EN LAS ARENAS DE ARRAKIS

lunes, 26 de marzo de 2018

TAMBILLO Y CANCHAS BLANCAS DOS BATALLAS QUE NUNCA EXISTIERON






TAMBILLO Y CANCHAS BLANCAS DOS BATALLAS
QUE NUNCA EXISTIERON

El patriotismo es la virtud de los depravados.
 Oscar Wilde

            Meditando esta oración El patriotismo es la virtud de los depravados”, del brillante dramaturgo y escritor irlandés Oscar Wilde, no puedo dejar de pensar en la actitud de algunos estadistas de América Hispana, muy en particular de Evo Morales, presidente de Bolivia, quien en un deseo de mantener su gobierno a toda costa, juega a encender la llama de un patriotismo nacionalista que raya en la estupidez máxima, con  marchas catárticas que cada año realiza el estado boliviano en el día de la pérdida del litoral, alimentando viejos récores bajo el slogan “Mar Para Bolivia”, como recordándole al pueblo altiplano quien es su enemigo, y el porqué de su pobreza y subdesarrollo. Estas afirmaciones no las realizo desde mi nacionalidad chilena, ni mucho menos, creo que Chile y Bolivia deben llegar a un acuerdo sobre el tema de una salida soberana al mar, pero sostenida en un ambiente de amistad, sinceridad y confianza, construida después de años de trabajo en conjunto, un buen ejemplo de esto es la Unión Europea, que se inició en la década de los años 50’ entre dos estados que habían sostenido dos de las guerras más mortíferas del siglo XX, me refiero a Alemania y Francia, a través del tratado del “Hierro y el Carbón”. Ese momento existió entre ambos estados, cuando Bolivia casi al inicio del gobierno de Evo Morales y Chile durante la primera presidencia de Michelle Bachelet, realizaron un acercamiento político y económico real, concreto,  pero por esa estúpida idea política muy arraigada en América de obtener dividendos rápidos, se hecho todo el trabajo por la borda, hasta llegar al día de hoy, en un ambiente enrarecido y bajo una verdadera disputa por quien logra la “victoria” en el tribunal de la Haya. Creo que cualquier desenlace que tenga la demanda marítima de Bolivia frente al tribunal internacional, siempre será de derrota para ambos países.
       En este nuevo panorama de disputa, el gobernó de Evo Morales hace ya algún tiempo a estado construyendo un nuevo mito sobre la guerra del Salitre o del Pacifico, con una intención muy clara, sacar provecho político a largo y corto plazo, el juego que ésta realizando el presidente del país altiplano es peligro, pero no carente de utilidad práctica. Bolivia es uno de los países de la región más pobre y subdesarrollado, a pesar de que el gobierno de Morales ha logrado subir las cifras de educación, analfabetismo, producción, exportación, etc. Aún está lejos de lograr un desarrollo como Argentina, Colombia o Chile. Su largo gobierno de más de una década (22 de enero de 2006 hasta hoy) se ha ido gastando políticamente, y el pueblo boliviano espera un cambio en el timón de mando, por esta razón el año pasado durante el referéndum para realizar algunas enmiendas a la constitución, entre estas, permitir a Evo Morales una nueva reelección, el soberano dijo <<NO>>, como todo hombre que ha estado en el poder, Morales se a encariñado con este, su partido el MAS, también, ya saben: trabajo, puestos políticos, ayuda a la familia, corrupción en los puestos administrativos, entre otras preventas que vienen asociadas con el poder político prolongado por desgracia y que son tan difíciles de desarraigar en nuestra América Morena.
Por esta razón, Evo que se ve a sí mismo como un segundo fundador del estado boliviano, que ahora tiene el apellido de plurinacional, desea dar un golpe efectista a la sociedad entera de su país, al lograr la tan ansiada salida soberana al mar, a través del litoral que ahora está en posición chilena. Morales sabe que eso sería tan grande, que se encumbraría a los  sitiales de un Eduardo Abaroa Hidalgo (héroe de la Guerra del Pacifico) o  Luis Pando (héroe de la Guerra del Chaco), de ahí su demanda ante el tribunal internacional de la Haya. No contento con esto, a pesar de ser un gran logro frente a su pueblo y con ese espíritu de refundador o creador que parece tener en su mente mesiánica, ahora ha decidido cambiar el rostro de Bolivia, desde un país derrotado y humillado por todos sus vecinos (Chile: Guerra de la Confederación y del Pacífico; Perú: Guerra peruano – boliviana de 1841 -1842; Brasil: Guerras del Acre y Purús; Paraguay: Guerra del Chaco) a un país heroico, que por circunstancias torcidas ha sido derrotado, pero jamás humillado.
Eduardo Abaroa Hidalgo

Ahí está el punto en que Evo tiene serios problemas en su nueva visión de la historia de Bolivia, en todas las guerras que ha sostenido el país altiplano, solo con Chile no ha podido derrotarlo en ningún encuentro o batalla, las armas bolivianas solo han cosechado derrotas frente al ejército de Chile, por tanto, como lograr cambiar esa mirada es el problema.         
Por esta razón, el gobierno de Evo Morales en los últimos años ha impulsado una política para tergiversar la <<verdad histórica>> sobre los hechos de la Guerra del Pacifico, tanto las causas de esta, como las acciones de armas, con la clara intención de crear una “nueva” visión del conflicto que se ajuste a la ideología que sustenta hoy a su gobierno o sea de un pueblo heroico, jamás vencido y siempre vencedor. Este punto no nos debería sorprender para nada, es propio de ideologías de extrema derecha, como de izquierda, crear una serie de mitos en los cuales sustentan sus acciones, por ejemplo tenemos el caso de la dictadura del general Augusto Pinochet Ugarte, quien durante sus diecisiete años de gobierno personal, construyo una visión del prócer Bernardo O`Higgins y del ministro Diego Portales que se ajustara a su consigna de gobierno, por tanto, la manipulación descarada de los hechos históricos no son para nada sorprendentes, ya lo exponía el escritor británico George Orwell en su novela distópica  “1984”, en donde el cambió del pasado es una política de estado, para controlar a las masas ignorantes en el presente, ya que ”la ignorancia es la fuerza” como rezaba uno de sus slogans y fundamento ideológico, porque la fuerza es el control del poder por un grupo, como el MAS en el caso de Bolivia.
            Evo Morales está apelando a esta manipulación de los hechos históricos para crear su visión nacionalista y popular en el país altiplano, en donde se conjuguen tres elementos, el primero de ellos, construir la falsa identidad nacional única, aunque parezca una contradicción con la consigna que está en la Constitución,  en la cual se lee el concepto de “Plurinacional”, el punto esta en crear la concepción que el pueblo bajo, el ejército y el mundo indígenas siempre estuvieron unidos, ya que estos grupos fueron explotados por las elites de poder, de esta manera forman una unidad en la diversidad cultural y la explotación.

George Orwel
En segundo lugar, introducir un nacionalismo más extremo, sustentado en que su pueblo son orgullosos vencedores, guerreros indómitos que cuando están unidos en una causa de justicia nacional y defensa de su tierras son insuperables, por tanto las derrotas del estado boliviano en todas sus guerras se pueden explicar por acciones que escapan al pueblo mismo, ya que fuerzas oscuras dirigidas por la burguesía “vende patria”, egoísta y con una visión capitalista no han tenido ningún escrúpulo de anteponer sus deseos por sobre el bien de la patria, son estas elites políticas compuesta por empresarios mineros, ricos terratenientes, militares de alto grado corruptos, las que han logrado imponer un estado de derrota y postración permanente en Bolivia. Este grupo de la burguesía reaccionaria no ha sido capaz de oponerse a las fuerzas imperialistas mundiales del pasado como Inglaterra y su títere Chile, aún más se han unido a las políticas de estas para arrebatar el orgullo  y la riqueza nacional. 
En tercer lugar, esta nueva concepción de unidad y nacionalismo le permite al gobierno manipular la conciencia cívica del pueblo boliviano apuntando su descontento político y social en otra dirección, como por ejemplo los partidos de oposición, de esta manera el presidente Evo Morales como cualquier hombre de convicciones extremista desea crear una verdadera  dictadura  sostenida por una pantomima de democracia y derecho, muy parecido a lo que logro crear el coronel golpista Chaves y su  sucesor monárquico en la república bananera de Venezuela Nicolás Maduro.
            Es en esta política de afianzamiento de una dictadura “legal”, en que Evo Morales ha lanzado su ofensiva histórica sobre la Guerra del Pacifico y la pérdida del litoral. En un primer momento fue a través de su apoyo a ciertas “teorías” esgrimidas por historiadores bolivianos como Edgar Oblitas Fernández y su libro  “Historia Secreta de la Guerra del Pacífico",  Hugo Roberts Barragán "La Gran Traición" y Roberto Querejazu Calvo "Guano, Salitre y Sangre". Estos textos revisaban las causas que llevó a la derrota boliviana en la conflagración, haciendo de estas teorías verdades de estado, es en este interés por reescribir la historia y no por reinterpretarla, cosa que está bien, que el gobierno ha inventado literalmente victorias militares, que hasta unos años atrás era impensable, ya que las porfiadas fuentes así lo acreditaban.

Roberto Querejazu Calvo
            En este plano de crear victorias militares en grandes batallas se encuentra la de <<Tambillo>>, esta escaramuza entre soldados chilenos y bolivianos aparece por primera vez tergiversada en la película “Amargo Mar” del director Antonio Equino, quien tomándose una serie de licencias históricas hace aparecer la mencionada escaramuza como una gran batalla, en donde los bolivianos superados en número, sin comida, con la participación activa de mujeres, lograron derrotar a toda una división del ejército chileno (ver artículo en este mismo blog de la citada película). Ahora bien, las fantasías del director pueden ser en parte disculpadas, ya que los films son creaciones, y por tanto, poseen un espacio para inventar cuestiones sociales, políticos, económicos, entre otras cosas, que no necesariamente se ajustan a los hechos históricos en que supuestamente están fundado el guion, pero otra cosa es publicar un documento OFICIAL del gobierno titulado “Manifiesto del coronel Rufino Carrasco sobre la expedición al litoral boliviano en 1879”,  impreso por el Ministerio de Defensa del país altiplano en el año 2016.
            El citado texto  se divide en dos partes, en la primera, se realiza una biografía del personaje titulada: “General de Brigada Rufino Carrasco (1817-1891)”,  mientras que la segunda parte es un documento – fuente que fue escrito por el citado Rufino Carrasco y publicado en 1880, o sea en plena guerra.
            En la biografía de Rufino Carrasco,  el historiador boliviano realiza varias aseveraciones totalmente falsa, que incluso se contradice con el texto del propio Rufino, además de que todas las fuentes al respecto son categóricas al exponernos los hechos. El citado biógrafo nos afirma sin ningún grado de vergüenza, ni escrúpulos que: “Anoticiado el jefe chileno de Calama de estos hechos, envío a los “Cazadores del Desierto”, compuesto por 300 hombres, con el que combaten los “Franco Tiradores” bolivianos en el barranco de Tambillos el 6 de diciembre, realizando una verdadera cacería sobre los citados Cazadores” (p 6). Se puede percibir en la cita un nacionalismo mal disimulado y una sed de revancha, ya que el citado biógrafo utiliza un término muy poco apropiado al referirse a “seres humanos”, como “…una verdadera cacería…”, el deseo de magnificar los hechos salta a la vista, al igual que en la película del citado Equino, pero que hay de cierto en todo esto, veámoslo.

            Revisando las fuentes tanto chilenas, como bolivianas se puede construir los hechos acaecidos ese día 6 de diciembre de 1879, según testigos del poblado de Tambillo y sus alrededores recopilados por Eva Siarez en su libro de memoria histórica titulado “Crónicas”, los granaderos chilenos no sobrepasaba la veintena:  “cuando una pequeña división chilena de 20 granaderos a caballo que estaba de guarnición en Tambillo, al mando del teniente Emilio Ferreira fueron sorprendidos por 150 hombres pertenecientes a una montonera boliviana, al mando del Coronel Carrasco…”,  o sea la cantidad de granaderos es visiblemente menos a los exagerados 300 que coloca el biógrafo boliviano, esta información es aseverada por el propio Rufino cuando expone: “Despues de veinte minutos de combate se desalojó completamente al enemigo de sus posiciones inaccesibles, obligándolo á una fuga precipitada dejando en poder nuestro 19 prisioneros, 18 rifles wischester, 17 espadas, 26 véstias, monturas, fortituras, vestuario y municiones” (p 5), si el ataque boliviano hubiera sido en contra de trecientos hombres como alegremente nos dice esté biógrafo, la cantidad de armas, pertrechos y prisioneros serían considerablemente mayor, y no la exigua cantidad que nos expone Carrasco, concordando con el número de hombre que tenía el teniente Ferreira, este punto también es ratificado por Hilario Bouquet comandante de los Cazadores del Desierto, quien en carta al general en jefe del ejército Erasmo Escala asevera que la cantidad de soldados de Ferreira no sobrepasaba los veinte, carta aparecida en el “Boletín de la guerra del Pacífico 1879-1881”. Durante el juicio militar al teniente Ferreira por haber perdido a la casi totalidad de sus hombres, uno de los puntos utilizados por su defensa, fue que los bolivianos lo superaban ampliamente en número, las fuentes tanto chilenas como bolivianas desmienten tajantemente la ridícula aseveración del historiador – biógrafo de este texto.
            Con relación a la escaramuza, el (alférez) teniente Ferreira nos dice en carta del 25 de febrero de 1880, desde el puerto de Antofagasta, al historiador y político liberal Benjamín Vicuña Mackenna “Yo i la tropa, estábamos resguardados por una muralla de un poco más de metro de altura. El motivo porque eché pie a tierra fué porque solo tenía 52 tiros por plaza, la jente mui recluta para apuntar, i a caballo no habría podido hacer el menor daño a una masa de más de 160 hombres…” se desprende de la cita que Ferreira está en una clara inferioridad numérica y por esta razón se parapeto para causar más daño a las fuerzas de Carrasco, más aún en este punto ambas fuentes son concordantes, ya que el coronel Carrasco nos dice: “ Siguiendo la marcha á hora cinco, recibimos de súbito una descarga cerrada, á la que contestamos, sucedindose un fuego nutrido.- el enemigo dia ántes había elejido una posición ventajosa y construido parapetos…” (p 4).  Continuando el teniente Ferreira, esté nos refuerza el hecho de que sus hombres eran escasos y que se vio flanqueado con relativa facilidad por el numero abrumador de bolivianos “El reducido número de mi tropa, me dejaba siempre a descubierto del enemigo, por lo que luego me ví flanqueado por él, viéndome en la precisión de abandonar mi posición i retirarme a un cerrito, como a 200 metros a mi retaguardia. Al desprenderme de la muralla me dí un golpe, rompiéndome la mano derecha i sufriendo de la rodilla del mismo lado”, nuevamente en este punto Ferreira es corroborado por la descripción que realiza el coronel  Carrasco, cuando nos expone: “….- Ordeno al teniente Coronel Moscoso que mandara echar pié á tierra á su fuerza, desplegara por la izquierda en guerrilla y salvando una pequeña pendiente apagara los  fuegos contrarios…” (p 5).

            Aún más después de leer el manifiesto de Carrasco, se nota como buen militar, que desea exagerar su gesta, cuando afirma que un pequeño grupo de soldados podían defender las casi inexpugnables defensa de Tambillo, que él conquisto en veinte minutos, pero la verdad que su abrumador número de soldados, que superaban a las fuerzas chilenas según las diferentes fuentes entre uno a ocho, era casi imposible que fuera derrotado.
            La licencia que se toma el historiador boliviano en la escaramuza de Tambillo no termina ahí, sino que realiza una afirmación que puede considerarse tan o más falsa  que la anterior al decirnos: “Lejos de recibir el pequeño refuerzo que solicitaba para el rescate del Litoral, llega al campamento de aquellos leones del desierto un correo extraordinario con la orden terminante de retirada. Abandonando en poder del enemigo el territorio conquistado, tal como Daza hizo en San Francisco, haciendo tocar retirada precisamente en el momento en que nuestras fuerzas comenzaban a cantar victoria”.  Esta afirmación no tiene ningún asidero de nada, en primer lugar las fuerzas bolivianas de la fantasmagórica V división NO estaba preparada para ningún encuentro, carecía de suficientes tropas bien entrenadas, avituallamiento, armas modernas (aun usaban en su gran mayoría rifles con sistema de <<piedra>>), animales tanto de carga como monturas y dinero (incluso no tenían para pagar los sueldos de la soldadesca como el mismo Rufino Carrasco hace notar), como queda bien testificado en la correspondencia entre Narciso Campero y el estado mayor. Por otro lado, una gran expedición boliviana a través del desierto necesitaría gran cantidad de alimentos, forraje para los animales y agua, cuestión que por aquel entonces era imposible de obtener en la cantidad requerida en los pueblos de San Pedro de Atacama, Chiu – Chiu y Calama. Cualquier avance de una gran fuerza necesitaría grandes convoyes de aprovisionamiento o el desierto hubiera destruido a los soldados antes de combatir, eso lo comprendió Campero y Daza, incluso en Chile el presidente Pinto desde la lejana ciudad de Santiago decía: “Abril 13.-Anoche recibimos de Caldera otro parte tuyo en el que hablas de concentración de fuerzas peruanas i bolivianas sobre el Loa. ¿Qué fuerzas bolivianas son esas? Por donde han venido? ((No creo ni por un momento que peruanos i bolivianos piensen en pasar el Loa…”.  
Ahora por un momento pensemos en forma positiva, pensemos que las fuerzas de la V división estaban listas y bien armadas, que los alimentos sobran, al igual que el agua, de llegar a la costa deberían batir a una fuerza de chilenos de más de tres mil plazas, con armamento de primera y con el apoyo de la armada, fuertemente parapetadas. Por esta razón Campero no pudo enviar refuerzo, sabía de la inutilidad de la acción y del desastre que provocaría.
             Toda esta historia inventada por el biógrafo de Carrasco tiene como objeto crear la idea entre los lectores que Bolivia perdió la guerra por las elites de poder corruptas y vende patrias, ya que se afirma que después de la “gran victoria” de Tambillo Rufino fue encarcelado y sus hombres disueltos: “El temible Flores, desarmó y disolvió a los “Franco-Tiradores” que volvían triunfantes del desierto y al que el pueblo justiciero manifestaba francamente su adhesión, gratitud y simpatía” , pero en realidad Rufino fue detenido por realizar una serie de críticas al alto mando, incluido al general y presidente Narciso Campero, de las cuales salió absuelto. Mientras que no está claro que los Franco – Tiradores hayan sido disueltos por motivos políticos o relacionados con sus acciones en Tambillo, las fuentes nos dan a entender que fueron absorbido por otros batallones, ya que los vemos batirse en una de las verdaderas batalla de la guerra, nos referimos a la del Campo de la Alianza en Tacna, en donde las fuerzas bolivianas fueron diezmadas y destruidas por el ejército expedicionario chileno.
            Otra batalla fantasma, creación del gobierno de Evo Morales y sus asesores es la de Canchas Blancas, a diferencia de la anterior, de está no se tenía ningún registro, no habían fuentes, ni partes militares, ni informes, no habían testimonios, por tanto no aparecía en los libros de historia e investigación de ambos países, pero el Ministerio de Defensa de Bolivia en un mágico y portentoso hallazgo, publico “Memorias del Cnl. Ezequiel Apodaca. Potosí-Cotagaita-Camino a Canchas Blancas 1879-1880”, el lanzamiento de este documento oficial e inédito fue durante la conmemoración del día del Mar, por las máximas autoridades, de hecho tanto Evo Morales como su vicepresidente Álvaro García Linera realizaron sendas rondas de prensa para alabar la gesta del ahora famoso coronel Apodaca.

            Según el presidente Evo Morales, esta “gran victoria” del pueblo boliviano sobre el invasor chileno, fue una de las más grandes gestas de Bolivia durante la guerra, los chilenos deseaban apoderarse del sur del país altiplano, pero el pueblo bajo, el ejército y las comunidades indígenas se unieron para realizar tal epopeya, de más está decir que esta batalla representa el ideal del estado plurinacional, aún más, parece que la trascripción de la susodicha memoria fuera una falsificación para que se ajustara perfectamente a las ideas de Evo y sus amigos del MAS. Cuando los periodistas le consultaron porque no se sabía nada de esta grandiosa victoria, Morales dio la explicación más peregrina que se pudiera dar, dijo: "la gesta fue <<maliciosamente>>escondida por las élites de ambos vecinos, aún más <<Chile viola el derecho a la información>> mientras que el vicepresidente aseguraba que existía una gran conspiración de las élites para acallar un hecho que hubiera traído consecuencias graves para Chile, como era involucrar al Paraguay a una lucha contra Argentina  que los chilenos no solo querían “quitar” el mar a Bolivia, sino todo su territorio sureño y llegar hasta Paraguay para supuestamente promover desde allá una guerra contra Argentina”, en esta misma línea el coronel Edmundo Sanabria, jefe del departamento de Historia del Ejército Boliviano, señala que “esa documentación era comprometedora contra Chile” ,y por tanto, hubo un pacto de silencio entre grupos de la élite boliviana y chilena para recuperar los panfletos y negar la batalla de Canchas Blancas.
            Todas las explicaciones dadas por las autoridades bolivianas sobre el porqué no se sabía nada de tamaña gesta, son por no decir otra cosa muy ridículas. Rebatiendo lo dicho por Evo Morales, la prensa chilena durante todo el conflicto tuvo una extrema libertad de información, tanto así que el almirante Miguel Grau en su bitácora nos expone que gran parte de las acciones chilenas las leía en los diarios que incautaba. Con relación a las acciones de inteligencia y complot para involucrar a terceros en el conflicto, la documentación oficial, además de la privada es muy extensa y exhaustiva, a través de esta se conoce el espionaje hacia Argentina por Arturo Prat (utilizada por los medios oficiales y periodísticos del país del Rimac en contra de Chile durante la guerra), la oferta hacia Bolivia para salirse de la alianza, incluso pasarse al bando chileno recibiendo en compensación Tacna y Arica, el involucramiento de Estados Unidos, Inglaterra, Brasil. Ecuador, entre otros, porque razón entonces no debía saberse esa tan “comprometedora información sobre Paraguay”, al menos que sea falsa, recordemos que después de la Guerra de la Triple Alianza 1864-1870 (Paraguay en contra de Uruguay, Brasil y Argentina), el estado paraguayo quedo literalmente en el suelo, sus ciudades devastadas, su economía destruida casi hasta sus cimientos y su población masculina diezmada a tal punto que hasta ahora se sienten los efectos, por tanto Paraguay no estaba en condiciones de ser arrastrado a una guerra que hubiera sido su definitivo suicidio.

Otro punto que no está claro para nada, es por qué las elites tanto de Chile como de Bolivia guardaron silencio, se puede comprender que la oligarquía chilena deseara un silencio encubridor, pero las bolivianas a título de qué iban a defender los intereses de Chile, aún más permitieron a los chilenos recuperar los supuestos panfletos y destruirlos, qué perdían los empresarios  bolivianos en concreto si no ayudaban a la oligarquía chilena, debemos tener en cuenta que con este último estaban en guerra abierta y declarada. El señor Morales y sus ingeniosos ministros inventores de victorias aún no han podido establecer las causas concretas de esta supuesta ayuda, solo se han quedado en sus simplonas, pero rimbombantes oraciones, por el contrario para Bolivia hubiera sido tremendamente beneficioso el contenido de estos panfletos, como lo fue para Perú, cuando se apodero de la libreta de anotaciones de Arturo Prat después del combate de Iquique, sacando un buen provecho de lo citado por el héroe chileno cuando estuvo espiando a los argentinos y sus fuerzas militares, estos panfletos  hubiera inclinado a la vacilante Argentina  a un roce diplomático con Chile que pudo haber terminado en una alianza con Perú y ellos, dando un respiro a las derrotas fuerzas aliadas. Las explicaciones de las autoridades altiplanas sobre el encubrimiento de la “Batalla de Canchas Blancas” son por decirlo de una manera suave insostenible a todas luces.
            El celebrado documento “recién encontrado”  nos relata una batalla ocurrida el 12 de noviembre de 1879, en este escrito nos afirma que el ejército de Bolivia propinó un durísimo golpe a las tropas chilenas en la zona conocida como Canchas Blancas, en la región de Potosí, causando centenares de bajas y frenando una invasión a todo el sur de Bolivia. El coronel Apodaca relata que el ejército tenía reportes sobre la presencia en la zona de Canchas Blancas de unos 1.400 soldados chilenos de las tres armas (infantería, caballería y artillería), esta fuerza invasora tenía la misión de apoderarse de la ciudad de Potosí y de los ricos yacimientos minerales existentes en el lugar, además de conectarse con la frontera Paraguaya y realizar una alianza a través del llamado a su nacionalismo recientemente humillado en la guerra de la Triple Alianza.

El coronel Apodaca continua su relato diciéndonos que sabía que las fuerzas chilenas necesitaban con urgencia agua, por tanto tres días antes de la batalla los bolivianos compuestos de los regimiento “Ayacucho”, el “Méndez y el “Granaderos” de Tarija, al mando de sus jefes Lino Morales, Miguel Estenssoro, Justo Villegas y Mariano Colodro, se atrincheraron cerca de un ojo de agua esperando al adversario y repitiendo varias veces el lema “vencer o morir”. En la noche del 12 de noviembre, la columna chilena se acerca al ojo de agua, es en se momento que las fuerzas bolivianas inician el ataque sorprendiendo en emboscada al enemigo, los chilenos no pudieron formas para combate, ya que las fuerzas del ejército de Bolivia atacaban frontalmente, mientras que por la retaguardia los quechuas utilizando hondas derribaban a pedradas a quienes huían, agrega el relato. Entrada la noche las fuerzas invasoras eran totalmente rechazadas. Finalizada la contienda, un coronel desconocido de apellido Villarpando se emocionó al dar un discurso de agradecimiento a los “indiecitos” por haber salvado a Potosí y defendido la Patria.
El balance final de la batalla  firmado por el coronel Lino Morales, fue de 300 chilenos muertos y 400 heridos, muchos de gravedad “que a cada rato mueren por heridas recibidas en combate con bayoneta”,  la tropa boliviana se hizo con un botín que incluía armamento y caballos, pero también miles de panfletos que mostrarían una supuesta intención de Chile de atravesar Bolivia para llegar a la frontera con Paraguay.
El problema de esta fuente es que no se puede contrastar con ninguna otra, por tanto, debemos suponer que todo lo que dice es real y no una alucinación del supuesto coronel Apodaca  o una falsificación burda del gobierno de Evo Morales, como parece ser.
Suponiendo que tal fuente es verídica en sus más mínimos detalles, aún quedan muchas interrogantes que explicar. En primer lugar, según este escrito las fuerzas chilenas serían de unos 1400 hombres de las tres armas de guerra. Un número muy elevado si consideramos la cantidad de población de Chile en la época, recordemos que para la campaña de Lima el ejército de Chile realizando esfuerzos titánicos levanto un ejército de veinte mil soldados, más las fuerzas de ocupación que ascendían a cinco mil. Por tanto, la perdida de tal cantidad de soldados y un desastre de esa envergadura sería imposible de encubrir, más aún, con una presa totalmente libre de informar cómo era el caso de la chilena, que realizaba terribles críticas al gobierno cada vez que las fuerzas del país sufrían un revés, recordemos el caso de la pérdida del barco de trasporte  Rimac o la derrota de las crestas de Tarapacá. Según el parte de Apodaca 300 soldados murieron, cifra que equivale a la derrota en la mencionada batalla de Tarapacá, mientras otros cuatrocientos cayeron prisioneros, si sumamos a los prisioneros y los que lograron huir quedan mil cien soldados que debieron guardar silencio toda su vida, además de sus familias, cosa que ya es muy difícil que suceda, por no decir imposible, a esto debemos agregar que parte de la oficialidad chilena estaba compuesta por hijos de la oligarquía chilena, con poderosas influencia política, cultural y económica, que no se hubieran callado si estos estuvieran cautivos o muertos en una batalla.

Narciso Campero
En segundo lugar, la fuente nos habla de un contingente muy numeroso de hombres y animales que debieron cruzar el desierto y luego avanzar por el altiplano, la pregunta es con que fueron avituallados, ya que la cantidad de forraje y alimento que se requiere es mucha para zonas más bien pobres agrícolamente como Calama, San Pedro y Chiu –Chiu. Cuestión que fue el mismo problema logístico que menciona Narciso Campero y Daza para organizar una contra ofensiva hacia el litoral, por tanto organizar una expedición de ese volumen hubiera requerido de un convoy inmenso traído de la zona central de Chile, nuevamente nos toparíamos con documentación oficial y testimonial que nos hablara de las compras, del trasporte, del movimiento de batallones enteros, entre otras cosas, pero nada, no existe ningún mínimo documento.
Tercer lugar, la supuesta batalla se dio el 12 de  noviembre de 1879, fecha en que el ejército que ocupaba la zona de Antofagasta se componía de un batallón del regimiento Lautaro que tomo posición en la ciudad de Tocopilla; los  Cazadores del Desierto que fueron destinados a la guarnición de Calama. Además de esta fuerza había batallones cívicos. Por tanto las tropas chilenas no ascendían a más de 600 hombres aproximadamente, el resto del ejército o sea 9.500 soldados se encontraban en plena campaña de Tarapacá, después de haber conquistado el puerto de Pisagua a fines del mes octubre de 1879.  Como se puede apreciar, Chile no tenía las tropas que el Coronel Apodaca dice haber batido en la zona de Canchas Blancas.
Otro de los problemas de la fuente en sí, es que no se tiene ningún respaldo adicional sobre el tema, en los partes oficiales del ejército de Chile no se hace ninguna alusión, no hay cartas, ni diarios, no se sabe que batallones integraban la expedición y cuáles eran sus oficiales al mando. Tampoco se tiene ninguna noticia sobre los prisioneros y no aparecen en los registros oficiales cuando se firmó el armisticio de 1884, tampoco está en las listas de intercambio de prisioneros seguido con cierta regularidad por los tres países, siguiendo la convención de Ginebra. Por el lado boliviano es exactamente lo mismo, no hay cartas, diarios,  no se menciona en el “Diario de la Campaña de la Quinta División” texto muy exhaustivo, que si menciona otras escaramuzas con tropas chilenas. Nunca Narciso Campero, Comandante de la División, menciona lo de Canchas Blancas en sus cartas, ampliamente difundidas, sobre todo la del 23 de noviembre firmada en Tomave, 11 días después del supuesto hecho de armas, teniendo en consideración que una delegación de tres oficiales entre los que estaba Apodaca fueron a informar personalmente a Campero sobre la victoria, esto es algo que da para pensar. A parte de todo lo antes expuesto, ningún oficial boliviano que participo en el encuentro bélico, a excepción del citado Apodaca habla de la batalla, en cartas, memorias o texto de alguna clase, tampoco sus familiares escribieron a título de memorias o relatos sobre tal gesta, por tanto, solo queda una explicación muy clara, que el supuesto documento genuino, es una clara falsificación.  
Otro punto que refuerza todo lo antes dicho y que es por naturaleza muy cuestionable, es que NINGÚN gobierno anterior al de Evo Morales, incluso los más nacionalistas, había celebrado este triunfo, pensemos que Bolivia siempre ha exaltado sus derrotas heroicas frente a Chile, como la batalla de la toma de Calama (Topater), Germania, Pisagua, San Francisco, Tacna (Campo de la Alianza), entre otras, por tanto, hubiera sido más importante celebrar una batalla victoriosa de las proporciones citadas en el diario de Apodaca y no esconderla por más de CIEN AÑOS, cuando ningún daño podría causar a las “elites de poder de los dos países”.
La evidencia es demasiado contundente para creer que alguna vez existió una batalla de Canchas Blancas, ni siquiera el gobierno ha ordenado un estudio arqueológico de la zona para tener más pruebas de la susodicha “EPOPEYA” o a permitido a peritos de su país o extranjero revisar el documento, para verificar su autenticidad a través de pruebas científicas. Por tanto, solo, cabe en este caso dos hipótesis, una que la tan bullada batalla solo haya sido una escaramuza entre una patrulla chilena y fuerzas regulares de la V división, cosa que fue común en esos días, luego claro esta exagerada en los textos como la de Tambillo. La segunda que esta sea solo una triste y perversa manipulación del gobierno de Evo Morales para inventar un triunfo y luego sacar provecho político de esto en forma inescrupulosa e indecente, personalmente me deseo inclinar por la primera hipótesis, la segunda seria verdaderamente desalentadora.
Cosas como esta hacen que un acercamiento SERIO hacia una negociación sea tremendamente DIFICIL, por el grado de deshonestidad que tiene el gobierno de Evo Morales. Si el presidente de Bolivia desea una salida al mar, deberá nuevamente desandar sus actos, luego realizar una serie de negociaciones que estructuren un plan de acercamiento hacia Chile, donde la confianza, la buena fe y los puntos que unen a ambas naciones sea el pilar fundamental para después de algunos años iniciar la negociación con vista a una salida soberana al Océano Pacífico, a los franceses y alemanes les costó cincuenta años llegar a una unión, el gobierno altiplano no puede pensar que mañana tendrá la soñada salida al mar.  Para lograr ese fin, los dos países deben mirar el pasado, sin  mentiras, sin batallas que nunca existieron, sin nacionalismos trasnochados y consignas patrioteras que buscan el odio, sino con alturas de miras para construir un futuro mejor para ambas naciones y para que la frase de Oscar Wilde “El patriotismo es la virtud de los depravados” no se haga una verdad de estado.


7 comentarios:

  1. Sólo una cosa mi estimado, Tambillo fue claramente una escaramuza, un choque militar, y muchos elementos apuntan a que Canchas Blancas no habría ocurrido, pero el título de tu post apunta a que ambas batallas son inexistentes.
    Por otra parte, Evo no rebautizó a Bolivia: el nombre de Estado plurinacional de Bolivia viene de la actual Constitucióm boliviana, que nace de una Asamblea Constituyente, no de la sola voluntad de Morales o el MAS.
    Y claro que el patrioterismo es una lacra, tanto el boliviano como el chileno.

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  2. Hola Miguel
    Debo confesar que soy un fanático de la Guerra del Salitre o Pacífico, por ello es para mi un deber más que un deseo escribir sobre estos temas, no creas que no lo medite mucho, después de obtener los dos textos que cito: Las memorias del Coronel Apodaca y las del general Carrasco. Después de leerlas y confrontarlas con otras fuentes como cartas, memorias, partes oficiales y textos en general de Chile, Bolivia y Perú, llegue a la conclusión
    1.- Se le denomina batalla al encuentro de más de 500 hombres, que tiene una significativa repercusión en las acciones militares, lo otro son escaramuzas, como es el caso de Tambillo, las fuentes así lo confirma, así es que batalla no es.
    2.- Canchas Blancas a diferencia de Tambillo, no sale en ningún texto, no ha sido trabajada por ningún historiador, hasta el año pasado, por tanto no es reconocida por el circuito de historiadores de Chile, Perú y Bolivia, solo por el gobierno y círculos militares afines. Por tanto si no pueden probar que existió, no hubo batalla.
    Con relación a la Constitución creada durante el gobierno de Evo Morales, quiero dejarte en claro e primer lugar que Evo me caía bien hasta el año pasado, lo encontraba un hombre bien digno que había hecho más por Bolivia que ningún otro presidente y dictador, que incluso la estabilidad entregada a Bolivia nos permitía llegar a algún acuerdo comercial y de salida al mar, pero luego me ha ido defraudando, pero el comentario que realizo es porque si bien es verdad que hubo una asamblea constituyente esta estuvo inspirada y dirigida por el MAS y Evo Morales detrás. Te realizare un paralelo que no será muy cómodo ya que recozco que Evo es elegido democráticamente. Pero la constitución del 80 en Chile tuvo una inspiración derechista y militar, como la de Bolivia, por eso realizo aquella aseveración, no con la intención de desacreditar la constitución, sino de colocarla en su contexto político.
    que estés muy bien y gracias por tu comentario.

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    1. Precisamente la semana pasada estuve conversando con un amigo sobre estos temas, de La Guerra del Pacífico que fue más bien una guerra de Chile contra Perú y con un menor protagonismo boliviano. Hablamos del choque militar en Calama, donde los milicos bolivianos abandonaron el lugar, y fue Abaroa y otros CIVILES los que formaron una milicia boliviana que enfrentó a las tropas chilenas. Mi amigo es tan de izquierda como yo, pero sabe mucho más de la Guerra del Pacifico y creo que estaría de acuerdo contigo en lo de Tambillo y Canchas Blancas, que yo tampoco la había oido nombrar hasta ahora, donde hasta ha sido tema de los noticiarios si realmente existió.
      PD : hoy iba caminando por la Alaneda y en la bella librería Atlántida tenían una edición completa de Adiós al séptimo de línea.

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    2. Miguel

      Hace mucho tiempo que leí esa novela histórica que es una de las mejores para introducirse en la materia, te la recomiendo. Creo que la batalla de Calama o Topater es uno de los momentos más heroicos de los bolivianos civiles y policías como tu dices, pero también te adelanto que los civiles fueron los más decididos defensores de Bolivia, formaron guerrillas y pelearon con los regulares chilenos hasta bien entrado el año 1882, pero el Bolivia no se les rinde un homenaje a todos aquellos indígenas,blancos y meztizos que dieronm sus vidas y que estuvieron siempre en inferioridad peleando contra los soldados chilenos, hasta que su país los olvido.
      Gracias por el dato, me voy a dar una vuelta por la Alameda.

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  3. Es como una lucha entre Mothra y Godzilla, por eso guardo respetuoso silencioso. Ahora bien, acerca de Jorge Inostroza, estoy leyendo «La justicia de los Maurelio» y si «Adiós al ..» está la mitad de bien escrito, tengo puro que agenciarme esa maravilla. ¿Qué me dicen? ¿Es históricamente creíble?

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  4. Cómo estas mi amigo, espero que bien, bueno el artículo busca revindicar los hechos como te podrás dar cuenta. Con relación a las muy buenas obras de Inostroza, nada que decir, es un escritor extraordinario que su novelas se basan en hechos históricos, pero siempre debemos tener presente que son novelas. ese punto es muy importante.

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