionistas…” (p 19). Analicemos este párrafo, en primer lugar expone
como un hecho confirmado que el siglo XVIII aparece el método científico, pero
si Baradit se hubiese tomado la molestia de leer un libro sobre la historia de
las ciencia, se habría dado cuenta que desde siempre ha existido un método de
investigación en las distintas épocas y civilizaciones del hombre, hilando un
poco más fino e interpretando lo que quiso decir con método científico, lo más
seguro se refería a la obra del filósofo francés Rene Descartes quien en 1637
publica su famoso libro “Discurso del Método” o sea el siglo XVII y no el
XVIII. Pero para ser indulgente con nuestro no – historiador quizás se refería
a los métodos deductivos e inductivos de Hans Christian Ørsted, (1777-1851),
pero eso solo si somos buenos con él. Luego en un arranque mayor de osadía sin
fundamento nos dice que la teoría de la evolución está circunscrita también al
siglo XVIII, eso es un disparate ya que un alumno de básica le diría que Charles
Robert Darwin escribió su obra "El Origen de las Especies" en 1859, un siglo más tarde de la fecha que da
nuestro investigador. Traduzcamos lo que quiso decir Baradit, intentaba decirnos que la Ilustración y “El
siglo de las Luces” inauguraban una concepción más racional y científica, pero
le recuerdo a nuestro historiador que en la misma época que él habla del cambio
de paradigma se creía por parte de la gente culta en los unicornios y hadas
literalmente.
Charles Robert Darwin quien en 1859
publica El Origen de las Especies
|
Discurso del Método de Rene Descarte |
Volviendo a Arturo Prat el susodicho escritor nos cuenta que este “no estaba seguro de sus intermediarios” (p 22) refiriéndose a que Prat había perdido su fe en la Iglesia Católica, entonces como se puede comprender que Arturo llevara un escapulario, un rosario y una biblia, entre sus pertenencias, que iba los domingos a misa y las fiestas de guardar, que en sus cartas haga referencia a “nuestro señor Jesucristo” y a “su Santísima Madre”, eso solo tiene una clara explicación, porque era un católico convencido de su religión y lo que significa está, mi pregunta como Baradit teniendo las fuentes a la vista es capaz de decir tamaña estupidez.
Hippolyte Léon Denizard Rivail |
Objetos personales de Arturo Prat al momento de su muerte |
2.- El misterio del
Cristo de Mayo y el terremoto de 1647.
Santiago Colonia, ciudad de Adobe muy expuesta a los terremotos |
. Este segundo capítulo no tiene ninguna
originalidad ya que han sido diversos los historiadores del siglo XIX y XX que
se han referido al Cristo de Mayo, desde su tallado hasta las relaciones que
tiene con los terremotos según la creencia popular, recuerdo haber visto algunos reportajes en el canal 13 sobre el
tema y en el programa “Tertulia” de la década de los ochenta en UCVT, los
panelistas se refirieron a este tema de nuestra historia colonial con jocosidad
y muy animadamente, por tanto que tiene de secreto el tema, probablemente Baradit
nunca lo haya sabido y se impactó al conocer del tema, pero hacer de su
ignorancia el motor de lo secreto no está muy bien.
Pero lo que nos atrae de este capítulo no es la muy conocida historia del Cristo de Mayo, si no de las cosas que Baradit expone y que son errores monumentales, en primer lugar al referirse al terremoto de 1647 dice: “… el fenómeno una magnitud 8,5 en la escala de Richter (P 30) la pregunta es cómo en 1647 se pudo calcular con tanta exactitud con esta escala cuando
Cristo de Mayo tallado de madera de un naranjo del huerto de la Quintala |
Pero lo que nos atrae de este capítulo no es la muy conocida historia del Cristo de Mayo, si no de las cosas que Baradit expone y que son errores monumentales, en primer lugar al referirse al terremoto de 1647 dice: “… el fenómeno una magnitud 8,5 en la escala de Richter (P 30) la pregunta es cómo en 1647 se pudo calcular con tanta exactitud con esta escala cuando
Charles Francis Richter y su maquina para calcular la intensidad de los movimientos telúricos |
Pero como si fuera poco termina con un párrafo más temerario aun: “… llamada falla de San Ramón, y sobre la cual la poca memoria de los chilenos ha levantado nada menos que un centro de investigación nuclear y una de las plantas de proceso y acopio de gas más grande del país”. Baradit no se ha tomado la molestia de investigar del tema, presumo entonces que la información la sacó de alguna página de internet en la cual se sustenta su libro al parecer, pero si consultará en la Universidad de Chile, particularmente al departamento de Geografía o la Pontificia Universidad Católica de Chile le dirán que los estudios de la falla son más bien recientes, se presumía en la década del 60’ que existía, pero los estudios más serios y metódicos son más bien recientes, sí señor, por tanto su juicio se basa en qué para realizar tremenda crítica.
3.- El Cadáver Perdido de
Manuel Rodríguez.
En este capítulo nuevamente la falta de originalidad aparece, es como una enfermedad endémica en el autor. Tratar un tema que ha sido re – tocado por los historiadores, dando diversas visiones, la originalidad de Baradit es nula. Como esta es nula, se arrima a trabajos muy bien documentados y publicados por destacados historiadores como Gabriel Salazar en sus libros "Construcción de Estado en Chile (1800-1837)". "Democracia de los "pueblos". Militarismo ciudadano. Golpismo oligárquico y Dolencias históricas de la memoria ciudadana (Chile, 1810 – 2010)" o los trabajos realizados por Julio Pinto ·¿Chilenos todos? la construcción social de la nación (1810-1840)", aunque pedantemente no cita en su escueta bibliografía a ninguno de ellos, si no parece hacernos creer que él va a rescatar la memoria histórica de Manuel Rodríguez.
En este capítulo nuevamente la falta de originalidad aparece, es como una enfermedad endémica en el autor. Tratar un tema que ha sido re – tocado por los historiadores, dando diversas visiones, la originalidad de Baradit es nula. Como esta es nula, se arrima a trabajos muy bien documentados y publicados por destacados historiadores como Gabriel Salazar en sus libros "Construcción de Estado en Chile (1800-1837)". "Democracia de los "pueblos". Militarismo ciudadano. Golpismo oligárquico y Dolencias históricas de la memoria ciudadana (Chile, 1810 – 2010)" o los trabajos realizados por Julio Pinto ·¿Chilenos todos? la construcción social de la nación (1810-1840)", aunque pedantemente no cita en su escueta bibliografía a ninguno de ellos, si no parece hacernos creer que él va a rescatar la memoria histórica de Manuel Rodríguez.
En el desarrollo del capítulo sus inexactitudes son
contundentes, pero además y curiosamente él grita a los cuatro vientos que
desea descubrir la verdadera historia de Chile, y por el contrario lo que hace
en este capítulo es reforzar la historia tradicional y decimonónica, al parecer
su falta de buenas lecturas y su adoctrinamiento fue muy eficaz en el colegio,
ya que nos dice por ejemplo: “… se levantaba
la bandera española en todas las plazas” (p 44) este concepto inventado en
el siglo XIX por la historiografía positivista daba por hecho la relación de
una nación diferente que era la chilena, con un invasor denominado España, pero
que las investigaciones actuales han ido echando por tierra, ya que en 1810 -
1818 no existía claramente esta definición, segundo porque la Independencia en
estricto rigor es una revolución, o sea la lucha de dos grupos con ideas
políticas e ideológicas diferentes, pero por definición de una misma estructura
política, que en este caso es la Corona de España, pero Baradit, desconocedor
de esto, mantiene la vieja tradición patriotera que él desea sacudir.
Refiriéndose a Manuel Rodríguez, coloca a este como uno
de los elementos más destacados de la
revolución independentista chilena, y probablemente lo sea, de esta
manera para destacar sus hazañas echa mano a todo, incluyendo las acciones
deplorables del héroe mitificado, como el asalto de los civiles partidario de
la corono, ya que el autor no comprende que cuando él dice: “Atacaba
haciendas realistas para financiar sus acciones…” (p 44) nos está diciendo
que esas haciendas eran de civiles y no del estado monárquico, por tanto, en la
actualidad se le podría acusar de violar los derechos humanos al héroe
baradiniano, un flaco favor le hace a Manuel Rodríguez por cierto.
Baradit le cuesta disimular su encono con Bernardo O’Higgins, al parecer más por una postura publica que por una real convicción, por ello en todo momento desea dejar en claro lo ineficaz que este fue en el momento de dirigir una batalla, y por esto realiza algunas generalidades que le quita toda fuerza a su argumento, cuando se refiere a la batalla de Chacabuco dice: “Cuando por fin llegaron a Los Andes, agotados, fueron rápidamente masacrados en la llamada batalla de Chacabuco por una oleada de argentinos al mando de José de San Martín” (p 45) Esta batalla fue iniciada por O’Higgins quien se adelantó a las órdenes de José de San Martín, y entablo combate con los realista, sin esperar la llegada de las demás unidades, para concretar el plan envolvente de San Martín, por esta razón la batalla se inició con un revés, pero cuando Solar se presenta junto a San Martin el plan se puede llevar a cabo sin problema y las fuerzas realistas son derrotadas.
Hablando de la composición del ejercito de "Los Andes o Libertador" a lo cual Baradit da mucha importancia, es efectivo que se componían mayoritariamente por tropas de las Provincias del Río de la Plata (Argentina), pero también había un buen porcentaje de chilenos, además de otras regiones de Latinoamericana por tanto, decir gratuitamente que esa fue una victoria de argentinos es desconocer la composición real del ejercito libertador y las batallas subsecuentes. Baradit debió haber dicho como un elemento distintivo de esta batalla y otras más el comportamiento salvaje de las fuerzas patriotas con los realistas civiles, o la utilización de negros esclavos en los cuadros militares, eso hubiera sido un acierto, pero no fue así. Su odio a O’Higgins no lo disimula para nada, ya que continua sus aceberaciones temerarias en su contra, cuando expone “O’Higgins encabezó las tropas que salieron a detenerlos, pero fueron masacrados en Cancha Rayada. (p 45), pero Baradit parece olvidar algo importante que el mismo dijo, esto es que O’Higgins no era quien iba al mando sino José de San Martín, comandante supremo del ejercito de los Andes. En segundo lugar, no existió una masacre, ya que las bajas fueron mínimas, más bien fue la sorpresa del ataque que la destrucción lo que causo el desbande de las tropas patriotas. Y por cierto los partes militares realistas informan que al igual que los patriotas en varias ocasiones terminaron disparándose entre ellos y que la batalla en ningún caso era decisiva. Continúa nuestro intrépido, porque hay que ser intrépido para decir, “Mientras tanto, los españoles avanzaban sobre Santiago…” ( p 46), lo que afirma Baradit es que las fuerzas realistas estaban compuestas de españoles, pero esto no es del todo acertado, ya que la mayoría de ellas se componían de unidades de realistas de Chillán, Concepción, Valdivia y Chiloé, incluso el hijo de Don Mateo de Toro y Zambrano venía entre las tropas. También había tropas del Perú, principalmente de la zona de Arequipa, solo un batallón era compuesto cien por ciento de españoles que era el batallón Burgos (soldados liberales de España), por tanto, nuestro amigo sigue reafirmando la historiografía del siglo XIX chilena sobre la guerra de la Independencia.
Batalla de Chacabuco |
Baradit le cuesta disimular su encono con Bernardo O’Higgins, al parecer más por una postura publica que por una real convicción, por ello en todo momento desea dejar en claro lo ineficaz que este fue en el momento de dirigir una batalla, y por esto realiza algunas generalidades que le quita toda fuerza a su argumento, cuando se refiere a la batalla de Chacabuco dice: “Cuando por fin llegaron a Los Andes, agotados, fueron rápidamente masacrados en la llamada batalla de Chacabuco por una oleada de argentinos al mando de José de San Martín” (p 45) Esta batalla fue iniciada por O’Higgins quien se adelantó a las órdenes de José de San Martín, y entablo combate con los realista, sin esperar la llegada de las demás unidades, para concretar el plan envolvente de San Martín, por esta razón la batalla se inició con un revés, pero cuando Solar se presenta junto a San Martin el plan se puede llevar a cabo sin problema y las fuerzas realistas son derrotadas.
Hablando de la composición del ejercito de "Los Andes o Libertador" a lo cual Baradit da mucha importancia, es efectivo que se componían mayoritariamente por tropas de las Provincias del Río de la Plata (Argentina), pero también había un buen porcentaje de chilenos, además de otras regiones de Latinoamericana por tanto, decir gratuitamente que esa fue una victoria de argentinos es desconocer la composición real del ejercito libertador y las batallas subsecuentes. Baradit debió haber dicho como un elemento distintivo de esta batalla y otras más el comportamiento salvaje de las fuerzas patriotas con los realistas civiles, o la utilización de negros esclavos en los cuadros militares, eso hubiera sido un acierto, pero no fue así. Su odio a O’Higgins no lo disimula para nada, ya que continua sus aceberaciones temerarias en su contra, cuando expone “O’Higgins encabezó las tropas que salieron a detenerlos, pero fueron masacrados en Cancha Rayada. (p 45), pero Baradit parece olvidar algo importante que el mismo dijo, esto es que O’Higgins no era quien iba al mando sino José de San Martín, comandante supremo del ejercito de los Andes. En segundo lugar, no existió una masacre, ya que las bajas fueron mínimas, más bien fue la sorpresa del ataque que la destrucción lo que causo el desbande de las tropas patriotas. Y por cierto los partes militares realistas informan que al igual que los patriotas en varias ocasiones terminaron disparándose entre ellos y que la batalla en ningún caso era decisiva. Continúa nuestro intrépido, porque hay que ser intrépido para decir, “Mientras tanto, los españoles avanzaban sobre Santiago…” ( p 46), lo que afirma Baradit es que las fuerzas realistas estaban compuestas de españoles, pero esto no es del todo acertado, ya que la mayoría de ellas se componían de unidades de realistas de Chillán, Concepción, Valdivia y Chiloé, incluso el hijo de Don Mateo de Toro y Zambrano venía entre las tropas. También había tropas del Perú, principalmente de la zona de Arequipa, solo un batallón era compuesto cien por ciento de españoles que era el batallón Burgos (soldados liberales de España), por tanto, nuestro amigo sigue reafirmando la historiografía del siglo XIX chilena sobre la guerra de la Independencia.
Por hacer su relato más novelesco, Baradit cae en una
falacia, demostrada y re-demostrada por la historiografía actual, esto es que la corona española en el siglo XIX era una
potencia de segundo orden y no “Representaba
a uno de los imperios más poderosos del Planeta” (p 45) que es la ligera
apreciación del historiador.
Termina el capítulo asiéndose cargo de cuando mito que se
refieren al cuerpo de Manuel Rodríguez, siendo incapaz de salir de ese
atolladero y jugarse por una visión clara del tema, es impotente para
defender sus ideas históricas de su héroe
4.- Los Corazones de los
Soldados de La Concepción.
Este es quizás el capítulo menos original de todos y una de las historias más y más relatadas dentro de la historiografía chilena. Durante la dictadura de Pinochet, se utilizó como plataforma propagandística nos referimos a "la batalla de La Concepción", incluso se daba como día feriado para celebrar una más de las glorias del ejército. Por tanto que tiene de original hablar de esta batalla, nada, más aún que el autor no nos entrega ningún descubrimiento o tesis nueva al respecto, solo se dedica a dar apreciaciones subjetivas sobre el evento y a llenarlo de “imagínense”.
Este es quizás el capítulo menos original de todos y una de las historias más y más relatadas dentro de la historiografía chilena. Durante la dictadura de Pinochet, se utilizó como plataforma propagandística nos referimos a "la batalla de La Concepción", incluso se daba como día feriado para celebrar una más de las glorias del ejército. Por tanto que tiene de original hablar de esta batalla, nada, más aún que el autor no nos entrega ningún descubrimiento o tesis nueva al respecto, solo se dedica a dar apreciaciones subjetivas sobre el evento y a llenarlo de “imagínense”.
En primer lugar, sube de rango al teniente primero
Ignacio Carrera Pinto “el capitán Carrera Pinto” (p 57), quien nunca
supo de su promoción a capitán de ejército. Pero esto sería una pequeña
inexactitud, si tomamos en cuenta que Wikipedia dice que Carrera era capitán,
ahí uno puede comprender el error de Baradit. Pero sus siguientes comentarios
son escalofriantes, cuando afirma en segundo lugar que:“… y además el descontento
de los lugareños iba en aumento, el odio hacia la ocupación chilena era grande,
el deseo de venganza les comía el estómago…” (p 58), cualquier
investigador de la guerra del Pacífico sabe que Chile ocupó ciertas zonas del
Perú, particularmente las costeras del centro y sur del país. La campaña de la
Sierra o de Breda se originó justamente por la poca visión de las fuerzas
chilenas que después de destruir al ejercito del Perú no quiso ocupar el país y
desmovilizo a una buena parte de las tropas, que regresaron a Chile junto con su gerenal Manuel Baquedano, esto permitió a los peruanos organizar un ejército de
montoneros en las sierras y el norte del Perú. Lo que Baradit menciona como
ocupación es en realidad las campañas en contra de esté o mejor dicho estos
ejércitos de montoneros dirigido por Avelino Cáceres (El brujo de los Andes) y otros oficiales peruanos. Lo que olvida Baradit que desde la década de los 60’
en el Perú particularmente en la universidad de San Marcos y Católica del Perú, se ha estado echando por tierra las ideas patrioteras peruanas sobre una resistencia nacional al invasor del Sur y explicando la resistencia indígena de la Sierra como una lucha contra la opresión de los "Blancos" de la costa, por tanto las luchas en las regiones montañosas del interior era anterior a la
invasión chilena, los blancos aplastando a las comunidades indígenas, por tanto la lucha contra las tropas de Chile sería la continuación lógica de esta lucha, asusada y dirigida por las élites blancas derrotas de la costa, que después de la retirada del ejercito chileno se dieron a la tarea de aplastar definitivamente a estas comunidades, por el propio Avelino Cáseres. Esto claro esta no exime de
atropellos de parte de las tropas chilenas, pero este odio está más arraigado en
el mundo indígena y es pretérito a la guerra con Chile, solo basta leer la novela de Vargas Llosa “La
Ciudad y los Perros” para darse cuenta del hecho, quizás para la
intelectualidad de Baradit, es poca cosa Vargas Llosa.
No contento con este primer error Baradit continua con sus pocas acertadas afirmaciones como: “… se desatò el caos. Debieron retroceder y refugiarse en otro poblado donde ganaron fuerzas y pudieron resistir” ( p 59), este párrafo se hace cargo de la retirada del Coronel del Canto que no fue como lo relata Baradit, ya que el retraso de las fuerzas chilenas se debió principalmente a que debieron ayudar a la 4.ª compañía del batallón Santiago en los poblados de Marcavalle y Pucará que fueron atacadas por parte de Cáceres y no a una retirada forzada por el ataque de Cáceres, como se desprende del párrafo.
Para rematar
su poco fidedigno relato, Baradit afirma que: “Los pocos soldados y las
cantineras que quedaron con vida no tuvieron más remedio que soltar sus armas y
esperar un trato como prisionero de guerra” ( p 65), de la batalla de La Concepción no existe ningún testigo chileno, las tropas del Canto pudieron
conjeturar lo que pudo ocurrir gracias a los testimonios del ciudadano italiano
Carlos Rivetti y lo que se podía especular de la batalla según los restos
encontrados. Pero parece que Baradit se inclina por el testimonio de Manuel F.
Horta, corresponsal del diario El Eco de Junín, quien no estuvo en la batalla y
que los mismos historiadores peruanos reconocen que realizaba apologías de la
guerra, pero sin fundamentos, esto se llama contrastar fuentes, cosa que
nuestro intrépido investigador no realiza, porque seguramente no sabe, por tanto el párrafo citado son las invenciones de Manuel F. Horta, que dice el Coronel Gastón comandante de las fuerzas de montoneros y regulares peruano en su parte de la batalla, en síntesis expone que los regulares se comportaron a la altura de la batalla, pero que los "Indios" eran unos salvajes y alcohólicos que no sabían recibir y acatar ordenes, que los chilenos pelearon con bravura hasta el final a pesar de conminarlos a la rendición y que le fue imposible salvar a "las mujeres y a un recién nacido por que la indiada les dio muerte horrorosamente", lo que motivo a que se retirará hastiado del lugar, como se puede apreciar el relato de Gaston testigo presencial esta muy distante de los inventos de Horta. .
Para finalizar
Baradit termina el relato de la batalla con la orden del Canto de: “fusilar
sumariamente a todos los lugareños” (p 65). Lo que el “historiador” nos quiso
decir es que del Canto ordenó primero fusilar a los pocos indígenas ebrios de
la montonera que aún quedaban en el lugar y que nada nos hace presumir que
fueran del pueblo mismo, después dio una orden de perseguir a las fuerzas
peruanas de Gastón con una partida de tropas a caballo, las cuales tendrían que
matar a todo hombre que encontrarán y se sospechará de ser guerrillero, la
orden fue monstruosa, por supuesto, pero Baradit se nota que desconoce el hecho. Como antecedente de este último punto, es que la guerra en La Breda no esta tipificada como la lucha contra un estado, sino contra una resistencia a la cual no se le supone ninguna cualidad militar y por tanto no se ajusta al concepto de "Guerra Civilizada", por cuando son vistos como "Bandidos" y se le aplica las leyes militares para tales efectos del Siglo XIX, la ejecución sumaria, mientras que a la población civil se le aplica los impuestos de ocupación y las ejecución si se resiste, se debe tener también en consideración que la mayoría de los oficiales peruanos habían jurado no tomar las armas contra Chile después de las derrota de Miraflores y tomando su palabra de honor como garantía se les dejo en libertad, por tanto si se les tomaba prisionero no se tendría ningún tipo de piedad con ellos, así lo comprendieron desde el principio estos oficiales que pese a eso lucharon con mucha bravura, pero aceptando todo tipo de vandalismo y crueldades por parte de sus comandados, de hecho es un episodio muy oscuro de barbarie y brutalidad por ambas partes y no solo por el ejercito de Chile como quiere decirnos Baradit.
5.- La estrella solitaria y los símbolos luciferinos de chilenos.
5.- La estrella solitaria y los símbolos luciferinos de chilenos.
Baradit en este capítulo hace una
serie de aseveraciones temerarias por decir lo menos que contradice a
destacados historiadores, pero a diferencia de estos últimos no nos entrega ninguna
prueba de lo que dice, es casi un acto de fe lo que nos pide sobre su palabra.
Para empezar dice:“…de lo que un grupo de hombres consiguió al unirse en una
cofradía secreta de inspiración masónica, guiados por un personaje histórico:
Francisco de Miranda. La Logia Lautaro…”
(p 69) qué datos nos da Jorge para tamaña aseveración, ninguno, solo
lo dice y afirma, pero que dicen historiadores de la talla de Jaime Eyzaguirre
en su ya clásica obra “ La Logia Lautarina”, primero nos expone que Francisco
Miranda no era masón, ya que no existe
pruebas al respecto, aún más indica al historiador William Spencer Robertson
quien paso gran parte de su vida investigando a Miranda, investigación que
volcó en un libro ya clásico “La vida de Miranda”, quien después de escurrir en
los archivos, libros y diarios de Francisco, llega a la conclusión que Miranda
no solo no es masón, si no que la hermandad que creo no era ni carbonaria, ni
masónica, aún más este autor incluso dice que no existe prueba para afirmar que
creara la logia Lautaro. Por sí Baradit encuentre muy retrogrado o fascista al
aludido Jaime Eyzaguirre, ya que él es
de espíritu socialista y progresista, citaremos a Jorge Ibañez Vergara, miembro
activo de la gran Logia de Chile que no solo confirma lo que el profesor Jaime dice, sino que agrega “Eran
simplemente grupos revolucionarios, cuya única semejanza y parentescos con las
logias masónicas, era el secreto y el compromiso fraterno…”(O’Higgins el
Libertador p 27), porqué Baradit realizó aquellas afirmaciones, muy simple,
para crear la idea de que la independencia de Chile y América fue la obra de un
grupo hermético y sectario llamado la Logia Lautarina, que era masónica, osea la independencia de América sería la obra siniestra de unos pocos..
Jorge Ibañez Vergara especialista en la vida de Bernardo O'Higgins que niega el origen masón de la Logia Lautaro |
Jaime Eyzaguirre uno de los más destacados especialistas en Bernardo O'Higgins que Baradit no cita. |
Pero no contento con esto el “Historiador” vuelve a la carga diciendo “Eran
ateos (por los próceres de América) o
agnósticos, el ideario respondía al iluminismo y la idea de progreso a través
de la razón, no de la religión” (p 70), siguiendo esta lógica baradiniana,
cómo podríamos explicar que O’Higgins fuera un hombre religioso devoto de la
Virgen del Carmen (construcción del Templo Votivo de Maipú), para quién tuviera
una gran importancia su escapulario y su rosario, además de que todos sus
biógrafos hablen de ese punto, incluso la gran mayoría de los próceres, muchos
de los cuales sí eran masones, demostraran una marcada religiosidad tradicional
como está ampliamente documentado. Resulta entonces imposible demostrar lo
dicho por Baladit, al menos que el autor en un arranque de locura y obstinación
desee llevar la contraria a los hechos, las fuentes y a todas las escuelas de
interpretación de la época de la independencia con un argumento único “porque
si”, como si fuera un niño mimado.
Como toque final para este capítulo, nuestro investigador
realiza una aseveración basada claramente en sus fuentes de Wikipedia, al
decirnos: “Los gnósticos, corriente de conocimiento esotérico subteraneo de
fuerte influencia oriental…” ( p 71), mi primera pregunta fue a qué tipo de
gnosticismo se refiere, al generado en la filosofía griega, que buscaban la
causa primera del orden cósmico y que degeneraron en círculos herméticos con
claros vínculos en la religión griega tradicional y elementos persas, o tal vez
al gnosticismo que se produce después de la aparición del cristianismo, que
toma enseñanzas filosóficas griegas, elemento de religiosidad del Medio Oriente
y cristianas para buscar a través de una especulación racional la respuesta del
porqué de la existencia, esta especulación los llevo a una serie de ritos de
carácter herméticos y purificadores, o quizás Baradit, nos hable del gran
movimiento gnóstico que se opuso a las enseñanzas de la Iglesia Católica en los
siglos III, IV y V, o ta vez a las ideas agnósticas y esotéricas nazis y ocultista actuales, o quizás no tenga la menor idea de que los movimientos gnósticos
son variados y se dieron en diferentes etapas de la historia de Occidente y que
aun quede mucho trabajo por hacer en este campo.
6.- Jaime Galté, Un Médium Republicano.
La historia de Jaime Galté es el típico relato que
podemos circunscribirlo como anecdótico y simple, un hombre que decía que tenía
la capacidad de hablar con los espíritus y se relacionó en este ámbito con
importantes personalidades de nuestra historia reciente, podría ver la historia
de Galté en un programa televisivo de los años 90’ , como el “Día Menos
Pensado” o “Al otro Lado del Espejo”, en otras palabras sin importancia
histórica de ninguna clase.
Jaime Galté: Un medium según Baradit |
Lo único que nos parece rescatable de este cuento es que
Baradit hace un esfuerzo retórico y argumentativo para que el lector crea en su
fascinante relato, lo que me lleva a preguntar si será Baradit un médium y de ahí le viene la ganas de hacer
estos estudios tan importantes, que a su
juicio se debe enseñar en los colegio como verdades históricas. Pero tan bien me asalta una duda, en muchas partes del libro Baradit una y otra vez expone la importancia del "racionalismo" y del "pensamiento científico" por sobre la religión y la pregunta es "¿qué tiene de racional?" estudiar y validar las exposiciones de un medium que por naturaleza no se basan en ideas científicas a lo más en una seudo - ciencia que se sostiene en la "FE" en sus expositores, será que Jorge es un "HOMBRE CONTRADICTORIO" en su discurso y no comprende la diferencia entre pensamiento científico propiamente tal y religioso.
7.- ¿Quién Mató a Silva Renand, El General De La Masacre de La Escuela Santa María?
Otra historia secreta, según Baladit, nuestro bien documentado investigador, es la que se vislumbra en el siguiente capítulo de su texto, la cual lo inicia con una pregunta retórica, casi como título de novela. Para luego literalmente hacernos un relato policial simple, donde de antemano sabemos el final, que no es la muerte del susodicho oficial, sino quien asesino a esté y que Baradit en su pobre capacidad para realizar juegos de puzzle policial le muestra al lector casi de inmediato cuando dice “En una de esas carretas iba también el cadáver de un joven obrero español de apellido Manuel Vaca, medio hermano de otro joven con el que había viajado desde la península al nuevo mundo en busca de mejores horizontes” (p 97), creo que su relato es tan simple como los de Dan Brown, se le recomienda al escritor que lea a Chesterton, Leslie Charteris, Jemes Helvick o Carter Dickson, entre otros para construir entramados policíacos.
Por cierto hay un garrafal error en el texto, el ejército de Chile marchan con música de diversos autores austriacos, alemanes, ingleses y chilenos, y no solo como afirma Baladit, es decir, que el ejército lo hace con marchas “Wagnerianas”, ya que efectivamente una de estas marchas es de Wagner: “los Nibelungos”, que no es propiamente una marcha, ya que pertenece a una de las opera de la tetralogía "El Anillo de los Nibelungos", él compositor nunca la compuso como marcha militar, sino que se le sacaron algunos acorde posteriormente para crearla y es parte del repertorio de la marina, Jorge debería leer "historia de la música Universal" o alguna buena biografía de Wagner.
8.- El Reino Francés de la Araucanía Aún Existe Y Tiene Herederos en Europa.
En primer lugar, Baradit en este capítulo nos crea una atmosfera de fantasía que estaría muy acorde con una novela o relato que por naturaleza es una ficción, pero que nada tiene de historia.
En segundo
lugar, el capítulo peca totalmente de originalidad e historia secreta, ya que el anecdótico
reino de la Araucanía aparece en casi todos los textos escolares, se han
realizado varios reportajes sobre el tema como el salido en la revista del Sábado
del Mercurio 2006, donde se le hace un
extenso reportaje al penúltimo rey de la Araucanía.
El especialista José Bengoa |
Fuera de esto, el capítulo no está excepto de errores históricos garrafales y de subjetivas observaciones del autor. Como la afirmación de nuestro historiador Baradit, quien nos dice: “… cacique Kalfukura levantara desde el Pacifico hasta el Atlántico e hiciera temblar a los presidentes de Argentina y Chile por igual” (p 105). En un ataque de locura nos hace creer que existió un gran estado mapuche, dirigido por un mítico personaje llamado Calfukura, una especie de Napoleón. Obviamente con esta visión Baradit se echa al bolsillo los trabajos de José Bengoa y su libro Historia del pueblo mapuche: siglo XIX y XX o el trabajo de los historiadores José Millalén, Pablo Marimán, Rodrigo Levil, Sergio Caniuqueo “Escucha Winka”. Estos investigadores lo primero que dejan en claro que los pueblos indígenas, particularmente los mapuches que habitaban la Pampa y Patagonia de Argentina y Chile, no tenían una unidad política, que eran totalmente individuales, y que estaba en conflictos constantes, una especie de “paz armada entre las tribus”, que se podía quebrar al menor indicio de desconfianza o provocación. Por tanto, qué hizo Calfucurá, creó en 1835 una confederación de tribus que obedecían sus órdenes por la capacidad que él tenía de hacer confluir los propósitos políticos de cada una de ellas en su persona, en ningún caso conformando una unidad política superior. Otro punto que no ha sido probado, es si Calfucurá logró establecer esta confederación en los mapuches, establecidos al occidente de los Andes (Chile), como alegremente parece asegurar Baradit. Para terminar nuestro historiador innato no se refiere a la alianza entre el cacique Calfucura y Rozas, la participación de este como aliado del dictador Rozas en las guerras civiles de Argentina o sus guerras internas por mantener esa frágil unidad.
Otra ocurrencia extraña de Baradit fue su loca idea de describir los planes de Orllie – Antoine como “…un soñador que venía con la idea en la cabeza de reunir provincias hispanoamericanas bajo una monarquía afín a Francia”. (p 106). Por muy poco informado que estuviera Antoine sobre América, él sabría perfectamente que en el territorio en el que se iba establecer eran Repúblicas independientes y no territorios hispanoamericanos a secas, casi de la Corono española.
Otra
chapucería del intrépido investigador es decir que fue el presidente Manuel
Montt el que ordenó detener a Orlie – Antoine, pero No fue esté, sino que fue durante el gobierno de
José Joaquín Pérez, el 05 de enero de 1862, se le detuvo y condenó, pero luego
los tribunales lo declararon “loco” y encerrado en el manicomio de donde lo
saco el cónsul francés, pero esa locura no es tal, ya que la locura se sostenía
en la pasión del francés por ser mapuche y crear un estado independiente en estos territorios. El historiador Armando Braun Menéndez que dedico su vida a
investigar la historia del sur de Chile, da a entender en sus libros El
Reino de Araucanía y Patagonia y Pequeña Historia Patagónica, que la
locura de Antoine fue una estrategia del Cónsul para poder liberal a su
compatriota con la venía de Chile.
Para finalizar Baradit no coloca muchas citas en su libro, y las pocas que aparecen están sin fuentes (a excepción de la primera), pero para ayudar al lector del libro hemos testeado la fuente de la cita de este capítulo que es:
Felipe I penúltimo rey de la
Araucania y Patagonia
|
Para finalizar Baradit no coloca muchas citas en su libro, y las pocas que aparecen están sin fuentes (a excepción de la primera), pero para ayudar al lector del libro hemos testeado la fuente de la cita de este capítulo que es:
«Nos, Orllie-Antoine 1.er, por la gracia de Dios, Rey
de la Araucanía, nos hacemos un honor de imponeros de nuestro advenimiento al
trono que acabamos de fundar en Araucanía. ¡Pedimos a Dios, Excelencia, que os
tenga en su santa y digna guarda!» https://es.wikipedia.org/wiki/Or%C3%A9lie_Antoine_de_Tounens
Probamente Baradit nos diga
que la obtuvo de otra página y no de Wikipedia, pero eso no lo sabemos ya que
él no cita como corresponde.
9.- Ingrid Olderock, un Monstruo
Chileno.
Ingrid Olderock ampliamente estudiada por la periodista Nancy Guzmán en su libro "La Mujer de los Perros" |
Una segunda cosa, es que Baradit constantemente resalta sus amplios conocimientos sobre el periodo de la dictadura, lo curioso que comete un error garrafal al afirmar que la DINA era: “…regimiento monstruoso que fue la Dina” (p 114), cuando en la practica la DINA fue La Dirección de Inteligencia Nacional, también conocida por ser un tipo de policía secreta del régimen militar de Augusto Pinochet en Chile entre 1973 y 1977. Muy curiosa ignorancia por decir lo menos.
10.- El Marino olvidado que salto con Prat
Este capítulo no tiene
ningún tipo de información inedita, pues solo con leer la obra de Gonzalo Bulnes
“Historia de la Guerra del Pacífico”
el lector sabría de este episodio y de muchos más. Este apartado con título
rimbombante, sin ningún aporte, es la
triste continuación del primero capítulo de esta saga, solo se puede destacar
las subjetividades y comentarios livianos del autor como el siguiente: “… mientras Condell literalmente fusilaba a las tropas de la
Independencia, rendida, inclinada sobre su costado e indefensa, Grau rescataba
a los sobrevivientes y los alimentaba antes de llevarlos a Iquique” (p 132). Condell,que
no es santo de mis devociones, no puede ser injuriado de esta manera y tan
gratuitamente. En primer lugar tuvo la habilidad y pericia para lograr encallar
a un barco mucho más poderoso que la cañonera Covadonga que dirigía, me refiero
a la Independencia, segundo el fuego mortífero en contra de este último barco
fue con la intención de lograr su rendición, cuando se hizo bandera blanca en
la nave peruana, terminó el fuego y quiso ir en socorro de la Esmeralda por esta razón no presto de inmediato ayuda a los naufragos, pero
cuando comprobó que los humos al norte que se vislumbraba en ese momento eran
del monitor Huascar, el cual a todas luces había destruido a la Esmeralda,
decidió la retirada hacia el sur, salvando uno de los dos barcos del bloqueo y
trasformando la derrota en una victoria y dejando el socorro de la Independencia al Huascar, por tanto aquí existe una clara mala intensión.
La historia que nos relata
de Condell es la expuesta en páginas de internet de carácter “amarillas” y
“panfletarias” de nuestro vecino del norte, probablemente sea la literatura que
gusta nuestro osado historiador leer por las tardes, pero le recomiendo las
excelentes revistas de historia de la Universidad de San Marco y Universidad
Católica del Perú, si instruirse sobre la mirada seria de la historiografía
peruana es su deseo o leer la enciclopédica obra de Bulnes, fuente de historiadores peruanos, chilenos y bolivianos.
11.- La Conspiración de la Virgen de
Peñablanca.
Otra vez Baradit llego tarde para descubrir el complot del régimen Militar, el tema de las apariciones de la Virgen de Peñablanca se comenzó a conocer como un plan del régimen militar casi de inmediato, primero por los grupos contrarios a esté y a través de la misma Iglesia Católica a través de Vicaria de la Solidaridad, la cual recababa información de las operaciones de la Dictadura. Posteriormente fue la CUT que puso la alerta. Esto comenzó a ser noticia en los diferentes medios contrarios al régimen imperante. Por tanto, la Historia Secreta de Peñablanca no era muy secreta.
Con la caída de Pinochet, se supo más información
todavía sobre el tema, creo que se desató, el Mercurio, la Segunda, TVN, entre
otros medios publicaron sendos reportajes, esto dio pie para que el Padre
Miguel Contardo Egaña escribiera el libro "Apariciones
de la Santísima Virgen en Peñablanca".
El hecho fue tan ventilado por los medios de
comunicación que Pedro Lemebel se inspiró para escribir “Loco afán: crónicas de sidario”, mientras que Álvaro Bisama
escribiría “Caja negra”. A parte de crónicas, memorias
universitarias, obras de teatro, etc, etc. Por tanto el secreto no existe.
Fuera de lo antes expuesto, existe una serie de
afirmaciones que realiza Baradit, entre las más descabelladas y altisonantes
podemos encontrar por ejemplo “mataba a sus opositores (el régimen de
Pinochet), tenía al país al borde de un ataque de nervios” (p 137). Que la
dictadura de Pinochet mataba y torturaba a sus opositores salta a la vista y no
requiere mayor indagación, que el país completo estaba en un estado de pánico,
ese es un punto cuestionable, si Jorge
hubiera dicho, la crisis económica, la falta de libertades de expresión y la
fracturación de la sociedad chilena eran unos de los grandes traumas de la
década de los 80’, junto a las torturas y violaciones de los derechos humanos estaríamos bastante de acuerdo, pero no lo hizo, más bien realizó una generalización alegre, para explicar la válvula de escape de las apariciones de la virgen de
Peñablanca, pero en su deseo de generalizar toma uno solo
de los componentes de la dictadura y lo trasforma en el que hace gatillar este
complot del gobierno militar. También se le olvida que la clase pobres, media y
pudiente tienen un fuerte sentido religioso, un concepto que va en su
mentalidad, son poco ritualista, pero muy dados a las manifestaciones populares
y mágicas, por tanto un buen elemento para desviar la mirada sobre la crisis económica del país.
Pedro Lemebel |
También la dictadura tenía una guerra asolapada contra
la iglesia Católica, por ello, apoyó a los Evangélicos Pentecostés y a cuanta
secta quiso asentarse en Chile, dentro de esta guerra estaba la CNI como
principal articuladora, por tanto más parece un esfuerzo en esa línea que como
dice Baradit un antídoto en contra de la desmoralización generalizada de Chile por efecto de la violación de los derechos humanos, aun más, esta probado que la televisión jugo un papel más destacado como medio tergiversador y anestésico entre la población, con programas simplistas
como “Sábado Gigante”, “Martes 13”, "Japening con Ja" entre otros tantos más (Historia Social de Chile) y que mostraban una realidad ficticia a la generalidad de los chilenos.
Otras afirmaciones erróneas son confundir a un
adolescente como Miguel Ángel con un niño
“ Miguel Ángel Poblete, un niño de
diecisiete años…” (p 139) o pensar que una institución que tiene más de dos
mil años requiere alimentar su fe en cualquier cosa que parezca milagrosa,
cuando la Iglesia es la más reacia a ese tipo de manifestaciones, por eso no
tiene ninguna lógica decir: “Los imagino
rogando que fuera cierto.” (p 144), lo curioso es que provenga de un escritor que parece gustar de
mitos y conversaciones con espíritus.
12.- El Internet de Allende
Por fin
hemos llegado al último de los capítulos de está muy poco rigurosa
investigación histórica, es interesante leer este apartado después de
martirizarse con todos los capítulos anteriores, debido a que es el único bien
logrado. No aporta nada nuevo, ya que quien ha leído el libro “Historia de la
Corfo” o “CORFO. 1989. Corporación de Fomento de la
Producción: 50 años de realizaciones 1939-1989.” Queda muy bien informado sobre ese tema, la gracia
de este texto es que Baradit escribió una novela, una extraña mezcla de ciencia
ficción, fantasía y rescate de mitos chilenos
conocida como “Synco”, el nombre del proyecto, debemos decir que esta
novela está bien lograda, a pesar de muchas tergiversaciones y mentiras que coloca en su escueto prologo. creemos que el escritor debió mantener esta senda, segura y
clara para él y no explorar territorios que exigían un grado más de
rigurosidad, pero mucho mayor, al cual, Jorge no está a acostumbrado.
En este capítulo Baradit vuelca todas sus lecturas del
proyecto Synco o proyecto Cybersyn que tenía y los expone dramáticamente, como
en la novela de su autoría y eso es todo.
Conclusiones.
Ha sido un verdadero
esfuerzo mental e intelectual leer la obra de Baradit, por ser simple,
subjetiva, contar con errores históricos groseros y con una falta de calidad
del relato que por momentos me recordaba a nuestros masivos programas de
televisión abierta. La historia es una
ciencia, una ciencia que busca a través del trabajo exhaustivo de las fuentes
(estudiar, comparar y descartar fuentes) la construcción de hipótesis bien
sustentadas y demostradas. Un historiador se puede equivocar en su exposición,
por cierto que sí, pero eso no invalida su trabajo, solo nos estimula a
continuar la senda seria del trabajo historiográfico.
Pero cuando a parecen personas como Baradit, sin
escrúpulos, con un deseo de lograr fama inmediata, quienes no tienen
miramientos en trasformar a la historia en una prostituta de carnaval, para
luego certificar su trabajo como válido en función de la cantidad de libros que
ha vendido, es una vergüenza, más aún proviniendo de un hombre con talento narrativo, como lo tiene
Baradit, que este se trasforme en el “Cafiche” de este prostíbulo de las editoriales poco
escrupulosas y de una masa ignorante habida de circo como es por desgracia
nuestra sociedad chilena en la actualidad. Lo único que espero que como hombre
sensato Baradit se dé cuenta del gran crimen que está provocando dentro de esta
masa de personas, que las está llenando de mentiras que pronto ellos recitaran
como si fuera una verdad histórica valida, perpetuando así nuevo mitos.
Mi amigo, te felicito por iniciar tu blog, nada menos que con una crítica de fondo contra uno de los charlatanes de moda, vendedor de humo como pocos. Saludo tus críticas.
ResponderBorrarComo punto aparte, te quería hacer una consulta desde mi ignorancia... qué significa el nombre de tu blog??
Saludos!
Muchas gracias Miguel por tus parabienes hacia el blog, creo que era necesario que se expusiera en forma clara y práctica por que los historiadores y profesores de historia critican la obra de este hombre. Para tu pregunta, que significa el nombre del blog es un termino medieval que se usaba en las universidades y significa "el tiempo para discutir cuestiones liberales" en tendiendo por estas las artes liberales que se entendía en la Edad Media
BorrarEstimado maese Sardaukar, pues congratulaciones por su nuevo proyecto. Durante la semana leeré con gusto su texto, que hay que darse su tiempo. Como bloguero "viejo" le quisiera eso sí hacer unos humildes consejos:
ResponderBorrar1º, póngale imágenes a sus textos, que tengan tanto que ver con el contenido de sus post, como para recrear la vista.
2º Textos como el que usted ha escrito son muy extensos para leer de un tirón en un blog (pues recuerdo que no se trata de una revista universitaria, ni de una publicación elitista), razón por la cual lo mejor sería dividir en dos o tres partes textos de esta dimensión. Por otro lado, de ese modo consigue más la atención de sus lectores.
3º Agregue las "funciones" o como quiera que se le llame, de "Seguidores" y la de enlaces recomendados.
De seguro ya irá cobrando atractivo visual su página, que así como está se ve demasiado sobria (por ejemplo, podría poner un pequeño texto de presentación a su blog debajo del título).
¿Tú hablas de textos extensos?
BorrarEl diablo vendiendo cruces jejeje
Saludos, Elwinillo.
Muchas gracias Elwin por tus comentarios como veterano de estas páginas, estoy recién aprendiendo a usarla. Pero prometo realizar los cambios y ajustes necesarios.
ResponderBorrarCuando apareció el texto que critica, mi querido amigo, tuve la ilusión de que este señor Baradit agregaría su nombre a la rica tradición de divulgadores de nuestra historia. Creí, con porfiada inocencia, que habría surgido un nuevo Jorge Inostroza (Adiós al Séptimo de Línea), o quizá un Aurelio Díaz(Crónicas de la Conquista), o un Liborio Brieba (Episodios Nacionales), quizá una Magdalena Petit (Diego Portales) o incluso un Víctor Domingo Silva (El Mestizo Alejo), un Fernando Alegría (Lautaro, Joven Libertador de Arauco), Joaquín Edwards Bello (La Novela de Balmaceda) o hasta podría nombrar a la discutible Isabel Allende (Inés del Alma Mía), en fin, podría haberse unido a tanto y tantos... pero no, tenía que seguir el farandulesco camino de "los trapitos al sol", haciéndose eco de habladurías que nada vienen al caso con la vida de los grandes y que en nada responde a la grandeza histórica de sus vidas. ¡Qué pena! ¡Qué talento perdido! Le faltó decir al señor Baradit que Fulano de Tal se comía los mocos cuando nadie lo veía. Gracias por su aporte.
ResponderBorrarJajaja toda la razón, Mauri!!!
BorrarMuchas Gracias, creo que Baradit se perdió en el mundo de la farándula pudiendo hacer un par de buenas y apasionantes novelas históricas, por otra parte estoy escuchando todos las criticas de mi blog con la intensión de mejorarlo.
ResponderBorrarFelicitaciones, amigo, por tu blog!
ResponderBorrarEspero poder leer y gozar tus escritos históricos al puro estilo robertiano!!
Un abrazo
Muchas gracias querida amiga, creo que iniciar este blog era necesario desde una cruzada en contra de la ignorancia y la farandulización de los estudio de historia serios, he recibido muy bien las criticas y prometo empequeñecer mis textos, un poco menos extensos.
BorrarRoberto
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
BorrarNo tengo problema en leer un texto extenso, sobretodo si éste es interesante. Haz caso omiso de comentarios que no tratan el fondo de tus escritos.
ResponderBorrarCariños, Saudakar!!
Muchas gracias Mery por tu apoyo
ResponderBorrarFelicitaciones por tan extensa y profunda crítica a este libro que ha generado tanta polémica. Concuerdo con Astarajael con respecto a que se perdió una buena oportunidad de hacer un libro entretenido acerca de la historia chilena. Lo peor, a mi juicio, es que casi todos estos temas no tienen nada de "ocultos", ya que muchos los leí en los textos de básica y media, además de conversaciones con algún profesor de historia (y uno que otro texto extra del tema que leí por casualidad o por otros motivos).
ResponderBorrarSobre la extensión del texto, no te preocupes, hay otros que en sus sitios tienen suficientes ladrillos como para hacer otro Empire State y más encima son famosos y tienen muchísimas visitas. Dale no más, por último, si uno se aburre, lo puede dejar para otra ocasión.
Pero a Jorge no le deben preocupar estos comentarios, total, con los cien palos que se echó al bolsillo con la venta de las dos ediciones tiene su vida más que asegurada.
Saludos estelares.
Muchas gracias Teobaldo, creo que este oscuro personaje salido de la "nada" es el prototipo del hombre postmoderno, éxito fácil, una narración entretenida y dinero muy fácil, pasando por la verdad, por el trabajo de muchos otros y disparando ignorancia al por mayor, ese es el problema y por esto se debe desenmascara. Creo que seguiré tu consejo, y dejare de hacer mucho caso a la extensión y publicare la segunda crítica completa.
BorrarHe leído tu página de atrás para adelante.
ResponderBorrarTengo una relación conflictiva con el tema Baradit: a veces pienso que no vale la pena dedicar tiempo a juzgarlo con seriedad y que es un personaje de la tele, que sus libros son solo para entretener, como LOS TRES MOSQUETEROS o EL HOMBRE DE LA MÁSCARA DE HIERRO, que se basan en hechos reales, pero no pasan de relatos de aventuras. Pero otras veces recuerdo grandes falacias que han durado siglos, apoyadas en autores particulares, que por alguna razón se convierten en base sólida para construir realidad.
Cuando escribí " se basan en hechos reales", quise decir "se ambientan en un contexto histórico real.
BorrarRodrigo
ResponderBorrarAl principio no le di ninguna importancia a este personaje, crea como tu que tomarlo en serio seria una perdida de tiempo, pero lo que me despertó de mi letargo fue el hecho que con descaro y arrogancia dice que él va a enseñar la forma correcta de enseñar historia y de escribirla, pero cuando leí sus libros me encuentre con una serie de idioteces que muchos empiezan a recitar como verdades sacrosantas y ahí esta el verdadero peligro, por eso la necesidad de desenmascararlo.
Baradit parece que es un Dan Brown chilensis. El problema es cuando la seudo historia logra un efecto similar al de Los Protocolos de los Sabios de Sión, o sea dar una justificación intelectual para exacerbar masas furiosas
ResponderBorrarNo lo había pensado de esa manera, pero tienes razón, muchos idiotas cuando leyeron la novela de Dan Brown partieron del principio que era verdad, aun cuando era una novela, imagina a un estúpido que dice que es libro de historia. Los sabios de Sión es uno de los más tristes episodios de una falsificación que da pie a miles de muertos, espero que este personaje no se le ocurra decir algo como eso
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarMuchas Gracias Fernando por tu comentario
BorrarEstimado,
ResponderBorrarMis felicitaciones por un muy interesante y certero análisis de "la obra" de Baradit. Da gusto que alguien con formación se haya dado el tiempo de refutar los inventos y tergiversaciones del señor en cuestión. Especialmente gratificante fue el resultado de la búsqueda que hiciste de "la fuente" citada por este tipo, y el resultado fue wikipedia. A diferencia tuya, tiendo a pensar que efectivamente salió de ahí su cita. Como profesor universitario, sus ensayos no dan para un 4 en pregrado, por todos los argumentos que tan bien expones.
Ahora mi crítica: (espero que sea bien recibida, pues realmente me parece que tu texto es muy bueno y necesario de hacer circular, con la fe en que esa masa de baraditlovers lo lean... sé que es casi imposible, pero la esperanza es lo último que se pierde).... revisa la redacción y la ortografía, hay muchos errores. Varios son de esos que se pasan y pueden ser cosa del autocorrector que utilices, pero hay muchos otros que hacen doler los ojos... dale una pulida solo a esos aspectos formales (porque no son sino eso), y tu texto bien podría ser publicado (por partes, como dijeron por ahí) en alguna columna de opinión o medio más masivo que el blog.
reitero mis felicitaciones por tu trabajo y mi ánimo por que le des esa pulida de la que te hablé.
saludos!
Gracias por sus comentarios y pido disculpas por los errores ortográficos, debo confesar que estaba muy entusiasmado con el texto y no reflexione ni sobre los errores de nombres personales, ni sobre la redacción, solo deseaba publicarlo, pero ahora me tomare el tiempo para revisar todos los problemas que tengan. Le agradezco su alcance.
BorrarHola Sardaukar:
ResponderBorrarPrimero que todo, felicitarte por tan destacado y preciso análisis a una obra que debería estar catalogado como "BS-fiction" ya que el mentado "historiador" se da el trabajo de distorsionar los porfiados hechos. Algo propio de la mitomanía enfermiza del sector al que pertenece (es de izquierda, dicho sea de paso), que descuida incluso en la prolijidad del relato, para intentar hacerlo más creible.
Lo malo es que al chileno promedio con suerte, sabe leer, pero es incapaz de analizar, comprobar, constatar y contrastar el "relato". Por eso cae presa fácil de embaucadores como Baradit e incluso hasta quienes confeccionaron los informes Rettig y Valech, en el que varios incluso adolecen del mismo mal que Baradit: fueron redactados sobre mitomanía pura.
Gracias por tus comentarios Jose Cornejo y estoy de acuerdo con parte de tu visión sobre las lecturas que tenemos los chilenos, nos gustan la farándula y el sensacionalismo barato.
BorrarBaradit cumplió sus objetivos, reinterpretar la historia, es uno de los planes del comunísmo que es su religión y hacerse famoso y con dinero ( qué paradógico!) es posible que en el futuro lo veamos postulando a diputado o senador con varios títulos y postgrados al estilo de los políticos españoles ( falsos).
ResponderBorrarNo creo que este hombre reinterprete la historia, para deberia ser un intelectual y a todas luces no lo ws por su falta de vision, analisis y conceptualizacion, es simplemente un tipo que se dio cuenta que desea el lector masa, farandula, farandula y mas farandula y se la dio, si tiene que sacrificar la historia, bueno para el no hay problema.
BorrarQUE MAMONERIA DE COMENTARIOS: HAGANSE UN QUEQUE MEJOR. FALTOS DE TOLERANCIA. MUCHA LECTURA, POCO DEBATE SALUDABLE¡
ResponderBorrarPor el contrario esto es un debate, ya que la masa aplaude y defiende la obra farandulera de este hombre, no decir nada, no criticar seria parte de un norma y en este mundo la gente tiene derecho a expresar sus ideas de aprovacion o reprovacion, por tanto no es una mamomeria.
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