DESENMASCARANDO
A JORGE BARADIT
10
BUENAS RAZONES PARA NO LEER
HISTORIA
SECRETA II
Esta será la última entrega sobre el seudo libro de historia: HISTORIA SECRETA II, esperó que Jorge no se le ocurra escribir la tercera parte.
5.- Los Símbolos de Poder
Chilenos
En este capítulo resumen de varios
libros diferentes, Jorge se enfrasca en una mezcla poco realista y muy
imaginativa de varios artículos de la historia de Chile que el caprichosamente ha
titulado “Los símbolos de poder
chilenos”, como es un capitulo “pupuri”,
deberemos desglosarlo bajo la misma lógica del autor, o sea por artículos.
Empecemos con la piocha de Bernardo
O’Higgins, que cada vez que se realiza el cambio de mando presidencial, los
periodistas entregan la misma y latera historia de la piocha, que no es la que
uso el prócer, sino que se inició la tradición en 1827, que cuando un
presidente tiene un accidente con la piocha tendrá un duro y complicado
gobierno (muy poco científico estas tradiciones para la mentalidad de Jorge),
para terminar con que la piocha actual se perdió o fue robada el 11 de
Septiembre de 1973. Esta historia que Baradit da por secreta en la práctica es
la tonada de todos los cambio de mando, muy parecida a las historias
periodísticas de Navidad, Viernes Santos y Dieciocho de septiembre. Solo tiene
una novedad y es “Se le llama la piocha
de O’Higgins, pero en los clásicos relatos de Gil de Castro el prócer aparece
con una medalla completamente distinta” (p 89), para la mayor información
de nuestro no - historiador, Gil de Castro o el “mulato” Gil es pintor y no
cronista o escritor, por tanto debió decir:
“se puede “apreciar”, “ver”, “observar” que el retrato realizado por Gil de
Castro, la piocha de O’Higgins sería otra…”.
El sable de O’Higgins es otro de los
artículos que Jorge clasifica como de poder, el relato de este objeto se inicia
con una exposición ficticia de la Batalla de Maipú, llena de sensacionalismo,
pero también plagado de falsedades como “Había
tensión y miedo en la población. Era el momento decisivo, el todo o nada no
solo para Chile sino para todo el movimiento independentista latinoamericano.”
(p 90), la afirmación realizada carece de todo sustento real, ya que la
batalla de Maipú si bien es importante, es solo para la emancipación de Chile,
una derrota de las fuerzas patriotas solo hubiere retrasado lo inevitable, ya
que desde La Gran Colombia avanzaba la independencia a cargo de Simón Bolívar y
el imperio español en América estaba derrumbándose completamente.
La historia del sable de O`Higgins continua después
de otras afirmaciones temerarias y sin fundamento del autor, para terminar con
que se perdió el día 11 de septiembre de 1973, cosa que ya se sabía producto de
que la profesora y doctorada en historia Patricia Arancibia Clavel lo dice en
una entrevista, que Pinochet se habría quedado con el sable, claro está que el
dictador era un cleptómano empedernido, solo se debe concluir que la historia
del sable es archiconocida.
El acta de Independencia es el tercer objeto
denominado símbolo de poder, debo decir que en este punto mi buen amigo el
profesor de filosofía y doctorado en esta disciplina Miguel Orellana me relato
un día en su oficina de la facultad de Derecho de la Universidad de Chile la
historia del acta de la independencia, junto con regalarme su libro “Allende, un alma en pena”,
curiosamente Baradit realiza el mismo relato, colocando un tono más dramático y
sangriento al tema como es costumbre en sus destemplados relatos, ya que nunca
nos desea ahorrar los litros de sangre, pero es exactamente el mismo ¿será
una copia burda la realizada por Baradit? Es muy probable.
Pero este apartado no está libre de falacias
como las vertidas en relación al proceso emancipador “Había que derrotarlos antes o romper la fortificación pero O’Higgins
fracasó en ambas” (p 94), nuestro especialista muy torpemente se refiere al
hecho que después de la entrada victoriosa de O’Higgins a Santiago, este último
no destruyo los restos de las fuerzas realistas que huían hacia el sur, pero
como está bien documentado, no fue O’Higgins, sino San Martín, el que tozudamente
se negó a la persecución, pensando que los realistas estaban totalmente quebrados,
pero los hechos le darían la razón a O’Higgins. Los errores continúan cuando afirma “…en la intentona de 1814, cuando los patriotas fueron barridos por los
refuerzos que llegaron de Perú…” (p
94), este es el episodio cuando los realistas derrotan a O’Higgins en
Rancagua, para la mayor información, todas las fuerzas realistas eran chilenas,
si se puede decir así, de Chiloé, Valdivia, Talcahuano, Concepción, Chillán y los
Ángeles (claro esta algunos oficiales eran del Perú), por tanto de que
refuerzos habla Jorge.
El relato termina como los anteriores, el día
11 de septiembre de 1973, la Moneda tomada por los militares y posteriormente
la destrucción del acta de la Independencia en manos de un militar estúpido,
historia que mi buen amigo Miguel Orellana relata magníficamente en su libro,
mucho mejor que Baradit, sobre todo que él conoció en persona a la “Payita”,
por tanto es fuente de primera mano.
El Diario de José Miguel Carrera, se coloca
como símbolo de poder, no sabía que ese diario tenía tal categoría, siempre
pensé que era un documento histórico y
patrimonio de la república de Chile, pero nuestro historiador, hombre muy sabio y versado en estas materias
así lo afirma. La historia del Diario es un robo realizado por Pinochet y
ampliamente informado a partir de unos documentales salidos en diversos
diarios, sobre todo “El Ciudadano”, posteriormente aparece en el libro "La Secreta Vida Literaria de Augusto Pinochet"
La bandera es el últimos de estos símbolos de
poder, que como buen ocultista y vidente Baradit no desea dejar pasar la
oportunidad para entregar una serie de afirmaciones sobre los elementos mágicos
y secretos de la bandera, luego se dedica a aburrirnos relatándonos lo que
apareció en la prensa nacional muchas veces y en amplios documentales, que es
el robo del emblema nacional del museo Histórico Nacional y como se devolvió al
estado por parte del grupo que lo sustrajo.
Para finalizar el capítulo, termina con una
reflexión moral, muy sentimental, casi para llorar, sobre la perdida de los
símbolos y la democracia el día 11 de septiembre de 1973, muy de teleserie,
cómo si todos los chilenos no sintiéramos los tristes sucesos del 11 y sus
posteriores repercusiones.
6.- ¿Quién es el niño del
cerro El Plomo?
Hace
algunos años en el canal nacional dieron un amplio reportaje sobre la momia del
cerro El Plomo, documental realmente muy bueno y pormenorizado que después de
leer el texto de Jorge Baradit, sorpresa es idéntico, solo faltaba la voz en
off, será que nuestro Diseñador no leyó los libros expuesto en su pobre
bibliografía y solo se dedicó alegremente a relatar lo ya fue expuesto en
televisión, esta sería una pregunta valida.
Pero fuera de la copia un poco y solo un poco
descarada, Jorge nuevamente nos nubla nuestro juicio con una serie de torpes
afirmaciones como “el rey del
Tahuantisuyu” (p 107), será que Baradit quiso decir INCA o INTI, luego ridículamente dice “el Imperio inca se efectuaban intervenciones quirúrgicas craneales
exitosas” (p 107), cuando los artículos de la universidad de San Marcos y
Pontificia Católica de Perú dicen que si bien existieron esas operaciones
craneales “NADA HACE SUPONER QUE
TUVIERON ÉXITO”, pero no se aburran, Jorge aún tiene más divagaciones que
decirnos como “ La América precolombina
no era el páramo prehistórico lleno de salvajes que nos han querido enseñar” (p
108), parece que definitivamente nuestro investigador estudio en el peor
colegio de Chile, ya que los planes y programas de estudio, siempre han dado la
imagen nacionalista y anti española de los aborígenes de América, la visión
casi romántica de poderosos imperios y culturas autóctonas luchando en contra
de la conquista. Claro que después esta visión cambia por la “racista”, cuando
estos aborígenes se enfrentan a las nuevas republicas, por tanto en las clases
de historia desde el principio de nuestra educación siempre se presentó a la
América Precolombina como un páramo civilizado e independiente, la única idea
era lo idílico que era la vida indígena en general.
Grete Mostny y el Niño del Cerro El Plomo (1954) |
Analizando más en profundidad el capítulo, este
está construido en dos temporalidades la primera es la historia novelada del
niño inca y la segunda es otra historia novelada pero de cómo se encontró la
momia del niño, ambas son ficción, como dije la primera una burda copia del
documental del canal nacional y la segunda sobre los hombres que encontraron al
niño, ya que yo tuve el placer de conocer a una de las descendientes de estos
intrépidos pirquineros y arrieros, el relato de ella es diferente al de Jorge “la
miseria le carcomía el estómago…” (p 108), hombre pobre pero de esfuerzo
que por casualidad lo encontró, aun cuando ya se tenía noticias del niño entre
los arrieros y que lejos de ser una especie de timador como lo presenta
Baradit, era en realidad un hombre que deseaba ayudar a su familia, como
también lo dice Greta Mosney en su artículo sobre el niño del Cerro El Plomo.
Para terminar, nuevamente toma prestada otra
noticia para construir el final de su excitante relato y esta es que Santiago
era una ciudad prexistente a la llegada de Pedro de Valdivia y por tanto de
origen Inca, claro está que Jorge sin mucho miramiento por la ciencia de la
historia da por hecho esta teoría (porque aún es una teoría) y para dar vida a
su ficción nos señala las rutas existentes de los incas en la ciudad de
Santiago, cuando aún esto no se ha podido establecer plenamente.
Para terminar, nuevamente nos da un discurso
moral, aun cuando él no ha tenido ningún escrúpulo en mentirle al lector sobre
su fanfarrón relato.
7.- La Primera Guerra Mundial
también se peleó en Chile
Adivinen,
Jorge nuevamente nos realizara un relato tremendamente conocido, los combates ocurridos
en tierra chilena durante la Primera Guerra Mundial que se libraron en 1914. Se
produjeron dos combates entre la escuadra germana del Pacifico y la armada
inglesa, el primer episodio se dio en Coronel y el segundo en Juan Fernández.
Digo esto porque desde 1914 o sea pocos días después del combate los diarios
iniciaron reportajes sobre el tema. En la década de los 80’ el Mercurio comenzó
a publicar pequeños extractos de noticias históricas denominadas: “Hace 100
años” y “Hace 50 años”, en las cuales se mencionó el hecho, el mismo diario
realizo varias entrevistas a antiguos pobladores del archipiélago, tanto el
canal de la Universidad Católica de Chile como Televisión Nacional de Chile
realizaron sendos e importantes documentales del hecho, incluso canales
internacionales lo han realizado. La literatura sobre el tema es bastante
abundante, de ahí nos viene la pregunta de dónde saco Baradit para decir que
era “Historia Secreta”, incluso se encuentra en los planes y programas del
ministerio de educación, sí Jorge se
debe enseñar en los colegios.
SMS Dresden |
El capítulo empieza con una escalofriante serie
de afirmaciones de ficción casi irreproducibles por respeto al lector como “A principios del siglo XX, Chile seguía
siendo la tierra incógnita en el último extremo del planeta” (p 121), es muy
cierto que Chile no es la ruta turística más cotizada o el centro de la tierra,
pero desde el descubrimiento del estrecho de Magallanes, Chile aparece en los
mapas de ruta, físicos y políticos del mundo, en el siglo XIX es tierra que
atrae a expediciones científicas como la realizada por Fritz Roy (venía el
naturalista Charles Darwin), comerciales como las compañías inglesas del
salitre o por aventureros, el puerto de Valparaíso es universalmente conocido
(aparece descrito en bitácoras, libros de historia y en novelas), incluso Chile
aparece en novelas de aventura mencionado como por ejemplo “Los Hijos del Capitán Grand” de Julio Verne. Por tanto, porque
estúpidamente Baradit hace un esfuerzo para hacer creer al lector que Chile era
desconocido. Las únicas tierras desconocidas a principios del siglo XX era la
Antártica y el Ártico, como está ampliamente documentado.
El resto del relato es simplemente una copia de
los documentales televisivos pero novelados al gusto de Jorge Baradit, con los
litros de sangre y con invenciones desgarradoras, se sugiere ver estos
reportajes.
8.- La Niña de Portales
En la década del 30’ el escritor y
periodista Enrique Bunster público
su libro “Chilenos en California” como
parte de sus "miniatura histórica" o libro de anécdotas de historia,
en el capítulo “Portales su vida amorosa
a través de sus correspondencia epistolar”, se refiere a Diego Portales y
su joven amante Constanza Nordenflychr, es uno de los relatos más completos y
bien documentados sobre esta relación ilícita, aún más el autor hace una
extensa relación de la vida disipada e inmoral de Portales, no guardando ningún
detalle. Se debe hacer mención que la figura de
Diego Portales ya había sido tenuemente expuesta e incluso juzgada desde
el punto de vista político y moral en la
obras de Diego Barros Arana, Historia
General de Chile, José Victorino Lastaría “Juicio ciudadano” y Francisco Encina “Historia General de
Chile”, además de las críticas de Francisco Bilbao y Benjamín Vicuña Mackenna, por
tanto no es una novedad el tema en cuestión.
La relación de Constanza y Diego fue
argumento para una serie de novelas de muy buena calidad literaria como lo son:
la escrita por Magdalena Petit “Don
Diego Portales” publicada en 1937, con una muy buena crítica; en el año 2001 Marta Blanco edita “La emperrada” en donde se realiza una dura
crítica a la actitud inmoral de Portales y su relación con la quinceañera
Constanza, finalmente en el 2005 se publica la novela “Constanza de Nordenflycht. La querida de Portales”, escrita por Eugenio Rodríguez, obra que tiene como
argumento central un descarnado relato de las actitudes inmorales de Portales,
debo aclara que las tres son novelas por lo tanto son una FICCIÓN, independiente de esto, mucha de las cosas expuestas en
ellas se basan en hechos históricamente reales, el problema es que Jorge da por
supuesto estas ficciones, al parecer en sus más mínimos detalles. En la pobre bibliografía sobre este tema,
hace mención a la obra de Eugenio Rodríguez, y si el lector se toma la molestia
en revisar la novela de este último podrá ver que Jorge solo se dedica a copiar
descaradamente el relato, más aun perdiendo toda perspectiva da por sentado las
ficciones novelescas propias del libro, como habíamos expuesto más arriba, de
hecho se recomienda al lector comparar ambos relatos y se podrán dar cuenta de
esto.
Fuera de las novela antes expuesta, Baradit no
hace mención a ningún libro de historia concretamente de Diego Portales más que
a las reseñas de “Memoria Histórica”, de ahí los errores garrafales que comete como decir que: “La joven es hija de una familia poderosa
en un Santiago diminuto…” (p 136)
en este punto los biógrafos de Portales están de acuerdo que la joven Constanza
pertenecía a las poderosas familias burguesas – comerciantes de Lima, Diego la
conoce en esta ciudad y ella locamente enamorada de Portales decide seguirlo a
Santiago, hospedándose en casa de su tía en un principio, para luego quedarse
en una casa del centro donde esperaba a su amante.
Otro episodio de la oscura vida de
Portales, es cuando queda viudo de su esposa y prima, lo que lo sumerge en el
dolor a tal punto que ingresa en una orden de monjes, se retira después de un
tiempo y se da a la vida licenciosa con prostitutas y amantes. Se dedica a los
negocios como un deber familiar más que como algo propio de su personalidad,
por ello le va tan mal en cada empresa que realiza y no como dice Jorge “Había sumergido su dolor en los negocios
y, aunque afuera…” (p 137).
Baradit sigue con sus copias descaradas
cuando desarrolla pobremente el problema del periodo de los Ensayos
Constitucionales, ya que las tesis de Gabriel Salazar y Julio Pinto salen a la
palestra pero bien tergiversadas y someramente tratadas. Cuando hace referencia
a la Constitución Liberal de 1828 expone que esta daba autonomía a las
regiones, regiones que no existían en la época si no que eran provincias un
concepto administrativo muy diferente, pero lo peligroso de este punto es que
Baradit alegremente confunde las “Leyes Federales” de 1826 con la Constitución
Liberal de 1828. Luego en otra temeraria afirmación nos expone la protección a
la empresa nacional, lo que se debe traducir como la defensa de la minería y el
comercio, porque en Chile no había empresas e industrias en esta época, pero
esa protección era limitada ya que la Constitución Liberal estaba bajo la egida
del pensamiento liberal – comercial o sea la libertad para los negocios y la
libre competencia. Para terminar dice que la Constitución Liberal deseaba
eclipsar el poder de las familias más poderosas de Chile, en ese punto solo
tiene razón a medias debido a que el voto universal no necesariamente le
quitaría poder a las familias más fuertes de Chile, le recuerdo al señor
Baradit que por más de 100 años el cohecho, la compra de votos y las votaciones
torcidas fue la tónica de nuestra democracia decimonónica. El verdadero problema
para la elite conservadora – comercial de la constitución de 1828 radicaba en
el anticlericalismo declarado del estado y el concepto de educación
universal a manos del Estado, pero Jorge
no hace mención a estos puntos que eran la verdadera clave del pensamiento liberal
del siglo XIX como queda establecida en las cartas y memorias de José Joaquín
de la Mora, creador y fundador del liceo de Chile e ideólogo de la Constitución
Liberal.
La elite política – comercial de
Chile no deseaban una monarquía como ridículamente afirma Baradit o si no
hubieran apoyado al único verdadero bando conservador de Chile, “los realistas”. La diferencia entre
los “Conservadores” y los “Liberales” eran propuestas de voto universal y
políticas hacia la Iglesia, en materias económicas estaban muy de acuerdo ambos
grupos. Finalmente las aseveraciones terminan cuando según Baradit esta
aristocracia confabuladora se unió a los militares haciendo un paralelo a los
hechos del año 1973, pero le recuerdo al señor Baradit que los militares se
dividían entre los diversos grupos políticos de la época, o sea había militares
conservadores y liberales, de hecho por eso hay una guerra civil en 1830, por
que las fuerzas armadas están divididas, incluso hay más liberales en estas que
Conservadores entre los oficiales, leer “Portales
un juicio ciudadano de Gabriel Salazar”.
Jorge sigue con torpes afirmaciones
al referirse a la educación de Constanza “No
tenemos ningún registro escrito de Constanza quizás ni siquiera sabía escribir…”
(p 139) pero si nuestro no – historiador hubiese leído recuerdos del pasado
de Rosales o Historia de la educación, incluso Martin Rivas, sabría que las
jóvenes se les educaba en la escritura, lectura, las cuatro operaciones básicas
en matemática, música, bordar, pintar y hablar francés, por tanto que no exista
registro conocido escritos de Constanza, no nos puede hacer suponer tamaña
idiotez. Además las Cartas de Portales nos hacen suponer claramente que algunas
fueron escritas como respuesta a otra, me refiero a las de Portales hacia
Constanza.
Jorge deseoso de realizar una total
similitud entre el gobierno Conservador de 1829 – 1860 y la Dictadura Militar
de 1973 - 1988, no escatima palabras para que los hechos calcen aun cuando no
sea así. Esta idea loca de hacer que dos períodos de nuestras historia sean
iguales, por desgracia para nuestro Diseñador
fue de la Dictadura de Pinochet, cuando ésta
relacionaba el ideal de orden “portaliano” con el “Golpe de Estado” y el
gobierno cívico - militar posterior, pero como muy bien lo expone el profesor
Villalobos en “Portales una falsificación histórica”, ambas épocas y gobiernos
estaban muy distantes, y el gobierno militar solo se dedicó a “Falsear a
Portales” a crear una verdadera caricatura de esté, como lo hizo también con la
persona de Bernardo O’Higgins Riquelme, así como lo hace también Jorge Baradit
con la historia de Chile. Como muestra un botón “…se integraron leyes de amarre para impedir su modificación. ¿Les suena parecido a algo? (p 142), si Jorge
supiera algo de historia de la época, se daría cuenta que en aquella período o
gobiernos (en el siglo XIX), se
realizaban ese tipo de leyes, por ejemplo la Constitución Liberal de 1828 que
Baradit ensalza y defiende sin conocerla tenía una serie de cláusulas de “amarre”,
como la imposibilidad de reformarla por diez años, es eso democrático o propio
del liberalismo político que tanto parece defender nuestro Diseñador o es más
cercano a un ideal de dictadura.
Para terminar con su pobre
exposición nuestro investigador hace una referencia sangrienta muy de su gusto
retorcido, cercano a la esquizofrenia al
decir “ …escupiendo dientes y trozos de
su lengua” (p 146), al referirse al fusilamiento del cual solo sabemos lo que sucedió por los testigos
que en ningún momento hacen estas referencias, Jorge espera que este tipo de
descripciones suba los niveles de interés por la historia por parte de los
niños, contraviniendo las ideas a la no violencia y tolerancia que prima en
nuestra política educacional hoy en día. Para terminar y como guinda del pastel
dice que “… el hombre (Portales) del
cuadro en La Moneda, en billetes, libros y estampillas, es otro” (p 146),
en realidad esto tampoco es completamente cierto, es verídico que no existía un
retrato de Portales antes de su muerte, por ello se realizó uno después de su
asesinato tomando como modelo el cadáver embalsamado y mejorando los detalles a
partir de las descripciones de los amigos y su hermano, por tanto no es cierto
que es el hermano de Diego que está en todas partes.
9.- El Estado Chileno Autorizó
Zoológicos Humanos
Los zoológicos humanos y las
políticas genocidas en contra de los indígenas que vivían en los territorios de
nuestra república, es un triste y
vergonzoso episodio de la historia
nacional, que el estado de Chile debe no solo reconocer públicamente, sino que
realizar al igual que el estado de Alemania Federal una demostración pública
del hecho, las reparaciones correspondientes y diversos memoriales a las
víctimas de esa idea enferma de “Progreso y Ciencia” que existió en el siglo
XIX y primera mitad del XX que el autor de Historia Secreta de Chile I y II
aplaude cada vez que puede. Jorge tuvo una espléndida oportunidad de escribir
un gran capitulo, tomando su talento para ello, pero como siempre nos defraudo
con un relato copiado burdamente de la obra de teatro “El Último Haim” que se le sugiere al lector observarla y luego
comparar el relato de Jorge.
En este capítulo nuevamente los
errores más groseros hacen su aparición como decir que los Selknam eran
canoeros, cuando en la práctica eran cazadores recolectores, que está
demostrado que ni siquiera sabían nadar y construir botes. El segundo punto era
tildar de campo de Concentración la misión de los Salesianos de Isla Dawson,
los religiosos en un auténtico deseo de ayudar a selknam y yamanes diseñaron
este lugar para “educar, culturizar y
hacer de los indígenas personas industriosas”, como se comprendía a fines
del siglo XIX y principio del XX, pero los indígenas murieron por las
enfermedades del hombre blanco, un historiador del siglo XXI sabe que las acciones
de los salesianos no fueron las adecuadas, pero con los conocimientos de casi
100 años, por tanto no se puede acusar a estos religiosos de carceleros de un
campo de concentración, ya que sería un insulto a los millones de personas que
murieron en los campos de concentración de Alemania y la Unión Soviética y a
una congregación que de buena fe deseo ayudar y que gracias a su esfuerzo hoy
podemos conocer parte de la historia de estas culturas literalmente destruidas
por obra y gracia de la intolerancia de los tolerantes Señores de la Ciencia
del siglo XIX . Para concluir y ya que Baradit se cree el paladín de la defensa
de los Derechos Humanos, en que momento criticara las acciones deplorables de
régimen que hoy y no hace 100 años violan, torturan y reprimen impunemente a
sus ciudadanos y de otros países, como la república Popular China, Corea del
Norte, los Estados Unidos, Cuba entre otros tantos, incluso como descendiente
de “palestino” aun no escucho nada sobre Israel y su política en los
territorios ocupados, o es que solo Baradit acusa a curas, religiosos católicos
porque es fácil y está de moda o teme a la crítica por parte de sus amigos
“socialistas de salón”, esos renovados revolucionarios que predican los
derechos humanos en Chile, pero no ven nada en el exterior en donde sus amigos
empresarios están involucrados o en los territorios mapuches que están
virtualmente sometidos a un régimen militar por los “democráticos” y
orquestadamente acusados de terrorismo e incendiarios para anular sus derechos.
10.- Pinochet No fue el líder
del Golpe.
Por fin hemos llegado al último capítulo
de esta mala saga baradiniana, esta historia – ficción, que deberíamos decir
mejor dicho, solo ficción.
Este último capítulo se inicia con
una afirmación fuerte: “ Pinochet no fue
el líder del golpe”, esta hubiese sido una gran tesis hace unos treinta o
veinte años atrás, cuando las fuentes recién estaban apareciendo, cuando muchos
involucrados en la conspiración del 11 de septiembre estaban publicando sus “Memorias” como el ex – almirante José Toribio Merino Castro quien después
de su retiro público en 1998 sus memorias titulada “Bitácora de un Almirante” en donde queda bien claro que él junto a
los miembros de la aviación fueron los que planificaron el golpe de estado y
que Pinochet entro más tarde, o sea al final en el complot. En esta misma línea podemos encontrar los
ensayos y libros de Henry Kissinger que tangencialmente trata el tema del golpe
de estado en Chile y el involucramiento del gobierno norteamericano.
Hablar de que Pinochet no fue el
padre del golpe de Estado es tierra conocida completamente, de sus manías y
robos también sabemos muchas cosas
gracias a importantes investigaciones periodísticas e históricas, como la
realizada por Juan Cristobal Peña en su
obra "La secreta vida literaria de Augusto Pinochet", donde deja
demostrado que era un plagiador profesional, que tenía una intelectualidad más
bien mediocre y que coleccionaba libros compulsivamente, que los “libros se los escribieron” y que las
bibliografías de estos libros son más bien escuetas (te resulta conocido) y pobres. Que su personalidad era de un
hombre cauteloso, que marcaba el paso como queda más que bien graficado en el
libro de Alejandra Matus “Doña Lucia”,
en la cual rebela muy bien la personalidad controvertida de Pinochet. Por tanto
la historia que nos cuenta Jorge Baradit del golpe del 11 de Septiembre de 1973
y de la personalidad de Augusto Pinochet es más bien “Una Historia muy conocida”, para variar nuestro Diseñador llego
tarde para sorprendernos con algún secreto.
Pero si bien el capítulo no nos
entrega nada nuevo, ni siquiera un pequeño detalle novedoso, no está excepto de
falacias y mentiras como lo expuesto en “…versión
en castellano de la marcha nazi <<Ich hatt eine kameraden>>” (p
175), ya que esta marcha en primer lugar se llama “Der gute Kamerad” el buen camarada, para luego ser conocida
como “yo tenía un camarada”, fue escrita por el poeta y escritor romántico alemán
Ludwig Uhland en 1809, en 1825, el
compositor y músico alemán Friedrich Silcher, le compuso la música. El ejército
imperial la adopto como marcha después de la formación del Imperio Germano en
1862, por tanto que tiene de “NAZI” esta marcha. Cuando además los ejércitos de
Bolivia, Chile, Colombia y Paraguay la han adaptado como parte de su repertorio
musical - militar, además de sonar en las marchas realizadas por el
“democrático” ejercito de Alemania Federal y la república de Austria, se puede
ver la mala intención de Jorge de mentir sobre este punto para crear la
sensación que Pinochet era un “NAZI”, cosa que sería demasiado para una
intelectualidad tan mediocre como la tenía “El TATA”.
Conclusión
Como ha quedado demostrado en este
nuevo análisis del libro Historia Secreta de Chile II, Jorge no
nos entrega ninguna historia secreta, más bien nos entrega resúmenes y copias
de otros libros bien documentados, lo nuevo es que nos coloca una bibliografía
con más libros que en su texto anterior de Historia Secreta de Chile parte uno,
en donde lo único que encontramos son páginas de internet, ahora que nos
entrega la bibliografía los historiadores de verdad y profesores de historia
podemos verificar la información y darnos cuenta cabalmente de la dimensión
simplona, tergiversaciones y copias descaradas que realiza el autor, por eso es
nuestra obligación denunciar tanto públicamente como en las aulas a este hombre
que al igual que la dictadura de Pinochet desea crear una niebla sobre la
verdadera historia y sobre los problemas actuales para incapacitar el espíritu crítico
propio de la Historia, y me refiero a los problemas actuales de nuestra
sociedad y país. Se debe desenmascarar a estos charlatanes seudo intelectuales
que con sus miradas y rostros de hombres sabios embrutecen al pueblo con sus
estupideces, que no hemos tenido suficientes complot y farándula en los últimos
30 años de nuestra historia democrática, para desear más.