EN LAS ARENAS DE ARRAKIS

martes, 30 de octubre de 2018

A 101 años de la revolución de octubre una Pequeña reflexión







A 101 años de la revolución de octubre
una Pequeña reflexión




            Por estos días, se han cumplido ya ciento un años de la Gran Revolución Socialista de Octubre, esa que vino a echar abajo los pequeños atisbos de democracia burguesa propuestos por los social demócratas rusos, dirigidos por el carismático Aleksandr Fiódorovich Kérenski (Partido Social-Revolucionario), que a su vez, había derrocado a la vieja y autocrática dinastía de los Romanov.
            La revolución de Octubre fue la obra y gracia de un hombre de la extrema izquierda rusa, nos referimos a Vladímir Ilich Uliánov, quien aprovechando una serie de desaciertos del gobierno provisional, como mantenerse en la Primera Guerra Mundial, a pesar de los deseos explícitos de la población por salir de aquel infierno, su incapacidad de controlar la inflación y el desabastecimiento; y por sobre todo, dar una excesiva libertad a una población que jamás había participado en política, en un clima de libertad de expresión y conciencia, desconocido para el pueblo ruso, llevó al pequeño partido de los  bolchevique al poder.

            En un extraño entretejido de conspiración, mentiras y manipulación; el  grupúsculo de bolcheviques, supo interpretar perfectamente el clamor popular del momento, que se definía en simples slogans de <<Paz>>, <<Pan>> e <<Igualdad>>, cada término, cargado con un peso semántico preciso, pero que al mismo tiempo, era de libremente interpretable para cada persona que los vociferaba por las frías calles de Petrogrado. En esta materia, los comunistas fueron esencialmente populistas, aprovechando esas coyunturas, se logró apropiar del control del  <<II Congreso de los Sóviets>>, gracias a los manejos de otro histórico de la revolución soviética, Lev Davídovich Bronstein, quien a la larga demostraría con creces ser el más culto de ese grupo de sujetos extremistas. De esta forma, cualquier reacción por parte del gobierno provisional hacia los bolcheviques, sería una acción en contra del mismo estado. Es así, que el asalto del palacio de Invierno, casa de gobierno, era una cuestión de tiempo. El  25 de octubre de 1917 se desencadeno el ataque contra lo que pudo ser una democracia liberal en el seno de una sociedad que se despertaba recién al mundo de la igualdad y libertad, nada que decir del asalto, planificado en sus más mínimos detalles, apoyado por los anárquicos marineros del Acorazado Aurora, que iniciaron la toma, la guardia femenina creación original de Kereski, puso una de las resistencias más heroicas y desigual frente a las hordas de soldados, marinos y hombres del partido comunista. El triunfo fue predecible, iniciándose el primer gobierno del proletariado en el mundo, parece que la predicción de Carlos Marx en parte se cumplía o se forzaba a cumplirse, para el caso, era lo mismo.
            El nuevo gobierno del pueblo,  jugo en sus primeros momentos a afianzar su poder político, es así que las medidas que tomo como entrega de tierras al campesinado, reformas económicas, entre otras, apuntaban a lograr el apoyo popular, esto por su puesto no impidió la reacción de liberales, monárquicos y nacionalistas, para frenar los avances del primer paraíso socialista, además de la intervención extranjera, claro está. Gracias a las acciones militares de León Trotski, la situación fue superada y la guerra civil fortaleció más al régimen, la evolución de éste no fue hacia la libertad y la igualdad,  como se podría suponer, sino a la conformación de un totalitarismo, que busco por todos medios eternizarse y crear la condición de que su sistema político – social – económico era correcto, que se estaba en el verdadero camino de cumplir las leyes históricas, predicadas por el mesías Marx, que como lo refleja muy bien George Orwell en “Rebelión en la granja”, cantaba de buen o mal grado, todos los ciudadanos de este nuevo estado socialista.
            
El dominio de las masas a través de la propaganda, el manejo masivo de los medios de comunicación y por supuesto,  el terror,  decanto en un sistema alienante, cruel, sostenido en una compleja maquinaria estatal, en donde cada individuo pasaba a ser parte integral de esta estructura bestial e insólitamente homogeneizadora. En que termino el gobierno de Lenin, en las pequeñas luchas por los nichos de poder entre los “viejos revolucionarios”, imponiéndose, fuera de toda predicción el más mediocre, pero hábil de todos: el demonio Stalin, quien en un juego de terror a escalas nunca vista, logro trasformar la arcaica sociedad soviética en una de las más industrializadas, era la voluntad de un hombre, que se imponía al resto, la Unión Soviética termino por ser potencia, pero cual fue el precio, millones de muerto, una sociedad esclava, sin vida, sin pasión, como lo sucedido en la ya citada granja de los animales.
            La idea del paraíso en la tierra, de esa religión sin Dios, pero con un dios, el amado líder, quien quiera que sea según el país donde se impusiera, ya que el sueño se extendió por el mundo,  como fue Mao Zedong en China, Fidel Castro en Cuba, termino por imponer un totalitarismo sangriento, fue la extraña fascinación y seducción del mundo de la segunda mitad del siglo XX. El sueño igualitario, que para  1980, era ya una pesadilla, con miles de millones de muerto, tuvo un despertar terrible, con el desplome de los socialismos reales, la destrucción de la maquina anquilosada, burocráticamente corrupta e ineficiente, de un comunismo que no logro responder los más mínimos sueños de una población necesitada de cambios, de justicia social, esto era porque en la práctica el Zarathustra comunista, Carlos Marx, "el gran charlatán" se había equivocado en cada una de sus predicciones, la sociedad liberal burguesa no cayó, la situación de los obreros mejoró en los países capitalistas, la libertad y la igualdad se empezó a ser fuerte en la sociedades occidentales, hasta llegar a un hiperindividualismo. La democracia burguesa demostró fuerza, consistencia y gran capacidad de cambio, para responder a las necesidades de una cada vez más individualista y aburguesada sociedad, que buscaba el confort personal y no colectivo; es así que la tecnología fue la gran herramienta, que termino por hacer sucumbir este mundo social “perfecto”, construido en las más absurdas predicciones, el dios se había equivocado, y su religión no tenía sentido de ser.

            En la actualidad que ha quedado de ese comunismo comprometido, revolucionario, ese que decía: “proletarios del mundo uníos”, nada, aun que, hoy,  en oscuros callejones existen los nostálgicos, los disciplinados, los defensores del sueño, que aun salen a la lucha en la romántica barricada, que todavía esperan que se cumpla las pitonisas predicciones del filósofo germano, es evidente que esto es más un acto de voluntad, que de razón, pero el signo negativo no se puede borrar de su ideología del odio, nuevamente citando al clarividente Orwell en "1984". Algunos dirán que aún existen estados que se autodenominan comunistas, pero en honor a la verdad, solo son una sombra del monumento, ya que están sumergidos en un neoliberalismo económico,  más salvaje, que el de los países capitalistas occidentales, como es el caso de China popular.



            Que queda de la gran revolución de Octubre, otra vez, nada, porque habría de quedar algo, los millones de muertos, torturados y desaparecidos, es un muro infranqueable en nuestros días de derechos humanos, para reflotar la pesadilla revolucionaria. Reviso los diarios y parece que el cumpleaños de la revolución ninguna persona desea  celebrar, por lo menos en público. Es triste, saber que este cambio mundial, solo fue un paréntesis en la historia, que de ella solo salió un gran vacío, una desolación  existencial,  que por desgracia, no se ha podido llenar con nada, porque como dijo en algún momento el profeta judío Nehún (3, 1) “Ay de la ciudad sanguinaria! Toda ella es engaño; está llena de pillaje y de incesante rapiña.”,  refiriéndose a la extinguida ciudad de Nínive, capital del imperio Asirio, así también es recordado este paréntesis en la historia universal, como una época oscura, sanguinaria, llena de engaños, que solo produjo desolación en la humanidad.                   

2 comentarios:

  1. Lo del zaratustra comunista está genial, ya que Dzhugashvili fue un Uberminshe Nietzscheano.

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  2. amigo, fue la sombra del mal, probablemente

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