EN LAS ARENAS DE ARRAKIS

jueves, 14 de junio de 2018

ROBERT A. HEINLEIN RELEYENDO “STARSHIP TROOPERS”







Robert A. Heinlein
Releyendo “Starship Troopers”
(TROPAS DEL ESPACIO)


            Por estos días, se cumplieron los treinta años de la desaparición de Robert Anson Heinlen (8 de mayo de 1988), esto me motivo a releer  una de sus novelas de ciencia ficción emblemática, me refiero a  “Starship Troopers”, publicada en 1959, aunque ya había salido por entrega en la prestigiosa revista norteamericana  <<The Magazine of Fantasy & Science Fiction>>, con el sugerente nombre de "Starship Soldier" (Soldado del Espacio) en 1958. Ganando el premio <<Hugo>> en 1960 a la mejor novela, cosa que sorprendió a muchos, incluido el propio autor, quien se quejaba que a pesar de las ventas y el éxito de la historia, las cartas que recibía sobre esta, eran casi todas críticas mordaces.
            Cómo llegue a esta novela, como muchos, a través de la película de 1997 de nombre homónimo, creo representar en este punto a una gran cantidad de lectores de esta obra. El film de Paul Verhoeven que se basa en esta novela, nos muestra una sociedad militarizada en extremo, con claros tintes de manipulación de masas, amor a un súper – estado, con una sociedad basada en principios colectivistas y militaristas, en otros términos a un “estado fascista”, que por supuesto, el director en ningún caso ésta ensalzando, sino que por el contrario, realiza una descarnada crítica satírica a este tipo de régimen. Paul Verhoeven al realizar esta crítica, nos dice claramente que la novela es una obra con tinte “fascista” y que su autor, si bien no fue miembro de ninguna agrupación de esta clase, se podría clasificar como un <<simpatizante>> de estas ideas.
           
Pero, cuando tuve en mis manos la novela y literalmente la devore en un par de días, percibí que las ideas de Verhoeven estaban bastante erradas del argumento central de la obra, que en ningún caso era una apología al fascismo, más bien, se acercaba a una oda a la democracia liberal de corte colectivo, algo muy parecido al régimen de cantón que tienen los suizos en la actualidad, en donde el deber ciudadano de defender su comunidad se comprende como una virtud cívica y moral de un régimen de igualdad y fraternidad, en donde el ciudadano con más derechos, es a la vez el que tiene más deberes .
                  Han pasado ya unos veinticinco años que leí la novela,  y ahora la he vuelto a leer con un grado de mayor madurez intelectual, y por supuesto, con más conocimientos del autor a través de la lectura de otras obras como: “La Luna es una cruel amante”, “Amos de títeres”  y “Forastero en tierra extraña”, además de un par de libro biográficos, en los cuales se analizan las obras del autor:  <<Robert A. Heinlein: America as Science Fiction>> de H. Bruce Franklin.  y <<Robert Heinlein>> de  Leon Stover. Este acercamiento al pensamiento de Robert Heinlein, me hizo afianzar más mis aprensiones sobre la novela Tropas del Espacio, y por supuesto, la visión distorsionada de esta, que nos muestra la película.
            El escritor norteamericano, lejos de crear una apología al fascismo, construyo una novela que es una verdadera exaltación a las virtudes cívicas y democráticas de los ciudadanos, para Heinlein el concepto de que la democracia liberal es “vivencial” y no una mera  rutina, es el fundamento de su obra. Profundicemos en este punto, en la novela, el protagonista John “Johnnie” Rico es un joven que no tiene una clara conciencia de lo que es ser un ciudadano, Rico encarna la realidad de una juventud sin un auténtico sentido del sacrificio por su colectivo, pero la entrada a la “infantería móvil”, a este selecto grupo del ejercito de la tierra lo introduce a la verdadera vida de un ciudadano que “tiene deberes” para con su nación, entendiendo esta como una construcción pluralista, democrática e igualitaria, ya que en la novela,  existe la libertad de expresión, libertad de prensa y libertad de pensamiento. Es una sociedad multiétnica, de hecho el protagonista es filipino, descrito como un joven moreno y bajo, nada parecido al actor que lo encarna en la película, además, la sociedad humana es múltireligiosa. Para dar más fuerza al argumento de la igualdad en el libro, la mujer tiene un destacado papel como parte integral del ejército de ciudadano, en este punto Heinlein se adelanta con relación a su tiempo.

            Los soldados en la novela, son “voluntarios”, por tanto, el ciudadano ejerce una libertad absoluta para integrarse al ejército, logrando según el escritor norteamericano la cumbre de sus deberes, por esta razón tiene el derecho a ejercer su poder de elegir a las autoridades en una “perfecta democracia” de ciudadanos, este punto sobre el pensamiento de Heinlein, lo reafirma el escritor futurista David Brin al decirnos que  el escritor norteamericano creía “…en una democracia ideal de ciudadanos soldados”. La exaltación de las virtudes cívicas en la milicia proviene en Heinlein  de su amor por la marina de los Estados Unidos, recordemos que ingreso a esta y estudio en la Academia Naval obteniendo el grado de  ingeniero mecánico, realizó una carrera en el portaaviones  “USS Lexington” y el destructor “USS Roper”, hubiese seguido en la armada de no haber contraído una enfermedad (tuberculosis), que se lo impidió, ya que fue dado de baja en 1934, su paso por la armada lo marco a tal punto que consideraba esta institución, al igual que el resto de las fuerzas armadas, como un baluarte de la grandeza del espíritu liberal – burgués democrático de EE.UU, cosa que plasma en su novela.
       Para realizar un énfasis mayor sobre la grandeza de la democracia, el escritor estadounidense lo contrapone con un régimen que él considera demoniaco y depravado: el comunismo. Debemos tener presente que Heinlein pertenece a la clase media norteamericana del centro del país, ya que nació en el pequeño pueblo de  Butler, estado de  Missouri, por tanto, tiene una visión tremendamente maniquea de la realidad política mundial, para él existe un sistema político - ideológico “bueno”, que es la democracia y uno intrínsecamente “malvado” que es el comunismo, esta concepción se afianza aún más con su personalidad individualista y obstinada, incapaz de ver matices en la realidad política.
Este punto señalado anteriormente se puede apreciar claramente en Tropas del Espacio, la tierra se debe enfrentar a una raza extraterrestre de “vichos” en este caso de arácnidos carentes de mente o alma, seres abyectos sin voluntad, ni individualismo, en otros términos una “civilización estatal - colectiva” de masas, que solo son parte de un gran engranaje, en clara alusión a como Heinlein veía a los estados comunistas. Es así, que la democracia se debe enfrentar en un gran reto a un sistema colectivista sin pasión, ni virtud cívica, esta lucha en la denominada “Guerra de las Chinches” tiene su punto alto con el ataque despreciable sobre la ciudad de Buenos Aires de los insectos, esto hace reaccionar a la humanidad del peligro de este tipo de orden político.

Esta reacción la encarna el padre del protagonista, quien en la novela juega el papel de <<Alter Ego>>, es descrito como un burgués acaudalado, que goza de un bienestar  bien ganado en los negocios, esta vida de confort lo hace despreciar sus obligaciones dentro del super- estado, entre estos deberes destaca no ser ciudadano. Las discrepancias con su hijo en esta materia, se vuelven violentas, ya que Rico por un lado a vivido esta vida de bienestar, pero las clases de “Filosofía Moral” dadas por un profesor ex – veterano del instituto lo hacen recapacitar sobre su deber cívico, las luchas con su padre terminan con el ataque de los insectos, ya que  esté, después de perder a su esposa, comprende la importancia de la defensa de la democracia y las virtudes ciudadanas, pidiendo perdón a su hijo, al cual criticaba por haber ingresado a la infantería móvil, por su puesto el padre de Rico también ingresa en el ejército, trasformando esta institución en una verdadera familia.
Esta parte de la novela, es una clara alegoría a los sucesos que presidieron la entrada de EE.UU a la Segunda Guerra Mundial, una sociedad que estaba saliendo de la gran depresión, deseosa de volver al confort de la década del 20’, y por tanto, contraria a cualquier participación en la guerra, hasta que se despierta, con el peligro de tener a los totalitarismos a sus puertas, con el bombardeo de su flota en Pearl Harbor. Con esto Heinlein nos está diciendo: “cuidados norteamericanos, recuerden que paso la última vez, cuando fuimos incapaces de ver el peligro que asecha a nuestra forma de vida, el comunismo está en nuestras puertas”.
La obsesión de Heinlein en contra del comunismo se encuentra en otras obras suyas como “Amos de títeres” (1951), publicada en plena cacería de bujas del senador McCarthy, en líneas generales la historia trata de una  extraña raza  alienígena que a través de la manipulación de la mente de las personas pueden manejar sus actos, en clara alusión a la ideologización del individuo a través de la propaganda, con esto, el escritor norteamericano creía desenmascarar a todos aquellos rapsodas de izquierda y sus formas de introducir este pervertido pensamiento en la sociedad.
Volviendo a Tropas del Espacio y al juego crítico del autor en contra del comunismo, nos presenta una guerra contra los insectos que está en su punto más difícil después del revés de “Klendathu”, planeta hogar de los arácnidos, el alto mando a decidido un nuevo ataque esta vez a una colonia de los bichos inteligentes, en el planeta “P”, en este punto Heinlein resalta toda su visión política, al presentarnos la batalla en un sentido dialéctico, entre un colectivo – comunista de bichos y el individualismo de un ciudadano, en lo más difícil del combate, las acciones tomadas por un individuo, en este caso Rico, inclinan la balanza hacia las fuerzas de la tierra, derrotando a las planificaciones colectivas del régimen de insectos – comunistas.


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Esta novela como se ha podido apreciar guarda toda la esencia de las ideas de Heinlein, que no serían otras que un profundo amor hacia la democracia burguesa liberal, que él la comprende como el mayor logro de la libertad humana, ya que, creía que esta forma política era la única que podía garantizar el individualismo absoluto, que  era el derecho a que nadie se entrometa en la vida privada de ninguna persona.
No puedo negar mis aprensiones y críticas al pensamiento de Robert A. Heinlein, sobre todo a su individualismo que raya en el <<Laissez faire et laissez passer>>, a su amor incondicional a la democracia de su país y a la idea de la superioridad moral de los Estados Unidos como una sociedad de individuos que los une altos estándares de vida. Pero, esta crítica no me impide ver en él un gran escritor, que en su narrativa nos presenta sus ideas políticas, sociales y económicas, construidas en argumentos simples, donde los personajes solo juegan un papel de difundidor, no hay complejidad en el argumento, y no hay un trabajo profundo en la personalidad de cada uno de sus personajes, estos son todos esquemáticos, jugando un rol predeterminado en la exposición de las ideas de Heinlein, por tanto, es mucho más entretenido conocer las sociedades futuristas que construye el autor, que analizar a sus personajes, pero si no existe complejidad en la construcción de la historia, si la hay en su visión de mundo, en los cambios que se avecinan en el corto y mediano plazo, es un limpio escritor de ciencia ficción, ya que sus narraciones se sostienen a través de los adelantos científicos, que están en clara sintonía con el desarrollo de la tecnología, por tanto, en esta materia su exposición es clara y convincente.
También debemos destacar en este juego de la anticipación, como se adelanta a los cambios sociales que se están desarrollando en la actualidad, Robert Heinlein se da cuenta del importante rol de la mujer en la sociedad de masa tecnificada, de los cambios en la forma de las expresiones sexuales, del súper individualismo, basada en una sociedad de “derechos”, no las crítica en absoluto, por el contrario le da las más grande de las bienvenidas, ya que él cree en el individualismo como única expresión social real.
No tengo duda al decir que Robert Anson Heinlein tiene un muy bien ganado sitial dentro de los maestros de la ciencia ficción mundial, no por nada, por años se le ha considerado junto con  Isaac Asimov y Arthur C. Clarke, uno de los tres más grandes escritores de este estilo en los Estados Unidos, por tanto su narrativa e ideas se han ganado un justo y merecido sitial dentro de la buena literatura de ciencia ficción.              

  
                


7 comentarios:

  1. Mi estimado, muy buena reseña y reflexión la que haces de esta novela de Heinlein. Obviamente, la novela es muy superior a la película. Heinlein era un escritor de CF dura, que de un tiempo de simpatizar con la centroizquierda, se pasó a las concepciones políticas individualistas de extrema derecha. Sobre el tema del rol de la mujer, en 1969 planteó que deberían haber incluido mujeres astronautas en el viaje espacial a la Luna (no olvidar que los rusos ya habían puesto en órbita a una cosmonauta).
    Sin ninguna duda, uno de los más grandes escritores norteamericanos de ciencia ficción.

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    1. Es un escritor muy bueno de Ciencia Ficción, con una vida muy polémica, cuando estaba en la universidad me lo vendieron como fascista, pero leyendo su obra, esta no podía ser más liberal. Esto esta percepción cambio cuando leí la obra La Luna es una cruel amante, donde habla de las relaciones sexuales libres y la creación de otro tipos de relaciones matrimoniales, como el poliamor, fue un icono hippy, como podía ser fascista. Creo que la película si bien es muy buena, no tiene nada que ver con las ideas muy avanzadas del autor. Deseaba escribir hace tiempo un ensayo - reflexión sobre este autor, que te gusta mucho también a tí.

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    2. Yo me enamoré irremediablemente de la obra de Heinlein cuando leí su cuento La línea de la vida, que después supe que fue el primer relato que le publicaron.

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    3. No he leído esa narración, voy a buscarla para poder leerla.

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  2. Pd: busca en youtube el video donde salen Heinlein y Clarke comentando en TV, junto al periodista Walter Cronkite, el alunizaje del Apolo.

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    1. Esa es una gran anédota, de hecho H. Bruce Franklin. en su biograf{ia cuenta que el comentador estaba muy desagradado con los comentarios de Heinlein, quien no se daba ni por aludido.

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